Las autoridades de China confían en que la economía nacional mantenga un desempeño notable este Año del Mono, tras alcanzar un crecimiento de 9,1 por ciento en 2003, pero advierten sobre el riesgo de recalentamiento.
”Tendremos condiciones favorables, pero también desafíos”, previno el primer ministro Wen Jiabao en su discurso de año nuevo lunar desde una sala adornada con figuras recortadas en papel rojo en el Gran Salón del Pueblo, sede del parlamento.
No por casualidad el gobierno decidió publicar las cifras económicas de 2003 en la víspera del Año del Mono, asociado, igual que el animal que le da nombre, con el dinamismo y la energía, pero también con la turbulencia y el riesgo.
Contra las predicciones de enlentecimiento económico por causa del brote del síndrome respiratorio agudo severo (SRAS) o neumonía atípica, que redujo el turismo, la economía del gigante de Asia registró en 2003 la tasa de crecimiento más alta desde 1997.
”El crecimiento en 2003 podría convertirse en un hito en la historia económica nacional”, celebró Li Deshui, director de la Oficina Nacional de Estadística, confiado en que el notable desempeño de la economía en 2003 continúe este año.
Otros funcionarios chinos se mostraron más cautos al dirigirse a la nación en la víspera del nuevo año lunar, que comenzó el jueves 22.
El primer ministro Wen instó a la población a adoptar un estilo de trabajo más ”realista” en el Año del Mono, tradicionalmente considerado un año turbulento y riesgoso.
Desde su asunción al poder en marzo del año pasado, Wen y el presidente Hu Jintao están abocados a la promoción de una nueva fase de rápido crecimiento, como forma de resolver el problema del desempleo y aumentar el ingreso de los hogares rurales.
El principal desafío del Año del Mono será equilibrar la necesidad de crecimiento continuo con la prevención de atascos y burbujas económicas en el país más poblado del mundo, con 1.300 millones de habitantes.
Dado que China es el motor del comercio y el crecimiento en Asia, su desempeño en 2004 tendrá un profundo impacto en la economía regional y mundial.
Mientras celebran el crecimiento ”extraordinario” y mayor de lo previsto del año pasado, los planificadores económicos advierten sobre el riesgo de recalentamiento.
Ya hay claras señales de que la economía crece con excesiva rapidez en algunos sectores y que algunas industrias atraen demasiadas inversiones.
Wu Jinglian, considerado un ”gurú” económico en China, urgió al gobierno a adoptar estrictas políticas monetarias este año, según el diario China Economic Times.
Wu y otros expertos temen que la producción nacional se vuelva imposible de absorber por la población nacional y por los exportadores.
El crecimiento explosivo de China en los últimos siete años generó una enorme demanda de productos básicos como acero, aluminio, cobre y cinc, cuyos precios internacionales aumentaron.
China consumió el año pasado 30 por ciento de la producción mundial de carbón, 36 por ciento de la de acero y 55 por ciento de la de cemento, destacó Li Deshui, y reconoció que los precios de estos últimos dos productos están en aumento.
Como resultado de este frenético ritmo de producción, economistas occidentales creen que la expansión del producto interno bruto (PIB) chino en 2003 fue de 11 a 13 por ciento, y no de 9,1 por ciento como afirma Beijing.
Un claro síntoma del recalentamiento económico es la escasez de energía. Más de la mitad de las 26 provincias del país sufren habitualmente cortes de electricidad.
Algunos cortes están vinculados con la deficiencia de carbón, aunque China es el mayor productor mundial de ese mineral.
El sector del acero, otra gran industria china, creció 21 por ciento en 2003, pero este aumento no fue suficiente para satisfacer la demanda nacional de las industrias de los automóviles y los electrodomésticos, y se debieron incrementar las importaciones. Este incremento mantiene a flote la industria del acero en países vecinos como Japón.
La industria automovilística (la mayor usuaria de acero) podría convertirse en el sector más recalentado de la economía nacional. Las ventas de automóviles aumentaron 75 por ciento el año pasado, y según la agencia estatal de noticias Xinhua, este año las ventas superarán los cinco millones de unidades.
En base al crecimiento de la demanda, fábricas extranjeras de automóviles, desde Volkswagen hasta General Motors y Toyota, anunciaron planes de expansión en 2004.
Todo suena como buenas noticias para China y la economía mundial, pero el peligro es que el crecimiento se enlentezca abruptamente este año, en perjuicio de la economía china y de los países vecinos que dependen en gran parte de ella.
”Desde todos los puntos de vista, es lógica la preocupación por el recalentamiento”, admitió Li. ”Sin embargo, el gobierno central ya ha tomado medidas”, aclaró.
En junio, el gobierno anunció nuevas normas para la construcción de inmuebles suntuosos, destinadas a restringir los créditos e hipotecas. En octubre, el Banco del Pueblo hizo otro esfuerzo por restringir los créditos aumentando la reserva exigida a los bancos de seis a siete por ciento del capital.
El Consejo de Estado (gabinete) también restringió la aprobación de nuevas fábricas en las industrias del aluminio y el acero.
Sin embargo, otras medidas económicas aseguran el mantenimiento del ritmo de las inversiones en ciertas áreas consideradas clave, como el cinturón industrial del noreste.
Por un lado, el gobierno intenta disuadir a los bancos públicos de otorgar créditos para proyectos de dudosa calidad, pero por otro, anunció este mes un enorme paquete de rescate financiero para dos de esos bancos, lo que implica una inyección de 45.000 millones de dólares a la economía. (