Con su más medido tono diplomático, el director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Horst Koehler, le pidió el lunes al presidente de Argentina, Néstor Kirchner, que su gobierno sea "más amigable" con los acreedores privados para que Argentina pueda completar la reestructuración de su deuda declarada en cesación de pagos a fines de 2001. El planteo de Koehler en busca de mejorar la oferta argentina de quita de 75 por ciento del valor nominal de los bonos del Tesoro en cuestión, ocupó una buena parte de los 90 minutos de su conversación con Kirchner en la nororiental ciudad mexicana de Monterrey, donde se intentó encauzar la relación a mediano plazo entre ambas partes. La posición del director del FMI coincide con la de Estados Unidos y se espera que su presidente George W. Bush también recomiende este martes a Kirchner que ponga "buena cara" ante los acreedores.