La institucionalidad ambiental de Chile está en crisis y es urgente un cambio que se apoye en una mayor participación ciudadana, advirtieron este martes activistas tras la dimisión de Gianni López a su cargo de director ejecutivo de la Comisión Nacional del Medio Ambiente (Conama).
López, un técnico independiente, presentó su renuncia indeclinable al cargo que ejercía desde noviembre de 2001, cuando sustituyó a Adriana Hoffman, una connotada ecologista designada a la cabeza de Conama por el presidente Ricardo Lagos cuando éste asumió el gobierno el 11 de marzo de 2000.
Junto con presentar su renuncia, López se acogió el lunes a sus vacaciones que finalizarán el 24 de febrero, pero en rigor su dimisión será aceptada o rechazada el 15 de ese mismo mes por Lagos, quien cumple actualmente una gira por Europa y tomará desde este fin de semana también su descanso anual.
Hasta que el mandatario se pronuncie, la dirección ejecutiva de la Conama será ejercida interinamente por el actual fiscal de la entidad, Alvaro Sapag, confirmó este martes el ministro de la Secretaría General de Gobierno y portavoz presidencial, Francisco Vidal.
La Conama, creada hace 10 años, muestra una accidentada historia, con cinco directores ejecutivos que enfrentaron diversos conflictos, ya fuera con partidos políticos, organizaciones ambientalistas, empresarios, firmas transnacionales e, incluso, con otros responsables gubernamentales.
López adujo como razón fundamental de su renuncia las diferencias con el ministro Francisco Huenchumilla y su segundo, Rodrigo Egaña, máximos responsables de la Secretaria General de la Presidencia, de la cual depende la Conama.
Uno de los motivos principales de la discordia, según trascendió este martes, fue el proyecto de ley sobre bonos de descontaminación, que el gobierno está empeñado en hacer aprobar en el parlamento pese al rechazo de grupos ambientalistas.
El funcionario renunciante tuvo discrepancias con Huenchumilla y Egaña acerca de indicaciones al proyecto que debían enviarse a la Cámara de Diputados, lo cual forzó su retiro, pero abrió a su vez un frente de polémica con los propios partidos oficialistas.
El diputado Guido Girardi, presidente del cogobernante Partido Por la Democracia (PPD), dijo luego de la renuncia del director de Conama que el gobierno deberá buscar los votos de la (oposición de) derecha para aprobar la ley de los bonos de descontaminación, sobre transacción de cuotas de emisión de contaminantes.
Diputados del también cogobernante Partido Socialista (PS) coinciden con activistas ambientales en el sentido de que ese proyecto distorsiona el espíritu del Protocolo de Kyoto, firmado en esa ciudad de Japón sobre disminución de las emisiones de bióxido de carbono, y cambia el principio de que el que contamina paga por el de el que contamina gana.
El proyecto tiene en cambio el decidido respaldo de sectores empresariales, en tanto está incorporado en la llamada Agenda pro crecimiento, que Lagos convino en 2003 con Juan Claro, presidente de la Sociedad de Fomento Fabril, el gremio de los industriales.
Estamos frente a un retroceso en la Conama y pérdida de confianza sobre la institución, dijo Girardi, quien valoró la gestión de López en tanto quiso, a su juicio, imponer criterios técnicos en su gestión en lugar de ceder a consideraciones políticas o coyunturales.
Vamos a retirar nuestro apoyo a la ley de emisión y transacción de cuotas de aire, porque esta iniciativa es, en suma, privatizar el aire y estamos en un mal escenario para los temas ambientales. Esto es un debilitamiento absoluto y un retroceso intencionado, sentenció Girardi.
Mientras el PPD lamentó el retorno a la politización de los temas ambientales, en la comunidad ecologista se fustigó en cambio el tecnicismo de la gestión del renunciado López.
El no gubernamental Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales calificó la gestión de López de autoritaria y lo acusó de haber minimizado la participación ciudadana en la calificación de proyectos de inversión y en la política ambiental.
Por su parte, el coordinador del grupo Acción Ecológica, Luis Mariano Rendón, sostuvo que López fue un escalador profesional que traicionó a Hoffman en 2001 para ocupar su cargo y apoyar la política de expansión del área urbana de Santiago que promueve el ministro de la Vivienda, Jaime Ravinet, en beneficio de especuladores inmobiliarios.
Rendón aseveró que con la salida de López nadie pierde nada. Es más, creo que nadie se va a dar mucha cuenta.
Mientras, Rodrigo Pizarro, director ejecutivo de la Fundación Terram, señaló este martes a la radio de la Universidad de Chile que la gestión de López estaba cuestionada desde el gobierno, desde que el informe de un consultor especializado concluyó que muy pocos de los compromisos ambientales del presidente Lagos se han cumplido.
A esta situación se sumó el conflicto en torno al proyecto de los bonos de descontaminación, como factor decisivo para la salida del director de la Conama.
Sin embargo, creo que más allá de eso hay que evaluar la renuncia de López en el contexto de la seguidilla de renuncias que ha habido en la Conama y la muy mala gestión que ha tenido en estos 10 años, dijo Pizarro.
Según el ambientalista, más allá de la dependencia de la Conama de la Secretaría General de la Presidencia, quienes han hecho la política ambiental en este gobierno son Ravinet y el ministro de Economía, Jorge Rodríguez Grossi, ambos del también cogobernante Partido Demócrata Cristiano.
Mientras Ravinet definió la política ambiental como facilitadora del mercado, Rodríguez Grossi la concibió como eliminadora de los lomos de toro (obstáculos en las calles para disminuir la velocidad) para las inversiones empresariales, explicó el director de la Fundación Terram.
Pizarro señaló que esta dependencia de intereses sectoriales es ya insostenible y que ha llegado la hora de generar una nueva institucionalidad para la Conama, a través de una discusión amplia y transparente, con todos los sectores, que dote a este organismo de una efectiva independencia. (