Los líderes de India y Pakistán concentraron las expectativas de la cumbre de la Asociación de Asia Meridional para la Cooperación Regional (SAARC) al reunirse a dialogar por primera vez en casi tres años.
De todos los asuntos en juego en la conferencia, la prensa y la comunidad internacional se interesaron principalmente por la evolución de las relaciones entre los vecinos y rivales India y Pakistán, los países más poderosos del bloque regional, que estuvieron al borde de una guerra nuclear en los primeros meses de 2002.
Los otros países miembros de SAARC (Bangladesh, Bhután, Maldivas, Nepal y Sri Lanka) también cifran grandes expectativas en el deshielo de las relaciones indo-pakistaníes.
El primer ministro indio, Atal Behari Vajpayee, llamó a la reunión de una hora con el presidente pakistaní Pervez Musharraf una visita de cortesía, mientras que un funcionario de Pakistán declaró que ambos mandatarios mantuvieron discusiones detalladas que terminaron de manera positiva.
Ambas partes se cuidan de no alentar demasiadas esperanzas, porque aún queda mucho camino por recorrer en la reparación de las relaciones bilaterales, si bien éstas se han vuelto algo más cálidas en los últimos meses.
La reunión de este lunes es vista como la culminación de una serie de medidas de construcción de confianza, como la restauración de los vínculos carreteros, aéreos y ferroviarios, en contraste con la situación de hace casi dos años, cuando ambos países desplegaron casi un millón de soldados en su frontera común.
La perspectiva de una relación más cordial entre los dos rivales de Asia meridional entusiasma a muchos.
El primer ministro de Nepal, Surya Bahadur Thapa, dijo que la mejora de las relaciones indo-pakistaníes disminuiría la tensión y proveería un nuevo ímpetu a la cooperación entre los países de SAARC.
Incluso muchos pakistaníes se alegraron por la presencia de Vajpayee en la ciudad, y esperan que conduzca a algo positivo.
Me alegró tanto ver la foto en el periódico de los dos primeros ministros (Vajpayee y su par pakistaní Zafarullah Jamali, que se reunieron el domingo) saludando a la gente, estrechándose las manos, comentó Mohammad Hussain, un funcionario público jubilado.
El diálogo entre Musharraf y Vajpayee este lunes fue precedido por una reunión de 30 minutos entre Vajpayee y Jamali el domingo.
Este clima debe continuar. Debemos abandonar el encono existente desde nuestra independencia en 1947, dijo Hussain, en referencia al año de la partición del subcontinente indio según grupos religiosos, por los salientes dominadores coloniales británicos.
Mientras los partidos islámicos, en particular aquellos que apoyan el separatismo en Cachemira (el único estado indio de mayoría islámica, igual que la población pakistaní), mantienen su línea de no compromiso con India, algunas figuras públicas reclaman que Vajpayee se dirija al pueblo de Pakistán, como lo hizo en 2000 el entonces presidente estadounidense Bill Clinton en su visita a este país.
Debemos inculcar la confianza mutua para asegurar la paz. Para esto, debemos dejar de demonizar a los líderes de ambos países. Se debería pedir a Vajpayee que hable al pueblo pakistaní, sugirió un activista del Foro de India y Pakistán para la Paz y la Democracia.
El futuro de SAARC depende de las relaciones indo-pakistaníes, destacó un editorial en un diario de lengua urdu.
Desde su fundación hace 18 años, la asociación regional no ha logrado fortalecer la cooperación regional, debido principalmente a disputas bilaterales.
A la cabeza de la lista de escollos está el antiguo conflicto de Cachemira, que fue causa de dos guerras abiertas entre India y Pakistán en 1948 y 1965 y de otra no declarada en 1999, en la zona fronteriza de Kargil.
SAARC sólo puede volverse una organización viable y fuerte, con incidencia en la cooperación y el desarrollo de la región, si sus dos principales actores superan sus problemas o al menos inician un proceso para ese fin, comentó Salim Bojari, editor del diario de lengua inglesa The News.
Mientras, la cumbre discute un programa de seis puntos acordado por los cancilleres de los siete países miembros el fin de semana.
El programa de la cumbre, que terminará este martes, incluye un Acuerdo de Libre Comercio de Asia Meridional, un protocolo adicional a la Convención sobre el Combate al Terrorismo, de 1987, una carta social, una estrategia de alivio de la pobreza y la creación del Banco de Desarrollo de Asia Meridional.
El progreso hacia la aplicación de las decisiones de la cumbre dependerá del estado de las relaciones políticas entre los miembros del bloque, destacó Pervez Iqbal Cheema, director del Instituto de Investigaciones Políticas de Islamabad.