La vida en China da sorpresas a los inversores extranjeros, que pueden verse obligados a tratar con el presidente de una gran compañía, quien al mismo tiempo es líder del sindicato de la empresa y secretario local del gobernante Partido Comunista.
Ante esa singular perspectiva, el presidente de la compañía automotriz franco-japonesa Nissan Motor, Carlos Ghosn, recomienda desembarcar en el mercado chino provistos de suma flexibilidad y de un espíritu abierto.
En recompensa, China devuelve ganancias jugosas. Si se aceptan esos requisitos básicos los negocios son muy rentables, reconoció el ejecutivo.
La economía china, con la aureola de un ciclo prolongado de crecimiento casi sin parangón, volvió a ser la estrella en la presente reunión anual del Foro Económico Mundial (FEM) de Davos, en la que debatirán, hasta el domingo, ejecutivos de corporaciones, economistas y estudiosos de credo noeliberal.
El producto interno bruto (PIB) de China, con 1.300 millones de habitantes, ha crecido en promedio ocho por ciento en las últimas dos décadas, y 9,1 por ciento en 2003.
Luego de Estados Unidos, el país más competitivo, eficiente y rentable, la economía china se ubica de inmediato en esos parámetros, estimó Ghosn.
El secretario (ministro) de Comercio estadounidense, Donald Evans, compartió esa interpretación y transmitió las impresiones favorables a la situación china que predominan en Washington.
China marcha en la dirección correcta y se encuentra en buenas manos, dijo Evans, que se deshizo en elogios para la nueva dirección política de Beijing.
La nueva generación ha asumido el poder en una transición transcurrida con celeridad, explicó.
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, viajó dos veces al país asiático y ha sido imitado por numerosos funcionarios de su gobierno. Washington apoya la integración de China a la economía mundial, refirió Evans.
El secretario de Comercio se declaró admirado por el ahorro de los hogares chinos, que han acumulado un monto equivalente a la totalidad del PIB del país. Noventa por ciento del capital invertido proviene de la misma China, dijo.
El funcionamiento de su sistema bancario mereció alabanzas durante un debate organizado por el FEM.
El alemán Ulrich Schumacher, presidente de la fabricante de semiconductores Infineon Technologies, dijo que es más fácil obtener préstamos de bancos europeos en China que en los países sede de esas instituciones.
Un experto en las cuestiones de la economía china, Victor L. Chu, presidente del grupo First Eastern Investment, de Hong Kong, aconseja invertir ahora en ese país pues "este es el mejor momento a causa del cambio fijo", de 8,3 yuanes por dólar.
Chu confirmó que Beijing evalúa la posibilidad de pegar la moneda nacional a una canasta de divisas.
El secretario Evans observó que en China se aprecia un movimiento de protección a la industria, en particular al sector de las telecomunicaciones.
Otra preocupación del estadounidense fue el acatamiento a las normas internacionales sobre propiedad intelectual.
Noventa y cinco por ciento de los DVD y de los CD que se comercializan en China son "pirateados", aseguró.
Ghosn confirmó que Nissan tiene problemas con la protección de los derechos de propiedad intelectual. Los inversores necesitan sentirse más seguros en China con respecto a esos derechos, dijo.
De todos modos, en la nación asiática no existen trabas a la transferencia de regalías y utilidades al exterior, observó Chu.
El empresario de la industria automotriz dijo que un sondeo entre empresas extranjeras radicadas en China arrojó una mayoría de 80 por ciento que reconoció la rentabilidad favorable de sus inversiones.
Pero las actividades económicas presentan otras peculiaridades, como la necesidad ineludible de establecer buenas relaciones.
Los empresarios no tienen éxito en China si no entablan relaciones personales y políticas, informó Chu.
Ejecutivos y economistas muestran preocupación por la suerte del actual proceso de crecimiento chino y temen que su economía se sobrecaliente.
Algunos analistas estiman que el crecimiento de la economía china se extenderá hasta 2008 o 2010. Luego se presentarán problemas de abastecimiento en distintos rubros críticos para los inversores, vaticinan.
Evans observó que todos los ciclos incluyen un período de baja y que China no será excepción. Para entonces habrá problemas sociales, admitió.
Pero el régimen de partido único sigue con atención el proceso y promueve la armonía social, advirtió Chu.
El sobrecalentamiento de la economía no representa un desafío social ni económico pues el país ha desarrollado una red de seguridad social, estimó Chu.
Por ahora el fenómeno parece conjurado pues la inflación se estabilizó en cerca de dos por ciento. El PIB por habitante, que asciende a 1.000 dólares anuales, permite aún un amplio margen de crecimiento sin desacomodar los principales indicadores.
Evans insistió en que los dirigentes chinos entienden la situación social y han iniciado un proceso de elecciones democráticas en ciudades y aldeas.
Una China más competitiva resultará beneficiosa para la economía mundial, dedujo el estadounidense.