En vísperas de la cumbre de la Comunidad Británica de Naciones (Commonwealth), Canadá siembra confusión defendiendo a los países del Sur en desarrollo y, al mismo tiempo, prácticas del Norte industrial que los perjudican.
”Los equipos de diplomáticos del gobierno canadiense que trabajan para la cumbre se contradicen entre sí”, aseguró la presidenta de la organización no gubernamental Consejo de Canadienses, Maude Barlow.
”La mayoría de los funcionarios canadienses que asistirán a la cumbre de la Commonwealth creen sinceramente que se debe aumentar la ayuda a los países en desarrollo para afrontar las epidemias y ayudar a reducir la deuda”, afirmó.
”Pero, al mismo tiempo, el Ministerio de Comercio y las principales figuras del gobierno defienden el actual curso del proceso de globalización económica y la liberalización comercial. Esto significa que apoyan políticas que afectan el ambiente y los derechos de los trabajadores del Sur”, añadió.
La cumbre de la Commonwealth se realizará en la ciudad nigeriana de Abuja entre el 5 y 8 de diciembre.
”Canadá apoya, por ejemplo, el programa del Banco Mundial para la privatización del agua. Es difícil ver cómo funcionarios de Canadá intentan justificar estas políticas mientras aseguran apoyar los intereses de los países de la Commonwealth”, señaló.
Canadá es un miembro activo tanto de la Commonwealth, integrado Gran Bretaña y 53 de sus ex colonias, como de la Organización Internacional de la Francofonía, un grupo de países que fueron en el pasado dominio de Francia.
”Se puede percibir cierta esquizofrenia en la política exterior de Canadá si se comparan las acciones de sus delegados en las conferencias como éstas y en las auspiciadas por la Organización de las Naciones Unidas”, afirmó Barlow.
El director del canadiense Instituto Polaris, Tony Clarke, señaló que las políticas comerciales de Ottawa van en contra de la redistribución de la riqueza entre el Norte y el Sur predicada por la Commonwealth.
”La mayoría de los países en desarrollo que integran la Commonwealth se opusieron a tratar los llamados 'temas de Singapur'” sobre inversiones y protección de patentes en la reunión de la OMC (Organización Mundial del Comercio) en la sudoriental ciudad mexicana de Cancún, dijo Clarke a IPS.
”Pero los países industrializados, entre ellos Canadá, querían expandir los poderes de la OMC y establecer nuevas reglas sobre inversiones y competencia”, añadió.
Por otro lado, Clarke señaló que el gobierno de Canadá, pese a tener una constante retórica a favor del Sur, no ha presionado para lograr la reducción de los subsidios agrícolas del Norte.
”Las políticas agrícolas de Canadá son un poco mejores que las de Estados Unidos y de la Unión Europea, pero de todas formas son lo suficientemente perjudiciales para afectar los precios de los productos de los países en desarrollo”, subrayó.
”No sé cómo los funcionarios canadienses justificarán estas políticas cuando se reúnan con sus pares de la Commonwealth”, añadió.
La delegación canadiense estará encabezada por el primer ministro Jean Chretien, quien tiene previsto dejar el cargo una semana después de la cumbre.
En su lugar asumirá su ex ministro de Finanzas Paul Martin, un millonario apoyado por las grandes corporaciones.
”La nueva administración estará integrada por los defensores de la OMC y de la globalización. Dudo mucho de que escuchen a los miembros pobres de la Commonwealth”, dijo Barlow.
Martin aseguró que bregará por la reducción de la deuda externa de los países en desarrollo y prometió que aprobará una ley sobre los medicamentos genéricos para combatir epidemias en las naciones pobres.
Pero las organizaciones no gubernamentales lo critican por ser un gran defensor de proyectos liberales que afectarán a naciones pobres, como la creación del Area de Libre Comercio de las Américas.