El Fondo Monetario Internacional (FMI) volvió a presionar al gobierno argentino de Néstor Kirchner en favor de los bancos privados. El FMI pretende que se compense a las instituciones bancarias por la decisión del gobierno anterior, de Eduardo Duhalde (2002-2003), de pasar a pesos argentinos las deudas de créditos tomados en dólares y por los amparos judiciales que obligaron a devolver el dinero a los ahorristas pese a la medida oficial de congelar los depósitos.