El gobierno de México, que se vanagloriaba hace dos años de haber tomado la iniciativa en la negociación de un acuerdo migratorio con Estados Unidos, pide ahora no abrigar grandes expectativas y advierte que no es el momento de reclamar nada a su vecino.
Lo importante ahora es que está de regreso el diálogo, aunque no se deberían construir expectativas más allá de la realidad sobre sus resultados, declaró este lunes el presidente mexicano, Vicente Fox, ante corresponsales extranjeros.
Fox realizará entre este martes y el jueves un gira por los meridionales estados estadounidenses de Arizona, Texas y Nuevo México, donde viven más de siete millones de mexicanos de origen o nacimiento, para tratar asuntos migratorios con gobernadores, legisladores, empresarios y líderes de grupos de inmigrantes.
En las nuevas negociaciones México no reclamará nada a Estados Unidos sobre el tema migratorio, pues ellos son nuestros socios y así serán tratados, aclaró.
Ministros de ambos gobiernos, tras prolongado distanciamiento, se reunirán el 12 de noviembre en Washington para hablar de la migración, según acordaron Fox y el presidente estadounidense, George W. Bush, en octubre, cuando asistieron a la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico realizada en Bangkok.
La cita bilateral se concertó luego de un marcado enfriamiento entre los dos gobiernos a partir de que Estados Unidos aumentara los controles fronterizos por los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington, a lo que siguió la negativa de México a apoyar al país vecino para invadir Iraq en marzo.
Para México, el tema migratorio es considerado de alta prioridad. A Estados Unidos, donde ya residen más de 25 millones de mexicanos de nacimiento o ascendencia, llegan cada año 390.000 de ellos por vías legales o de modo irregular.
De esa población, más de cuatro millones no tienen papeles de residencia y los nuevos inmigrantes enfrentan mayores controles y peligros, especialmente al momento de cruzar la frontera. El año pasado murieron 342 mexicanos en su intento por ingresar a Estados Unidos.
A las nuevas negociaciones sobre migración vamos con espíritu de socios para hablar del respecto a los derechos humanos de los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos, de la documentación que necesitan y de las facilidades para su residencia y trabajo en ese país del Norte, ya sea temporal o definitivo, expresó Fox.
Observadores recuerdan que a comienzos de septiembre de 2001 Fox se felicitaba por haber puesto la cuestión migratoria en el centro de su diálogo con Washington, mientras la oposición y analistas destacaban su estrategia y liderazgo.
El mandatario mexicano proponía entonces negociar un acuerdo global sobre el tema, lo cual fue recibido con simpatía incluso por legisladores estadounidenses.
Bush declaró en esa época que América Latina tenía en Fox a uno de sus principales líderes y aseguró que para su país no existía una relación en el mundo de mayor importancia que la que tenías con México.
Pero todo el panorama cambió luego de los ataques contra el World Trade Center de Nueva York y el Pentágono (sede del Departamento de Defensa) en Washington.
Según explicó Fox este lunes a los corresponsales extranjeros, la estrategia de su gobierno ahora es lograr avanzar en temas puntuales relativos a la emigración y ya no buscar un acuerdo general, como lo proponía en 2001.
Es una lástima que se abandone la estrategia de lo integral, que es lo que necesita México en el tema migratorio. Ojalá la nueva no signifique que todo siga igual a cambio de pequeños maquillajes, dijo a IPS Fabienne Venet, directora de Sin Fronteras, grupo no gubernamental que trabaja con está área.
Pero se entiende que el gobierno mexicano ya no tenga el impulso y la fuerza de antes, pues con los atentados del 11 de septiembre todo cambió y con ellos también los planes de Fox, manifestó Venet.
Una encuesta de la empresa privada Zogby Internacional, realizada en América Latina y el Caribe en personas de ingresos medianos y altos, indicó en octubre que Fox está en los últimos lugares de aceptación como líder de la región.
Hace apenas un año, la misma encuesta realizada entre 537 personas, lo ubicaba como el primer líder de la zona, puesto que ahora ostenta el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva.
La realidad impone al presidente de México llevar otra estrategia con Estados Unidos, pero esperemos que no renuncie a sus ambiciones de un acuerdo migratorio macro, dijo con énfasis la directora de Sin Fronteras, grupo que aboga por los derechos de los inmigrantes indocumentados.
La semana pasada, el secretario de Estado estadounidense, Colin Powell, declaró que será muy difícil que se logren este y el año siguiente avances sustanciales en temas migratorio con México.
El funcionario expresó que los ambiciosos planes que tenían los dos gobiernos se vieron frenados para tratar de tener en el país (Estados Unidos) un mejor control sobre quién entra, quién vive y quien está.
Diversas investigaciones señalan que la el tráfico de personas y mercancías en los 3.200 kilómetros de frontera entre Estados Unidos y México se tornaron más lentos y tortuosos luego del atentados de 2001. Entre ese año y la fecha, ningún terrorista fue detenido en la línea de frontera.
Además, estudios del Colegio de la Frontera Norte, institución académica mexicana especializada en la emigración, indican que las estrategias de endurecer los controles en la frontera entre México y Estados Unidos no lograron frenar el cruce de personas indocumentadas.