La paz entre palestinos e israelíes es factible a corto plazo aunque no lo parezca, dijo a IPS Miguel Angel Moratinos, ex enviado especial de la Unión Europea para Medio Oriente, tras moderar un debate entre personalidades de ambas partes celebrado este miércoles en la capital española.
En el coloquio, organizado por el no gubernamental Instituto El Cano de Estudios Estratégicos, participaron Mohamed Dahlan, ex ministro de Seguridad Interior de la Autoridad Nacional Palestina, y Saeb Erekat, ministro del mismo gobierno y ex jefe del equipo negociador, junto a los israelíes Avi Gil, quien ocupó la dirección general del Ministerio de Asuntos Exteriores, y Uzi Arad, actual director del Instituto de Política y Estrategia.
Moratinos, hoy candidato a diputado por el Partido Socialista Obrero Español, los cuatro invitados extranjeros y directivos de la entidad convocante almorzaron juntos antes del debate.
El diplomático español y vicepresidente del Instituto, Antonio de Oyarzábal, comentó a IPS que ese almuerzo, en el que intercambiaron ideas sin periodistas cerca, le mostró tanto la pasión de palestinos e israelíes para defender sus puntos de vista respectivos, como un respeto mutuo y la esperanza por la paz en una tierra común que comparten.
Es que la solución del conflicto en esa región no está muy lejos, para Moratinos, quien destacó que 65 por ciento de la población de las dos naciones enfrentadas apuesta por la paz según los resultados de varias encuestas, aunque, añadió, los dos gobiernos e incluso la comunidad internacional tienen que asumir sus errores.
Añadió que para continuar avanzando es necesario más que nunca el compromiso bilateral, acelerar el diálogo y recibir un impulso de la comunidad mundial. A este respecto aclaró que si Estados Unidos en la actualidad no manifiesta voluntad de influir, son la Unión Europea (UE) y los países árabes los que deben hacerlo inmediatamente.
Entre los asistentes al acto causó especial impresión la actitud de los dos palestinos y de los dos israelíes, quienes aseguraron ser amigos, aunque expusiesen ideas, datos y opiniones antagónicas en algunos aspectos, pero siempre manifestando su deseo compartido de lograr la paz.
Arad justificó el muro en construcción (que él llamó valla) entre Israel y Palestina, pero que se adentra en parte del territorio de esta última, afirmando que su país debe utilizar tácticas de defensa y calificó a los ataques del ejército israelí de ofensivas de seguridad.
Esa opinión fue rebatida por Dahlan, quien recordó que la segunda intifada (levantamiento popular) contra la ocupación israelí comenzó en septiembre de 2000 como protesta por la visita del entonces líder de la oposición israelí, Ariel Sharon, a la Explanada de las Mesquitas, en Jerusalén, considerado un lugar sagrado por los musulmanes.
Ese acto de Sharon, hoy primer ministro de Israel, fue entendido como una provocación por los palestinos.
Dahlan añadió que en el primer día de la pacífica intifada el ejército israelí disparó un millón de balas sin orden ni autorización del Ministerio de Defensa de su país, según una investigación de ese mismo organismo gubernamental.
Según lo dicho por el ex ministro de Seguridad de Palestina, para avanzar en la negociación hacia la paz se requiere una coalición internacional que la impulse y en ese papel destacó que debe ser esencial el que juegue la UE.
Por su parte, Gil expresó que la clave para la solución está en que los palestinos cumplan eficazmente en su lucha contra el terrorismo. Si lo hicieran, recibirían un apoyo generalizado y las dos partes verán cumplidos sus sueños de paz, agregó.
Erekat, a su vez, le hizo notar a Gil que el actual momento es más peligroso, porque Israel con su actitud belicosa está destruyendo a sectores moderados palestinos, con lo que se incrementa la intensidad del conflicto entre ambas partes.
Respecto de la calificación del conflicto, el dirigente palestino se negó a considerarlo una guerra pues, precisó, su país nunca tuvo un ejército y es atacado por uno y desde Adán nunca hubo una relación más desproporcionada que la actual.
Un aspecto especialmente criticado por los dos palestinos fueron los ataques del gobierno israelí contra Yasir Arafat, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina,.
Arafat, señalaron ambos, fue elegido por el pueblo palestino, que le mantiene su apoyo y ningún poder externo israelí ni estadounidense tiene autoridad jurídica o moral para negarlo.
Gil afirmó ante IPS que Sharon estaba en contra de construir una valla o muro una propuesta del opositor Partido Laborista- pero que dispuso su construcción obligado y respondiendo a la presión pública por el aumento del terrorismo. Sin embargo, aclaró que el mantenimiento o no del mismo estará sobre la mesa de negociaciones entre ambas partes.
En términos similares se pronunció su compatriota, quien afirmó que el muro y la ocupación de territorios palestinos es una respuesta a la agresión. La construcción de la valla se convirtió en necesaria por la intimada, aunque otros hubieran preferido poner carros de combate, y es una reacción calma para reducir el número de muertos, con lo que se beneficiarán palestinos e israelíes.
Dahlan opinó lo contrario, pues el muro no contribuye a la paz, porque se lo puede atravesar fácilmente e impide el paso de civiles, pero no el de terroristas.
Arad negó que se pueda calificar de terrorismo a las acciones del ejército israelí pues, dijo, terrorismo es ir en contra de civiles deliberadamente, no que se los dañe sin intención. Y en ese sentido, puntualizó, Israel es ejemplar en evitar víctimas civiles.
Erekat disintió destacando que en Palestina no hubo ninguna guerra en el siglo XIX y que la primera vez que estallaron bombas fue cuando a principios del siglo pasado llegaron los primeros judíos desde Rusia. Y, sostuvo, no hay ninguna duda de que matar civiles bombardeando casas y matando mujeres y niños es terrorismo.
En las conclusiones del coloquio, Moratinos señaló que las dos sociedades enfrentadas quieren la paz, según encuestas realizadas por consultoras independientes y subrayó que ambos gobiernos deben asumir sus errores, al igual que la comunidad internacional que, a su entender, no se ha comprometido lo suficiente.
Para lograr la paz y que haya dos estados independientes y mutuamente aceptados, es necesario el compromiso bilateral, acelerar el diálogo y los compromisos, prosiguió el diplomático español quien, durante el gobierno del socialista Felipe González (1983-1996) dirigió el Instituto de Cooperación con el Mundo Arabe.
Además, si Washington sigue demorando su participación en los esfuerzos pacificadores, la Unión Europea debería asumir una posición más activa, para que en este mismo año se logren compromisos y acciones concretas, concluyó.