VENEZUELA: Emergen tolerantes y pacifistas

Niñas, niños y jóvenes venezolanos dan ejemplo a los adultos con actividades por la paz y la tolerancia, bálsamos para el polarizado ambiente político de este país dominado por una enconada lucha por el poder.

Organizaciones no gubernamentales (ONG) experimentadas en la defensa de la justicia y los derechos humanos multiplican sus llamados y actividades para ”aceptar al otro”, a las puertas de nuevas batallas electorales sobre las que gravita el fantasma de la confrontación violenta.

El mandato del presidente Hugo Chávez (2000-2006) podría ser revocado en un referendo durante el primer semestre de 2004, si son validadas casi 2,5 millones de firmas necesarias para solicitarlo.

Los oficialistas, a su vez, recogieron firmas para revocar el mandato de parlamentarios opositores.

”Mi familia está dividida entre oficialismo y oposición. Yo sueño a Venezuela unida, en paz”, dijo a IPS Zulyvic, de 13 años, quien participó el mes pasado de un encuentro de niñas, niños y jóvenes.

”La Venezuela que soñamos” comprendió jornadas de música, teatro y danza, impulsadas por la organización no gubernamental para la infancia Centros Comunitarios para la Infancia (Cecodap), en Caracas.

La unidad alude a la aguda polarización política que, según 10 encuestadoras de oposición, se expresa en algo más de 30 por ciento de apoyo sin ambages a Chávez, y de casi 60 por ciento por su salida inmediata de la presidencia.

La invocación a la paz responde al desenlace violento de demostraciones políticas en los dos últimos años. La jornada más trágica fue la del 11 de abril de 2002, cuando murieron 19 personas de uno y otro bando al cabo de una gigantesca marcha opositora que detonó un efímero golpe de Estado contra Chávez.

Con el lema ”Aquí cabemos todos” , la coalición Paz en Movimiento, de grupos y personas que marcan distancias con los polos en pugna, presentó a fines de noviembre un documento en el que clama por ”el reconocimiento del otro”.

”Creemos que los referendos revocatorios pueden contribuir a la construcción de la paz sólo si sus resultados no se interpretan como la eliminación del otro, sino como un paso hacia la necesaria coexistencia de expresiones políticas diversas”, plantea el texto de 30 organizaciones no gubernamentales al que se sumaron figuras del ámbito de la cultura.

El ex jugador de béisbol Oswaldo Guillén que desde noviembre es el primer venezolano que alcanza la posición de manager en las Grandes Ligas de Estados Unidos -con los Medias Blancas de Chicago- también pidió a todos respeto al adversario.

”Si gana (el referendo) nuestro presidente, que respeten el resultado. Y si pierde, que sea lo mismo. Debemos tener mucho cuidado para que no vayan a pasar cosas que no quisiéramos”, dijo el popular deportista conocido como ”Ozzie” Guillén.

Estas expresiones reflejan la emergencia de un ”tercer sector”, compuesto por los ”ni-ni”, que no atienden ni a uno ni a otro extremo, y por los moderados que en ambos campos van desmoronando las posiciones otrora solidificadas.

Oscar Schemel, de la encuestadora independiente Hinterlaces, dijo, tras entrevistar a más de 600 personas de todo el país en pequeños grupos de opinión, que ”seguidores de Chávez, de la oposición y 'ni-ni' coinciden en la importancia de propiciar la paz y la reconciliación para superar la crisis”.

”Me gustaría que nuestra Venezuela fuera más respetuosa, más tolerante”, opinó Asdrúbal, de 15 años, en las jornadas de Cecodap.

Sondeos de la encuestadora Consultores 21, de tendencia opositora, también dan cuenta de que ”si se excluye de la agenda el tema Chávez, la gente coloca como prioridad buscar la unidad y la reconciliación, la creación de empleo y lograr crecimiento económico”.

Los medios de comunicación privados, la mayoría de los cuales milita en el bando opositor, ”han comenzado a cambiar y en los programas de radio y televisión se tiende a incorporar al famoso 'otro', que no es tan diferente”, observó a IPS el sacerdote católico Armando Janssens, de la ONG de trabajo social Sinergia.

Otro frente de iniciativas fue abierto por el estadounidense Centro Carter para la Paz, del ex presidente Jimmy Carter (1977-1981), la Cámara Venezolana de la Radiodifusión y la coalición Paz en Movimiento, con un convenio para realizar publicidad por la tolerancia.

El Centro Carter ”quiere que puedan transmitirse microprogramas con llamados a la paz, a la coexistencia, y a la convivencia democrática”, dijo su representante, Francisco Diez.

Claudia Rodríguez, coordinadora en la Red de Apoyo por la Justicia y la Paz, dijo a IPS que a partir del 11 de abril de 2002 ”se nos acercan personas preocupadas por la paz. Jóvenes y no tan jóvenes. Todos coinciden en la necesidad de hacer algo”.

Parte de la población y de los medios de comunicación venezolanos saludan estas iniciativas, pero ”aún hay mucho escepticismo. Hemos encontrado de entrada un poco de prudencia, de ironía”, dijo Janssens.

Más allá de estar a favor o no del gobierno, ”hay personas que están básicamente en contra de la violencia política, en contra de que en el país se quebranten las normas de convivencia”, dijo a IPS el sociólogo Tulio Hernández.

Venezuela podría constituirse en ejemplo para otros países, según Hernández. ”Si salimos bien de esta situación, si volvemos a la normalidad, si resolvemos los conflictos sin tener que ir a la violencia, habremos dado una lección a América Latina”, opinó.

Chile ”pagó la polarización con una dictadura de 17 años y 3.000 desaparecidos, Argentina con otra, de muchos años y 30.000 muertos y desaparecidos, y Nicaragua con una guerra de 7 años y 28.000 muertos”, evocó Hernández.

El sociólogo se refería a la dictadura chilena de Augusto Pinochet (1973-1990), al último régimen militar argentino (1976-1983) y a la guerra civil que emprendieron los ”contras” nicaragüenses, financiados por Estados Unidos, contra el gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional (1982-1989).

”La idea no es eliminar el conflicto, porque en sí mismo no es malo, pero debe ser manejado de una forma constructiva”, comentó Ana Cabria Mellace, del Centro Carter.

”En Venezuela no existe un grado de violencia como el que se observa en otros países. Eso es algo de lo que los venezolanos que trabajan por la paz deben estar muy orgullosos”, añadió.

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