Las crecientes adquisiciones de industrias militares europeas por parte de grandes compañías de Estados Unidos preocupa cada vez más a los gobiernos de Alemania y de Francia.
La gota que derramó el vaso fue la compra semanas atrás, por 1.900 millones de dólares, de la empresa aeronáutica alemana Motoren und Turbinen Union (MTU) por parte de la firma de inversiones estadounidense Kohlberg Kravis Roberts & Co. (KKR)
MTU produce motores para aviones de guerra europeos, y es la principal proveedora de las Fuerzas Armadas de Alemania.
La adquisición de MTU se produjo días antes de que el gobierno alemán aprobara una nueva ley que daba a la compañía, entre otras ventajas, el derecho a vetar compras estratégicas de firmas extranjeras.
La ley además establece un límite de 25 por ciento de inversión extranjera en el sector de defensa.
La opositora Unión Demócrata Cristiana de Alemania sostuvo que la ley es hostil a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), pero el ministro de Finanzas, Wolfgang Clement, la defendió señalando que equivale a otras leyes similares para sectores estratégicos aplicadas en Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña.
La ley fue aprobada luego que, en 2002, la firma de inversiones estadounidense One Equity Partner comprara instalaciones de la compañía alemana HDW, la mayor productora de submarinos.
La compañía militar estadounidense Northrop Grumman, fabricante aeroespacial y naval, entre otras áreas, estuvo vinculada a esta adquisición.
La nueva legislación será puesta a prueba pronto. La firma de alta tecnología alemana Siemens estudia vender su parte en la compañía Krauss-Maffei Wegmann, fabricante de tanques y otros vehículos blindados. Y varias empresas estadounidenses ya están interesadas.
Así, las firmas estadounidenses comienzan a tomar control del sector en Europa. General Dynamics, por ejemplo, se hizo en los últimos cinco años de las firmas Styers, de Austria, Mowag, de Suiza, y Santa Bárbara Blindados, de España.
General Dynamics opera desde 1952 en los sectores aeronáutico, naval, de combate y de inteligencia militar.
La misma compañía estadounidense intentó adquirir a la fabricante británica de vehículos blindados Alvis, pero se le adelantó BAE Systems, también de Gran Bretaña.
Como resultado de sus adquisiciones en Europa, General Dynamics tiene una considerable influencia en la producción de motores para automóviles blindados Leopard, dijo a IPS un portavoz de la industria francesa.
La industria militar estadounidense ha querido ingresar al mercado europeo desde hace años, y ahora nos está rodeando, añadió.
El próximo objetivo de las compañías estadounidenses podría ser la fabricante de motores francesa SNECMA, pues el gobierno de Jacques Chirac considera privatizarla.
El jefe ejecutivo de la gigante estadounidense General Electric, Jeffrey Inmelt, dijo al periódico francés Les Echos que está muy interesado en adquirir parte de SNECMA.
La compañía francesa es de importancia estratégica vital en la construcción de motores para aviones de guerra, señaló.
La industria europea está fragmentada y por tanto es campo propicio para las compras de grandes compañías, dijo el experto en defensa francés Dominique Gallois al periódico Le Monde.
La industria debe reestructurarse para contrarrestar la ofensiva de las grandes corporaciones estadounidenses. Una posibilidad es crear un conglomerado, como la compañía de aeronáutica y viajes espaciales europea EADS, señaló.
Con el respaldo de Alemania, España, Francia y Gran Bretaña, EADS produce los aviones Airbus.
El director del Instituto Francés para Estudios Estratégicos, Pascal Boniface, opinó que las compañías europeas deberían formar una alianza para mantener su independencia de Estados Unidos.
Luego de la guerra en Iraq, el gobierno de Estados Unidos y sus aliados en la industria militar no quieren ver a una Europa poderosa e independiente. Eso muestra la importancia estratégica de la industria, dijo el experto a IPS.