Si el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, pensaba que alinear sus políticas con las del gobernante partido Likud de Israel le valdría más votos de la comunidad judía, debería pensarlo de nuevo.
Este es el mensaje de una nueva encuesta realizada por la empresa de opinión pública Zogby International entre 500 judíos estadounidenses, según la cual más de tres cuartos de los votantes judíos consideran que Bush ha manejado mal el conflicto árabe-israelí.
Una encuesta paralela reveló que un porcentaje similar de árabes estadounidenses también rechazan el manejo presidencial del conflicto más antiguo de Medio Oriente.
Ambos sondeos, realizados por encargo del grupo predominantemente judío Americans for Peace Now (APN, Estadounidenses por la Paz Ahora) y el Arab-American Institute (Instituto Arabe-Estadounidense), tienen un margen de error de 4,5 por ciento.
Arabes y judíos no están tan alejados como se suele creer, revelaron las encuestas, dirigidas a evaluar el apoyo de ambas minorías estadounidenses a la Iniciativa de Ginebra, una propuesta informal de paz para Medio Oriente firmada el 1 de diciembre por personalidades israelíes y palestinas.
Cerca de 43 por ciento de ambas comunidades apoyan en mayor o menor grado la iniciativa, mientras 4,9 por ciento de los árabes y 8,9 por ciento de los judíos se oponen.
Nuestra última encuesta muestra un fuerte apoyo de los judíos y árabes estadounidenses a la Iniciativa de Ginebra, un apoyo que crece cuando los encuestados conocen más los detalles del documento, declaró Debra DeLee, presidenta de Americans for Peace Now.
También revela que, en opinión de las dos comunidades más interesadas en una solución del conflicto árabe-israelí, el desempeño del presidente Bush ha sido deslucido en el mejor de los casos, agregó.
A la pregunta En general, ¿cómo calificaría el manejo del conflicto de Medio Oriente por el presidente George W. Bush?, 38,1 por ciento de los encuestados judíos respondieron malo, 37,9 dijeron regular, 17,7 bueno y 4,2 excelente.
Entre los árabes encuestados, 54,6 por ciento respondieron malo, 20,7 regular, 13,5 bueno y 8,9 excelente.
Los árabes estadounidenses han votado tradicionalmente por el Partido Demócrata, aunque cerca de la mitad de ellos votaron en 2000 por Bush, del Partido Republicano, luego de sus críticas públicas a los perfiles étnicos.
La mayoría de los analistas creen que la comunidad árabe, indignada por la persecución de que ha sido objeto en el marco de la guerra contra el terrorismo declarada por Bush tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington, volverá a votar en masa por el Partido Demócrata en las elecciones del próximo noviembre.
Este vuelco electoral podría ser decisivo en tres estados clave con una gran población árabe y musulmana: Michigan, Illinois y Nueva Jersey.
Los judíos estadounidenses también han votado tradicionalmente por los demócratas. Los candidatos presidenciales republicanos normalmente atraen a sólo uno de cada cinco votantes judíos, aunque el ex presidente Ronald Reagan obtuvo un récord de 39 por ciento del voto de esa comunidad en las elecciones de 1980.
Bush recibió 19 por ciento del voto judío en 2000. Karl Rove, asesor político de Bush, y activistas judíos republicanos esperan duplicar ese porcentaje este año, principalmente en base al apoyo del presidente al primer ministro israelí Ariel Sharon, sus esfuerzos por marginar al líder palestino Yasser Arafat y su tendencia a incluir entre los enemigos en su guerra contra el terrorismo a grupos árabes que atacan blancos israelíes.
Dentro de la comunidad judía, creemos que 2004 será probablemente la mayor oportunidad desde la era de Reagan, dijo Bruce Prince a la publicación Congressional Quarterly.
Por otra parte, los judíos demócratas confían en que lograrán contrarrestar las ganancias de votos de Bush.
Según una encuesta del Comité Judío Estadounidense, Bush obtendría 31 por ciento de los votos judíos si se enfrentara en los comicios con Howard Dean, el principal precandidato demócrata y gobernador del estado de Vermont. Dean es el aspirante presidencial demócrata más crítico hacia Israel.
Los votantes judíos constituyen apenas cuatro por ciento del electorado, pero pueden marcar una gran diferencia en estados clave como Florida, Nueva Jersey, Pennsylvania, Nueva York e Illinois, donde la población judía es desproporcionadamente mayor.
Además, las contribuciones de campaña de los judíos son muy importantes. Se estima que los judíos realizan la mitad de todas las donaciones para el Comité Nacional Demócrata. Bush espera que su apoyo a Sharon provoque una reducción de esos fondos.
Sin embargo, la encuesta de Zogby sugiere que la postura pro-israelí de Bush no impresiona a muchos judíos.
Si cuenta con que su posición en el conflicto palestino-israelí le valdrá votos judíos, está equivocado, declaró Lewis Roth, especialista en comunicaciones de APN.
Interrogados sobre si se inclinarían más o menos a votar un candidato presidencial comprometido activamente en la búsqueda de la paz, 71,6 por ciento de los judíos y 72,9 de los árabes encuestados manifestaron que estarían más inclinados a votarlo.