Las grandes desigualdades económica, étnica, regional, urbano-rural o de cualquier otra naturaleza no sólo impiden en Brasil el acceso a bienes sino que determinan el destino de los niños, niñas y adolescentes, según el estudio presentado el jueves por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). Aun en la actualidad, el hecho de que una niña nazca pobre o rica, negra; blanca o indígena; viva en la ciudad o en el campo y hasta en el sur o en el norte del país, tiene capital importancia a lo largo de su vida, observó Reiko Niimi, representante de Unicef en Brasil.