IRAQ: Terrorismo o resistencia, sin solución a la vista

España está conmocionada por la muerte de siete de sus militares en Iraq, consecuencia de lo que unos llaman terrorismo y otros resistencia contra la ocupación, sin que nadie advierta soluciones a la vista.

El gobierno y la oposición coinciden en condenar lo sucedido y respetar el dolor de las familias afectadas, pero el primero ratificó este lunes que permanecerán en Iraq las tropas españolas que integran la fuerza ocupante de ese país, encabezada por Estados Unidos, y la oposición exige su retirada.

Este lunes, esa ratificación realizada por el centroderechista presidente del gobierno, José María Aznar fue acompañada por la partida hacia Iraq de 200 militares más, que se sumarán a las tropas destacadas allí al comenzar en mayo la ocupación, y que según las autoridades tienen como misión la ayuda humanitaria.

El ataque el sábado contra dos automóviles que trasladaban a ocho militares españoles, miembros del Servicio Nacional de Inteligencia, culminó con la muerte de siete de ellos y puso de manifiesto que la situación iraquí es mucho más caótica hoy que al inicio de la ocupación.

”En Iraq hay una inseguridad creciente, con diferentes actores y una mezcla de resistencia armada y actos terroristas”, dijo a IPS Jesús Nuñez, director del Instituto de Estudios de Conflictos y Acciones Humanitarias e investigador del Centro de Investigación para la Paz.

La arabista Carmen Ruiz Bravo, catedrática de la Universidad Autónoma de Madrid, califica de ”resistencia” los ataques contra las tropas que ocupan Iraq, y sostiene que ”la lucha de las gentes contra los invasores es inevitable”. Por eso cree que ”a los soldados ocupantes les conviene salir ya, y a escape”.

En términos similares se pronunció Joaquín Antuña, presidente de la organización no gubernamental Fundación Paz y Cooperación, e integrante de la Coalición para el Cambio Global, de San Francisco y de la Asamblea de los Pueblos.

En diálogo con IPS, Antuña dijo que la emboscada forma parte de una insurrección contra un invasor, y por ende de ”un proceso de liberación”.

El activista cree que el ataque no se realizó en forma deliberada contra españoles, sino que ”fue al azar, contra un grupo de extranjeros que, por ser blancos, son considerados parte del grupo aliado” que invadió y ocupa Iraq.

Los ocho militares cayeron en una emboscada en la carretera que lleva a Latifiya, una aldea ubicada 30 kilómetros al suroeste de Bagdad. Tras 20 minutos de resistencia, siete fueron muertos y el restante, José Manuel Sánchez Riera, logró escapar.

Después de dialogar con el superviviente, el ministro de Defensa, Federico Trillo, dijo que la emboscada pudo tener su origen en ”un soplo, una delación o una traición de alguien de aquel entorno”.

El ministro basó su afirmación en que las víctimas eligieron una carretera secundaria y no la autopista principal para desplazarse, ya que querían pasar inadvertidos.

Además, añadió, los ocho ”no tenían aspecto occidental”, por lo que se sospecha que el atentado fue consecuencia de ”una traición” de alguien del entorno de los agentes secretos, a los que la prensa española ha definido como ”espías”.

Uno de los muertos, José Merino, dijo en una entrevista realizada días antes de su muerte y publicada el domingo por el diario madrileño El País que su trabajo en la unidad de operaciones psicológicas era ”informar a la población de la misión en Iraq y mejorar la imagen del destacamento (español) en la zona de operaciones”.

Haya sido una emboscada producto de información pasada por un iraquí infiltrado entre sus contactos, o fruto del azar por su aspecto occidental, lo cierto es que el hecho ha replanteado con más fuerza el tema en España.

El director del diario catalán La Vanguardia, José Antich, recordó este lunes que en Iraq no ha habido guerra corta como prometió Washington, y que el derrocado gobernante iraquí Saddam Hussein, contra quien se lanzó el ataque, no ha aparecido.

Además, el ejército de Iraq, ”que no resistió al conflicto bélico, en la posguerra tiene planteada una auténtica guerra de guerrillas, en la que los partes de muertos no dejan de aumentar peligrosamente”.

Antich alegó que ”sí es la hora de exigir un plan realista sobre cómo ganar esta guerra y devolver el gobierno, ya sin Saddam, a los iraquíes”.

Frente a esa situación, se plantea si España debe o no retirar sus tropas. Aznar sostiene que las mantendrá, mientras desde la oposición el Partido Socialista Obrero Español y la coalición Izquierda Unida demandan su retirada.

Para Núñez, quien se opuso activamente a la ocupación de Iraq, en estos momentos ”no es inteligente la retirada, pues sería el germen de nuevas luchas”.

Lo que corresponde es restaurar la legalidad internacional, que los invasores asuman su responsabilidad y que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) tome el control, tanto económico como político y de seguridad, opinó.

”A corto plazo no puede haber una dejación”, concluyó el investigador.

Clare Short, ex ministra británica de Desarrollo Internacional que renunció a ese cargo por su desacuerdo con la guerra, coincidió en que es necesario plantear una retirada planificada.

”Deberíamos entregar el poder político a la ONU e internacionalizar el apoyo para una reconstrucción del país dirigida por los mismos iraquíes”, sostuvo.

Eso ”permitiría con el tiempo reducir y reemplazar las tropas, y garantizaría que los iraquíes sean quienes determinen el futuro de Iraq”, agregó la ex ministra.

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