Eva, una pequeña perra que vivía en la septentrional ciudad italiana de Trevis, tenía la costumbre de ladrar cada vez que alguna persona se le aproximaba. En octubre, su propietario la ahorcó. Fue uno de miles de maltratos anuales que se propinan a los animales en este país.
El hecho conmocionó a la opinión pública de la ciudad, que organizó una manifestación para exigir castigo al responsable de tortura y asesinato.
Pero ni en Trevis ni en ninguna ciudad italiana puede llevarse a cabo tal proceso, porque los abusos y maltratos a los animales no están considerados delitos.
Algunos artículos del Código Civil condenan el maltrato e imponen multas, siempre que el daño sea contra el propietario del animal.
Pero las cosas podrían cambiar de aprobarse el año próximo un proyecto de ley a estudio del parlamento.
La propuesta Ley de Tutela de los Animales, auspiciada por legisladores verdes, fue presentada a fines de 2002 por la Liga Antidisección de Animales (LAV), la más grande del país y una de las más importantes de Europa.
Italia está muy retrasada en la materia respecto del resto del continente.
La legislación más antigua en la materia es la británica, que data de 1911, le sigue la de Noruega (1974) y la de Suiza (1978), y las leyes aprobadas en Suecia y Alemania (2000).
La propuesta italiana recorre en nueve artículos la tipificación de delitos contra la vida de los animales, las penas, las infracciones, las obligaciones de los veterinarios, la vigilancia y la confiscación, las facultades de las asociaciones protectoras y el destino que se dará a lo recaudado por multas.
En Messina, al sur del país, un gato fue golpeado con piedras y bastones y luego crucificado. En Roma, un perro fue enterrado vivo y otros fueron torturados para hacer películas pornográficas.
Cada año, las asociaciones que defienden los derechos de los animales reciben 1.000 denuncias de maltrato y tortura, casi 200 al mes.
Los autores de tales actos podrían afrontar dos años de reclusión y multas de entre 3.800 y 17.000 dólares, según el texto del proyecto.
En Italia el maltrato a los animales es un hecho cotidiano, muy difundido. Está en la impunidad, no es considerado delito y los asesinos sólo pagan una multa de 2.388 dólares, explica Ciro Troiano, de la LAV.
El proyecto se propone combatir también varios negocios lucrativos ilegales que utilizan animales.
Las mafias italianas usan perros de distintas razas, como pit bull, rottweiler, bulldog o boxer, para las puestas clandestinas de luchas. Este delito deja ingresos de 920 millones de dólares y cinco mil animales muertos por año, según el informe Zoomafia 2003 de la LAV.
Los gallos de riña y los caballos de carreras también están en las listas del crimen organizado italiano. Ambas actividades producen 1.150 millones de dólares de ganancias anuales.
El proyecto en cuestión prevé penas de uno a tres años de prisión y multas de entre 5.000 y 191.000 dólares para quienes promuevan, organicen o dirijan estas competencias.
Es difícil lograr que la gente comprenda que los animales tienen derechos. Antes, los caballos de las Fuerzas Armadas terminaban en los mataderos cuando eran viejos. Hoy está previsto un financiamiento especial para mantenerlos vivos, dijo a Tierramérica la diputada italiana y representante ante el Eurogroup for Animal Welfare, Carla Rocchi.
Las vacaciones de verano suelen ser fatales para las mascotas. Cuando se marchan a su descanso anual, los italianos sencillamente las abandonan en carreteras, calles o parques, porque no pueden llevarlas con ellos o no tienen quién las cuide.
De 350.000 animales abandonados por año, 80 por ciento muere.De aprobarse la ley, esta práctica se penaría con un año de cárcel y hasta 12 mil 200 dólares de multa.
Otros campos para el maltrato son la experimentación científica y la industria cosmética.
Ratones, ratas, reptiles, conejos, vacas, cerdos, gatos y otras especies son torturadas en nombre del conocimiento.
En Italia existen 500 centros de disección, en los que mueren por año un millón de animales. Se utilizan 3.000 por día en experimentos.
Se les inducen artificialmente enfermedades como cáncer o sida, son envenenados, se les extrae el cerebro, se los somete a choques eléctricos o se los mutila. Ochenta por ciento de ellos ni siquiera tiene el beneficio de la anestesia.
Pero estas prácticas, las más complicadas de combatir para los activistas, apenas son contempladas en el proyecto, que sólo prevé una reclusión de tres meses a un año y multas de hasta 17.000 dólares para la experimentación sin anestesia.
Todo indica que la Ley de Tutela de los Animales será aprobada el año próximo, con varias modificaciones. Las asociaciones protectoras aseveran que es mejor algo que nada.
* Publicado originalmente el 13 de diciembre por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica. (