IRAQ: Labor humanitaria reducida a su mínima expresión

Las agencias de la ONU y otras organizaciones humanitarias internacionales no tienen planes inmediatos de retornar a la plena actividad en Iraq, a pesar de que Estados Unidos decidió acelerar la transferencia del poder político al pueblo del país árabe.

La ONU (Organización de las Naciones Unidas), que retiró virtualmente todos sus trabajadores extranjeros —más de 500— tampoco tiene planes para regresar a Bagdad antes de que haya signos de mejoría en materia de seguridad.

Hoy, las agencias del foro mundial operan en todo Iraq con 4.000 trabajadores, la mayoría iraquíes que no gozan de los altos salarios y beneficios que los extranjeros.

Las oficinas de la ONU en Bagdad fueron bombardeadas por la resistencia iraquí en agosto y en septiembre —dos veces en menos de seis semanas—, lo que obligó a Annan a retirar a los trabajadores extranjeros del foro mundial, a pesar de las objeciones de Estados Unidos a la medida.

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, anunció el jueves que habrá una transferencia gradual del poder de las autoridades de la ocupación militar a los iraquíes más pronto de lo planificado, en medio de una creciente violencia contra las tropas invasoras.
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Los iraquíes son capaces de gobernar su país, dijo Bush, ”y cuanto antes se entregue la soberanía de un modo que se corresponda con un país estable, mejor”.

El portavoz de la ONU, Fred Eckhard, dijo el jueves que un eventual regreso de los trabajadores extranjeros del foro mundial dependerá de una mejoría de la seguridad.

”Creo que el secretario general (de la ONU, Kofi Annan) estaría más dispuesto a considerar el envío de su gente de regreso a Iraq si hubiera una mejoría de la seguridad como consecuencia de un cambio de enfoque de Estados Unidos”, dijo Eckhard.

El Consejo de Seguridad dio a la ONU un mandato clave en las operaciones humanitarias en Iraq, recordó el vocero. ”Pero la situación de seguridad no nos permite, por ahora, implementar ese mandato con más dinamismo. Y por el momento no tenemos trabajadores extranjeros en Bagdad”, agregó.

El primer ataque suicida contra la ONU en Iraq, el 19 de agosto, se cobró la vida de 22 empleados del foro mundial, incluido el subsecretario general de la organización y jefe de las operaciones en el país árabe, Sergio Vieira de Mello. Al menos 150 personas resultaron heridas, muchas de gravedad.

Un segundo ataque contra el mismo sitio se registró el 22 de septiembre, y en otro contra las oficinas de la Cruz Roja en octubre murieron 20 personas, la mayoría iraquíes.

La primera responsabilidad de Annan es la seguridad del equipo de los trabajadores de la ONU, dijo Eckhard.

Las operaciones de la filial estadounidense de la organización católica Oxfam en Bagdad se han desbaratado por la falta de seguridad, dijo a IPS el integrante del grupo Nathaniel Raymond.

”Usted sabe tanto como yo”, dijo Raymond ante la pregunta de cuándo regresaría la organización a la capital iraquí. Oxfam America mantiene 50 trabajadores humanitarios en el sur del país, ”pero ninguno en Bagdad”, añadió.

El regreso dependerá de la seguridad, agregó.

Oxfam America —al igual que la mayoría de las organizaciones humanitarias, como Médicos sin Fronteras y el Comité Internacional de la Cruz Roja— retiró todo su personal extranjero de Iraq y lo apostó en la vecina Jordania.

Sin su equipo extranjero, Oxfam America se vio obligada a reducir el alcance de sus operaciones en Iraq, explicó Raymond.

”Desafortunadamente —agregó el activista—, los que pierden son los iraquíes del común”, la mayoría mujeres y niños que reciben atención médica de organizaciones humanitarias y agencias del ONU (Organización de las Naciones Unidas) como Unicef, la Organización Mundial de la Salud y el Alto Comisionado para los Refugiados (Acnur).

El ex representante del Programa Conjunto de las Naciones Unidas contra el VIH/Sida (Onusida), Soma Wijayadasa, quien tiene 25 años de experiencia en la ONU, sostuvo que los iraquíes que trabajan para el foro mundial pueden sentirse discriminados por la diferencia de salarios.

”Esta anomalía debe rectificarse, porque de una organización internacional como la ONU se espera que fije los estándares más altos de ética laboral y no puede ser acusada de discriminación”, dijo Wijayadasa a IPS.

En zonas como los Balcanes e Iraq, los empleados de la ONU reciben una ”paga por riesgo” que compensa las dificultades de trabajar en zonas difíciles. El comité administrativo y presupuestal de la organización discute ahora un aumento de salarios de los empleados locales.

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