El acceso a Internet se limitará aún más en Cuba cuando entre en vigor este mes una resolución gubernamental que restringe la conexión a aquellos teléfonos que se pagan en dólares, salvo casos extraordinarios.
Si hasta ahora los cubanos no tenían posibilidades de contratar una cuenta personal de conexión a la red mundial de computadoras, en adelante la mayoría tampoco podrá acceder desde su domicilio.
Yo trabajo en mi casa la mayoría del tiempo y necesito tener acceso a información. Hasta ahora lo había resuelto con la contraseña que me prestaba una amiga extranjera para usar (Internet) sólo de madrugada, comentó a IPS una investigadora que no quiso revelar su nombre.
Otras personas, en tanto, recurrían a la informalidad pagando cuotas de hasta 25 dólares al mes, sin ninguna garantía, por una clave de acceso que alguien robaba de una institución estatal o de cualquier cliente de los proveedores cubanos.
Si el dueño la cambiaba, pues mala suerte. Es un riesgo que hay que asumir, señaló un publicista independiente que hace más de cinco años baja los programas que necesita de Internet comprando una password (clave de acceso) aquí y otra allá.
La conexión a Internet se ofrece, incluso, como un atractivo adicional en algunos negocios privados de renta de habitaciones a turistas extranjeros.
En esta isla caribeña existe un verdadero mercado subterráneo cibernético que incluye la elaboración y colocación de página en sitios fuera de Cuba con anuncios de alquileres, guías de turismo, galerías de arte o restaurantes privados.
Una página de este tipo en la red mundial de computadoras puede costar entre 600 y 800 dólares.
Así, las quejas de los usuarios por el robo de contraseñas se volvieron parte de lo cotidiano en los últimos años, a pesar de las estadísticas de conexión de cada abonado incluyen los números telefónicos que acceden por su cuenta.
Las sospechas muchas veces recaen sobre los técnicos de los escasos proveedores existentes en Cuba, todos pertenecientes al Estado en este país de sistema socialista.
Por cada máquina que se conecta legalmente puede haber unas 10 o más accediendo a la red de forma ilegal, estiman especialistas.
En este contexto, la nueva resolución del Ministerio de la Informática y las Comunicaciones asegura que resulta procedente regular el acceso conmutado al servicio de navegación por Internet.
La normativa, que entrará en vigor el 24 de este mes, dispone la adopción de medidas contra la sustracción de contraseñas y el uso fraudulento y no autorizado de este servicio.
Al mismo tiempo, aclara, se excluirán de la aplicación de la medida la relación de teléfonos que se pagan en moneda nacional, autorizados por los jefes de los organismos centrales del Estado e instituciones del país.
Así, alrededor de 500 periodistas que trabajan para medios de comunicación nacional y otras excepciones autorizadas oficialmente, seguirán conectándose desde sus domicilios y pagando en moneda nacional.
Me dan derecho a 80 horas mensuales por 30 pesos cubanos (el dólar se cotiza a 26 pesos) y, además, la emisora paga buena parte de mi cuenta telefónica, contó a IPS un reportero de una emisora de radio de alcance nacional.
El sector de la prensa es, sin embargo, una excepción. La contratación de líneas telefónicas en dólares no está abierta a la población de más de 11 millones de habitantes y, aunque decidiera abrirse, sólo una minoría podría asumir el pago de ese servicio.
Fuentes especializadas indican que alrededor de 60 por ciento de los habitantes de Cuba tienen acceso a la divisa estadounidense, pero los ingresos en esta moneda suelen ser inestables y en muchos casos, mínimos.
En tanto, el acceso a Internet está restringido a organismos del Estado, instituciones especialmente aprobadas, universidades, determinados centros científicos y de investigación, el sector diplomático y de empresas extranjeras.
En el caso de las instituciones estatales, sólo el personal previamente autorizado puede navegar por Internet. Mientras, buena parte de los intelectuales y artistas con computadoras propias tienen sólo derecho a usar el correo electrónico.
Un número importante de las personas que tienen casillas electrónicas se conectan con servidores ubicados en sus centros de trabajo, a través del cual pueden bajar o enviar sus mensajes sin ir más allá.
Economistas consultados estiman que sería mucho más beneficioso para el país abrir los servicios de Internet a toda persona que quisiera contratarlo, en lugar de mantener las actuales altas tarifas en dólares.
Una conexión a tiempo completo puede oscilar entre 230 y 300 dólares, en dependencia del proveedor.
Empero, autoridades del sector aseguran que el gobierno estaría dispuesto a masificar el acceso, pero existen grandes limitaciones económicas que han obligado a dar prioridad a determinados sectores de la población y el llamado uso social. Según el ministro de la Informática y las Comunicaciones, Ignacio González Planas, la política del país de otorgar prioridad el acceso desde instituciones se basa en limitaciones técnicas. Datos de esa cartera indican que unos 270.000 ordenadores funcionan en la isla, 65 por ciento de ellos conectados a la red mundial. De ese total, 58.800 se encuentran en centros educacionales de todos los niveles.
Un informe publicado por la prensa oficial indica que las cuentas de correo electrónico ya superan en la actualidad las 480.000, cuando en 2001 sólo sumaban unas 60.000.
Servicios de correo y navegación han sido abiertos también en la red de correos del país y en una cantidad aún limitada de cibercafés, opción que se mantendrá disponible mediante el pago de tarjetas en dólares.
Pago 4,50 dólares por una tarjeta que se va en nada, pero no me queda otra opción, contó una mujer que suele usar los servicios de una oficina de correos para chatear con su hija que vive en Estados Unidos.