En la declaración final de la Cumbre de las Américas, a celebrarse lunes y martes en la ciudad mexicana de Monterrey, quedarán consensos y promesas de unidad. Pero detrás de esa formalidad persistirá un eco de diferencias y algunas pugnas.
En vísperas de la cita, la cuarta de su tipo, las relaciones entre Estados Unidos y los gobiernos de Argentina, Brasil y Venezuela aparecen tirantes debido a distintas visiones políticas y de integración continental.
También hay tensiones entre Chile y Bolivia por el interés del segundo en lograr una salida al mar.
Aunque en la foto habrá sonrisas y en la declaración política muchas buenas intenciones, en los hechos la cita difícilmente borrará las tensiones que se han fraguado en últimas fechas entre los países americanos, dijo a IPS el investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México, Bruno Negrete.
Los asuntos centrales de la agenda son crecimiento económico con equidad, desarrollo social y gobernabilidad democrática. Participarán los jefes de Estado de los 34 países de la Organización de Estados Americanos (OEA), con excepción de Cuba, suspendida desde 1962.
Hasta este viernes, 30 de los 56 párrafos de la declaración final de la cita permanecían entre corchetes (sin consenso), hecho normal, según el embajador mexicano en la OEA, Miguel Ruiz,
Para observadores la dificultad de redactar un texto común expresa las diferencias existentes, centradas en los temas relativos a la seguridad, el terrorismo y el proyecto de crear el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA).
La cumbre será un proceso de simulación, pues las diferencias entre los gobiernos de corte de izquierda como Argentina, Brasil y Venezuela y el derechista de Estados Unidos son hechos que no desaparecerán con fotos y abrazos, dijo a IPS Héctor de la Cueva, portavoz del grupo Alianza Social Continental.
Los movimientos sociales del continente, gran parte de los cuales están representados en la Alianza, realizarán foros y movilizaciones paralelas al encuentro presidencial. Además, el domingo presentarán sus propuestas a los cancilleres, en una cita especial organizada por la OEA.
No creemos que los gobiernos tomen en cuenta las posturas de la sociedad, pues (éstas) critican de raíz los modelos económicos y de integración vigentes, pero las presentaremos de todas formas, dijo De la Cueva, líder de la Red Mexicana de Acción Frente al Libre Comercio.
La primera Cumbre de las Américas se realizó en diciembre de 1994 en Miami, Estados Unidos. La segunda se celebró en Santiago, en abril de 1998, y la tercera en la ciudad canadiense de Québec, en abril de 2001.
La instancia es definida por la OEA como reunión de países con gobiernos elegidos democráticamente que operen con economías de mercado libre, que lleven a cabo negociaciones internacionales multilaterales con bases igualitarias y que tomen decisiones por consenso.
A diferencia de 1994, cuando la mayoría de gobiernos de América conjugaba con las ideas económicas dictadas por Washington, al fragor de las cuales se creó el proyecto del ALCA, hoy en la región pesan países como Argentina, Brasil y Venezuela que tienen gobernantes afines a posturas de izquierda.
De forma velada o directa, portavoces del gobierno estadounidense de George W. Bush cuestionaron esta semana al de Néstor Kirchner, de Argentina, por sus relaciones con Cuba.
Con Venezuela, gobernada por Hugo Chávez, también hubo tensiones, pues Washington acusa al mandatario de tener vínculos demasiado estrechos con Cuba, país que en los momentos más álgidos de la guerra fría llamó a la OEA, organizadora de la Cumbre de las Américas, ministerio de colonias de los Estados Unidos.
La relación de Washington con el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, tampoco es la mejor, pues ambos mantienen posiciones encontradas sobre el proyecto del ALCA y sobre la apertura comercial en el marco de la Organización Mundial de Comercio.
Además, en respuesta a las estrictas medidas de seguridad que Washington impuso desde el lunes en sus aeropuertos, como la recolección de huellas dactilares y fotografías de los extranjeros, Brasil adoptó similares controles a los estadounidenses.
Entre los latinoamericanos también hay pugnas. El presidente de Chile, Ricardo Lagos, advirtió que la soberanía marítima de su país no estará en discusión en Monterrey, declaración que siguió a una del mandatario de Bolivia, Carlos Mesa, quien anunció intención de negociar una salida al mar a través de territorio chileno
América ya no es la unidad de intereses y visiones de la que se hablaba en los años 90, luego del fin de la guerra fría, y por eso el gobierno de Bush está inquieto, opinó Negrete.
En los hechos, Washington ha trabajado poco con sus vecinos del sur, pero al parecer hay intención de cambio con nuevas iniciativas, dijo el experto en política internacional.
En la primera declaración de la Cumbre de las Américas de Miami, con un activo patrocinio de Estados Unidos, los países del continente se dijeron promotores de la economía de mercado y la apertura comercial y se plantearon crear el ALCA a más tardar en 2005.
Hoy, las diferentes visiones e intereses dividen aguas, mientras el ALCA, proyecto para crear una zona de libre comercio continental excluyendo a Cuba, avanza en una versión menos ambiciosa y profunda.
Pero según el representante de México en la OEA, que encabeza las negociaciones para afinar el documento final de la cumbre de Monterrey, no habrá nada que impida llegar a un texto de consenso, que firmarán los presidentes la tarde del martes 13.
Sabemos que al final los presidentes se darán la mano y, como se acostumbra, se tomarán una foto relajada y llena de sonrisas, pero no hay que engañarse, pues en los hechos subyacerán muchas diferencias, sentenció De la Cueva.