DEPORTES-BRASIL: Trabajar es un juego

«Para mí fue como renacer, todo lo que tengo lo debo al basquetbol. Fue mi rehabilitación, me permitió ganar independencia y nuevos amigos, me abrió puertas, incluso en el trabajo».

Quién asi se manifestó es Cintia Girelli Ribeiro, parapléjica desde 1987 a causa de un accidente automovilístico, pero dueña de una increíble agilidad en su silla de ruedas, capaz de subir o bajar por escaleras mecánicas sin ningún esfuerzo aparente.

Hace 10 años empezó a jugar básquetbol. Era sólo parte de la fisioterapia, pero se reveló tan buena que en 1996 integró la selección brasileña que disputó los Juegos Paralímpicos de Atlanta, en el sudeste de Estados Unidos, donde ganaron muchas medallas.

"Me abrió un nuevo mundo, conocí mucha gente", sepultando la idea de que "ya no podía hacer nada", después del trágico accidente, contó a IPS. Hoy, a los 38 años, trabaja como secretaria de la Fundación Lar San Francisco de Paula, una institución de asistencia a personas con capacidades deferentes en Río de Janeiro.

Ahora se apresta a hacer un curso universitario de diseño industrial, abandonando para eso el deporte, porque ya no podrá seguir los entrenamientos tres noches en la semana.

Son muchos los basquetbolistas en sillas de rueda en Brasil, donde hay campeonatos estaduales, regionales y luego uno nacional entre los mejores.

Por ejemplo, en Sao Paulo existen 18 equipos masculinos y en Río de Janeiro seis, informó la deportista. "Las mujeres tardan más en adherir", pues tienen sólo ocho equipos en todo el país, lamentó.

Ribeiro es un ejemplo del impresionante desarrollo deportivo de Brasil en el siglo XX, reflejado en el Atlas de Deportes, Educación Física y Actividades Físicas de Salud y Esparcimiento, que está terminando de elaborar un consorcio de seis instituciones nacionales para ser publicado en febrero.

Las escuelas y facultades de Educación Física, que en 1940 apenas eran cinco en Brasil mientras que este año ya suman 406, han graduado a más de dos tercios de los 234.000 educadores físicos existentes hoy en el país.

Ese empuje ignoró el estancamiento que sufrió la economía en las dos últimas décadas y se puede decir que para los deportes no hubo "décadas perdidas" como en otras áreas. El producto bruto interno (PBI) creció sólo 2,25 por ciento anual entre 1996 y 2000, mientras que el producto deportivo se expandió 12,34 por ciento cada año.

Hoy las 12 principales modalidades del sector emplean a 963.000 personas, entre atletas pagados, entrenadores, directores técnicos, limpiadores, adminitrativos y otros trabajos relacionados a las entidades, evitando que la desocupación en el país sea más grave que el actual 12,9 por ciento de la población económicamente activa.

La lista de disciplinas deportivas que ofrece más cantidad de empleos es liderada por el fútbol, con 150.000 puestos, seguida por los centros de gimnasia y luchas (las llamadas "academias") con 140.000, y los deportes hípicos con 133.000 trabajadores, según datos recogidos por 356 personas que participaron en la elaboración del Atlas.

Brasil ya no es "el país del fútbol" sino que se hizo "polideportivo" en las tres últimas décadas, con un fuerte impacto económico y social, sostuvo Lamartine da Costa, quien ideó y coordina el Atlas.

Registros oficiales indican que unos 7,5 millones de los 177 millones de brasileños practican fútbol, 11 millones hacen natación en 1,3 millones de piscinas existentes en el país y 10,5 millones son los que juegan futsal, el también llamado fútbol de salón que se juega en canchas de basquetbol y voleibol.

Además, Brasil tiene 20.000 "academias", superando los 18.200 de Estados Unidos. Esa comparación es engañosa, pues los frecuentadores brasileños suman 3,4 millones, mientras los estadounidenses ascienden a 33,2 millones, según el Atlas. Pero los ingresos de 1.200 millones de dólares representa una importante actividad económica para ese rubro.

De todas formas, algunos datos del Atlas pueden estar subestimados, advirtió Rui Campos, un ex jugador profesional de voleibol que actuó en la selección brasileña en los años 80 y jugó en Italia, Portugal y Francia de 1988 a 1993.

Campos es hoy gerente de Deportes del Servicio Social de la Industria (SESI), una organización cuyo programa deportivo cuenta con la participación de 500.000 trabajadores, en torneos nacionales e internacionales.

Una gran empresa del meridional estado de Paraná, por ejemplo, promueve juegos internos con 70 equipos y sólo envía una selección de los mejores atletas a los campeonatos del SESI, comentó Campos. Eso hace suponer que los trabajadores-atletas deben de ser muchos mas que medio millón, razonó en entrevista con IPS.

Además surgen nuevas modalidades, como el kit-surf, que hoy son ignoradas por los medios de comunicación y por tanto poco conocidas. También es éste el caso de los deportes indígenas y juegos de niños que se convierten en deportes con grandes campeonatos, como el skate, observó Campos.

Existe un mundo de cosas positivas y variadas que la prensa olvida en su afán de buscar tragedias y llagas, lamentó el entrenador.

Los deportes elevan la calidad de vida, según evalúan las mismas empresas, y contribuyen al avance escolar de los niños y al desarrollo cultural del pueblo, destacó en base a su experiencia.

Pero es mundo hecho también de frustraciones para millones de jóvenes que buscan profesionalizarse en deportes que pasaron a producir millonarios en las últimas décadas.

Ese el caso de Felipe Borges Dutton, quien a los 12 años ingresó en la escuela de fútbol de Zico, apodo de Artur Coimbra, uno de los mejores futbolistas brasileños de los años 70 y 80 y hoy director técnico de la selección de Japón, donde cumplió un papel clave para aumentar la popularidad de ese deporte.

Borges Dutton se hizo un prometedor mediocampista juvenil del Club de Futbol Zico (CFZ), cuyo equipo profesional buscaba ascender a la primera división del campeonato de Río de Janeiro. Pero la vida bohemia entorpeció su carrera, empezó a frecuentar centros nocturnos de diversión, lo que llevó a faltar a los entrenamientos de dos o tres horas diarias, admitió..

Perdió así la oportunidad de llegar al fútbol profesional en el CFZ, luego intentó en otros dos clubes y finalmente desistió. Más adelante en el tiempo un accidente automovilístico le afectó un pié, poniendo un fin definitivo al sueño deportivo, pese a la recuperación quirúrgica de la zona lesionada.

En la actualidad estudia administración de empresas. "Quería ser jugador de un equipo como Flamengo", el de mayor hinchada en Brasil, pero "es difícil renunciar a los placeres" en la adolescencia, dijo Borges Dutton a IPS.

Seguramente los jóvenes pobres tienen mejor suerte pues están mejor preparados para aguantar el esfuerzo, la disciplina requerida, porque "no tienen alternativas" como los de clase media como él, sostuvo.

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