El gobierno colombiano prevé recaudar 712,5 millones de dólares adicionales en 2004, debido a la reforma tributaria aprobada para lograr la reducción del déficit fiscal pactada con el Fondo Monetario Internacional (FMI), y que según algunos analistas empobrecerá los asalariados y a la clase media.
La ley aprobada el 29 de diciembre, que reglamentará este mes el presidente Alvaro Uribe, aumenta el impuesto a las transacciones bancarias (de tres a cuatro por mil) y el impuesto a la renta (con una sobretasa de 10 por ciento), y establece un gravamen de 0,3 por ciento a los patrimonios de más de un millón de dólares.
Unos 300.000 colombianos que no pagaban impuesto a la renta por tener ingresos anuales inferiores a 150 millones de pesos (unos 53.000 dólares), perderán ese beneficio, que sólo se aplicará a quienes ganen menos de 28.571 dólares por año.
La reforma asegura nuevos ingresos para el Estado, construye equidad, fortalece la lucha contra la evasión, premia la formalización de la economía y estimula la inversión productiva que genere empleo, aseguró Uribe.
Según el mandatario el peso de la reforma recae sobre los sectores más pudientes con la sobretasa a la renta, y el impuesto moderado al patrimonio, pero este esfuerzo se pide con el buen cuidado de no ahuyentar el capital que tanto necesitamos.
El déficit fiscal de 2003 fue 2,8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), y el gobierno acordó con el FMI la meta de que el déficit sea este año 2,5 por ciento del PIB.
Carlos Rodríguez, presidente de la Central Unitaria de Colombia (CUT), la más influyente, dijo a IPS que la reforma tributaria aprobada descarga el peso del ajuste en las rentas de trabajo, es decir, en salarios, y en mayores impuestos al consumo básico de los colombianos.
Eso conducirá a que continúe el ciclo infernal de caída del consumo, deterioro e las condiciones de vida y mayor nivel de desempleo, en que se ha caído en los últimos años, pronosticó.
En opinión de Rodríguez, de los 712,5 millones de dólares adicionales que se prevé recaudar en 2004, cerca de tres cuartas partes serán aportados por los asalariados.
Un informe de la estatal Dirección Nacional de Impuestos (DIAN) precisó que 70 por ciento de los ingresos que recibirá el fisco por concepto del impuesto a la renta provendrán de retención en la fuente a los ingresos de trabajadores, incluyendo a los que prestan servicios como profesionales y técnicos.
El ex-contralor (fiscal de cuentas del Estado) Carlos Ossa afirmó que, de acuerdo con los datos agregados de declaraciones tributarias, suministradas por la DIAN, las exenciones y descuentos vigentes del impuesto a la renta suman un costo fiscal equivalente a 70 por ciento de la recaudación que aporta ese tributo.
Además, se mantiene el impuesto al valor agregado (IVA) de 16 por ciento aplicado entre otras cosas a vestimenta, calzado, muebles, electrodomésticos y servicios de restaurantes. Bienes básicos que pagaban un IVA de siete por ciento, como café, avena, sorgo, harina de trigo, embutidos, atún y sardinas enlatadas, azúcar, cacao, chocolate, pastas alimenticias y productos de ganadería, pagarán 13 por ciento.
El gravamen al arrendamiento de inmuebles comerciales e industriales, aseo, vigilancia, servicios temporales de empleo, medicina prepaga, servicios de clubes sociales o deportivos, alojamiento y gimnasios también aumentará de siete a 13 por ciento.
Como es lógico, los nuevos impuestos se trasladarán al consumidor final, afectando no sólo el poder de compra, sino también el bienestar de la población, aseguró Rodríguez.
Según el sindicalista, mejorar la caótica situación del pueblo colombiano exige la reformulación de la política económica, ya que no ha dado resultado y ha confundido las causas con las consecuencias. El desbarajuste fiscal no es la causa de nuestro caos, sino la consecuencia de la crisis, producto del neoliberalismo, sentenció.
El presidente de la Sociedad Colombiana de Economistas, Amylkar Acosta, dijo a IPS que el gobierno, al proponer este tipo de reformas, no hace más que persistir obstinadamente en una política económica que se ha mostrado contraproducente, ya que contribuye a aumentar la pobreza y a echarle más fuego a la hoguera.
Para el analista, la nueva carga de impuestos abatirá la demanda, que es el principal motor del crecimiento, y sin crecimiento no puede haber ajuste fiscal sostenido en el tiempo.
Los neoliberales buscan la salida al estancamiento económico por el lado de la oferta, pero la verdadera alternativa es fortalecer la demanda, alegó.
El PIB creció 3,5 por ciento en 2003, según proyecciones aún no confirmadas por datros oficiales. Según Acosta, ese resultado se debió en buena medida a la formación de capital, pero el consumo interno continuó deprimido, con un crecimiento de sólo 0,9 por ciento.
En opinión del analista el objetivo prioritario de esta y cualquier otra reforma debe ser alcanzar el equilibrio fiscal estable y duradero, que pasa por la sostenibilidad de la deuda pública, para lo que se hace indispensable generar un superávit en las finanzas del gobierno central pero sin perder de vista que la meta debe ser el bienestar social, la equidad y el crecimiento económico.
Según Cecilia López, presidenta de la no gubernamental Agenda Colombia y ex ministra de Agricultura, en los últimos años ha aumentado el número de pobres y la diferencia entre éstos y los ricos es cada vez mayor.
Las cifras oficiales indican que, en una población de 44 millones, más de la mitad están en la pobreza, con ingresos de hasta dos dólares diarios, y de ellos, 10 millones en la indigencia, con ingresos de hasta un dólar diario.
Además, un millón de personas pasaron en el último año de la pobreza a la indigencia.