El mayoritario nacionalismo que gobierna el País Vasco se pronunció este lunes en Bilbao y en Madrid contra el grupo terrorista ETA:
En la septentrional ciudad de Bilbao lo hizo Josu Jon Imaz, al asumir la presidencia del Partido Nacionalista Vasco (PNV), y en Madrid su correligionario y presidente de esa comunidad autónoma, Juan José Ibarretxe, al presentar una campaña por la paz y en solidaridad con las víctimas del terrorismo.
Imaz ganó el domingo la elección para presidir el PNV, derrotando a Joseba Egibar, candidato apoyado por Xavier Arzalluz, quien ejerció esa presidencia durante los últimos 25 años.
El PNV defiende el derecho a la autodeterminación y propugna en forma pacífica la independencia del País Vasco, al que considera integrado por las tres provincias de la comunidad autónoma presidida por Ibarretxe (Vizcaya, Guipúzcoa y Alava), la Comunidad Autónoma de Navarra y tres departamentos franceses.
Los navarros se pronunciaron en contra de integrarse al País Vasco en un referéndum celebrado en 1979, un año después de aprobarse la actual Constitución española. En los departamentos franceses el nacionalismo vasco tiene escasa presencia.
Al reunirse con los miembros del Comité Ejecutivo del PNV, Imaz ratificó palabras pronunciadas el domingo al cerrar el acto en el que fue elegido.
El PNV debe luchar por que el País Vasco sea ”una nación de ciudadanos libres, que compartimos presente y que queremos construir el futuro juntos, que tenemos derecho a expresar libremente nuestra voluntad y a construir sobre ella nuestro estatus político”, dijo Imaz.
Ese País Vasco debe ser ”una patria abierta e integradora (…), sin ser ni defensiva ni construida frente a nadie, sino solidaria con los demás”, añadió.
Este acento lo distancia de la política impulsada por Arzalluz, quien considera vascos sólo a los descendientes directos de esa etnia e identificados por un tipo sanguíneo en el que predomina el factor Rh negativo, y no a las personas que residen en el País Vasco pero proceden de otras provincias, comunidades o países, o incluso son nacidas en esa región, pero de padres sin ese origen étnico.
Imaz subrayó que el País Vasco es ”una nación compuesta por todos los que aquí vivimos, independientemente de que hayamos nacido en Bilbao, Etxegarate, en el Valle de la Serena o en Senegal”.
Asimismo, rechazó establecer nuevos límites territoriales, se pronunció por hacer desaparecer los que existen y por lograr que se cree ”un espacio común, que respete a todas las naciones, pueblos, culturas y lenguas que existan en su seno”, integrados en una Europa sin fronteras.
Respecto del problema considerado por encuestas el más grave en el País Vasco y en el resto de España, la violencia etarra, también fue claro: ”La sociedad vasca exige la desaparición de ETA, consciente de que este fin de la violencia abrirá las puertas a los acuerdos políticos con todos y permitirá que los vascos nos pronunciemos sobre nuestro futuro en paz y libertad”.
Tras defender el derecho a que el pueblo vasco decida su propio destino, también defendió a los blancos de la organización separatista ilegal, cuya acción se expresa en asesinatos a funcionarios y figuras públicas y atentados explosivos en los que han muerto civiles.
Es ”intolerable” que en el País Vasco ”haya cargos públicos que por el mero hecho de pensar diferente, de pertenecer a una opción política determinada o ser representantes populares de determinadas formaciones políticas sean objeto de amenaza y persecución”, dijo Imaz.
Se refería a alcaldes, concejales y diputados del centroderechista Partido Popular (PP), que gobierna España, y del centro-izquierdista Partido Socialista Obrero Español (PSOE), la principal fuerza de oposición.
Para Imaz ”es cínico que alguien que dice querer construir este país, mantenga penas de muerte. El proyecto político y social de quienes defienden esa aberración no es el nuestro”, añadió.
El nuevo líder del PNV reclamó la protección ”con uñas y dientes” de las personas sobre las que penden amenazas de la ETA.
Simultáneamente, Ibarretxe presentó en Madrid una campaña de apoyo a las víctimas del terrorismo, afirmando que las instituciones vascas ”también están trabajando, con toda la sensibilidad de la que somos capaces, por la defensa de los derechos humanos”.
La campaña, explicó el presidente, tiene como finalidad ”pedir a la sociedad vasca permisividad cero con la conculcación de los derechos humanos y la violencia del terrorismo”.
De manera indirecta, pero clara, criticó al PP por afirmar que el gobierno vasco no se define con claridad contra ETA y que incluso pacta políticamente con ese grupo.
Es evidente, dijo, el compromiso de su gobierno con los perseguidos por ETA y, ”a pesar del debate público que niega nuestro trabajo, queremos que todo el mundo sepa que las instituciones vascas tienen una actitud decidida y sin complejos”, añadió.
La campaña es apoyada por todos los partidos políticos del Parlamento vasco, excepto la ilegalizada Batasuna, brazo político de ETA.
En el anuncio de la campaña no se mencionó al grupo. Pero sí lo hizo Maixabel Lasa, directora del departamento gubernamental vasco Atención a Víctimas del Terrorismo y que acompañó a Ibarretxe en la presentación.
”La única violencia terrorista que se ejerce ahora en el País Vasco es la de ETA”, dijo Lasa.