ESTADOS UNIDOS-PORTUGAL: ¿Para qué sirven los amigos?

Mientras Iraq se vuelve un infierno para las tropas extranjeras de ocupación, el gobierno portugués se reafirma como aliado inquebrantable de Washington enviando un destacamento de 128 efectivos a ese país.

Portugal confirmó la partida de un destacamento de la Guardia Nacional Republicana (GNR) a Iraq, pese al atentado de este miércoles en la meridional ciudad de Nassiriya que, según balance provisorio, mató a 17 italianos —11 ”carabinieri” (carabineros o policía militarizada), cuatro soldados y dos civiles— y ocho iraquíes.

Justamente en Nassiriya deberán reportarse este jueves los efectivos portugueses.

El gobierno del primer ministro conservador José Manuel Durão Barroso reafirma así que es uno de los aliados más confiables de Estados Unidos, en especial en su política en Iraq.

Un portavoz del Ministerio de Interior, del que depende la GNR —equivalente a los carabineros italianos— aseguró a IPS que ”todo se mantiene sin ninguna alteración”.

La presencia portuguesa en Iraq será simbólica, pero para Lisboa es una señal importante ante Washington, cuando incluso la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Cruz Roja reducen al mínimo sus misiones en el país árabe, y los reveses militares estadounidenses son cotidianos.

La oposición frontal del presidente de la república, el socialista Jorge Sampaio, a despachar a Iraq una división de comandos paracaidistas aerotransportados, obligó al primer ministro a encontrar una solución de compromiso.

El envío de policías militarizados ”en misión de paz y orden público” resultó aceptable para el jefe del Estado.

La decisión de Sampaio también calmó los ánimos de los directores de los principales medios informativos del país, que casi a diario escriben notas editoriales a favor de la ocupación de Iraq.

Durão Barroso se despidió el martes estrechando las manos de los 128 agentes que desde este jueves quedarán en Nassiriya a disposición del comando italiano, que hace parte del estado mayor británico a cargo de la zona sur iraquí.

En la oportunidad, el primer ministro recordó que ”hubo una discusión en Portugal, pero los órganos competentes de nuestra democracia, gobierno y parlamento tomaron una decisión”, respecto de esta contribución a la guerra.

Además, exhortó a ”la solidariedad de todos los portugueses para con estos hombres y mujeres que van a cumplir una misión de riesgo”.

Un llamamiento que encontró poco eco en la población y ninguno en la oposición.

Según un sondeo de opinión realizado por Lusomundo, el principal grupo de medios de comunicación locales, divulgado este miércoles, 80,4 por ciento de los consultados está contra el envío de efectivos a Iraq y apenas 20,6 por ciento a favor.

El líder del Partido Socialista, el mayor de la oposición, Eduardo Ferro Rodrigues, pidió a Durão Barroso ”al menos un compás de espera durante algunos días, para volver a evaluar la situación y también por razones prácticas, ya que el cuartel italiano donde iban a instalarse los portugueses, fue totalmente destruido”.

El líder del Bloque de Izquierda, Francisco Louça, fue el más duro. ”El primer ministro es personalmente responsable por la decisión política de enviar soldados a Iraq, en una operación de piratería internacional y de saqueo”, dijo consultado por IPS.

El Partido Comunista se mostró frontalmente contra el probable sacrificio de soldados portugueses y recordó que Durão Barroso durante su gestión iniciada en abril de 2002, se ha distinguido como una ”marioneta de Estados Unidos” en el seno de la Unión Europea (UE).

La actitud de Lisboa fue juzgada de manera diferente por dos analistas de política nacional e internacional consultados por IPS.

José Carlos de Vasconcelos, director editorial del grupo Impresa, que controla los principales semanarios, una red de radios y el canal de televisión de más audiencia, recordó que siempre se manifestó ”contrario a la guerra sin luz verde del Consejo de Seguridad” de la ONU.

”Ahora, considerando que los agentes de la GNR son voluntarios, sigo siendo nada entusiasta con la operación militar en Iraq, especialmente con los últimos reveses de Estados Unidos. Pero creo que no nos debemos oponer a una misión de paz que cuenta con la cobertura de la ONU”, opinó Vasconcelos.

Según Augusto Vilela —ex director de comunicaciones de Macao hasta que este enclave portugués fue devuelto a China en 1999— ”el envío de militares a Iraq además de ser inútil, es un compromiso grave del gobierno con una guerra que fue aplastantemente condenada por nuestra opinión pública”.

”Por mucho que argumenten los estrategas de Washington, lo que ocurre en ese país árabe no es terrorismo, sino una verdadera guerra de guerrillas, semejante a muchas otras que el mundo ha conocido en países que fueron ocupados, donde la población se enfrenta a un invasor militarmente poderoso”, arguyó.

”Estados Unidos usa su poder económico, tecnológico y militar para poner en práctica una regresión para la civilización: es la edad media con misiles inteligentes en manos de políticos mediocres, abundó.

”En este contexto, la GNR en Iraq es una aventura políticamente condenable y peligrosa”, concluyó el analista.

Junto a Dinamarca, España, Gran Bretaña, Italia y Holanda, Portugal es uno de los aliados fieles de Estados Unidos en la UE.

Pero encuestas realizadas por la Universidad Católica a inicios de este año, indicaban un rechazo popular a la guerra de 87 por ciento.

El resto del bloque europeo, encabezado por Francia y Alemania e integrado por Austria, Bélgica, Finlandia, Grecia, Irlanda, Luxemburgo y Suecia, se opusieron a la solución militar puesta en práctica el 20 de marzo por la coligación estadounidense-británico.

Pero la verdadera contribución militar portuguesa es la cesión de la base de Lajes, una suerte de inmenso portaaviones anclado en el mar, ubicada en Terceira, una de las nueve islas del archipiélago de Azores en el océano Atlántico, entre los continentes americano y europeo.

Allí pueden abastecerse o repostar los aviones militares estadounidenses en ruta hacia Iraq.

La preocupación ahora se centra en las eventuales bajas del destacamento portugués de voluntarios que se presentaron para patrullar las calles de la que parecía hasta ahora una de las más pacíficas ciudades de Iraq.

Una realidad que cambió drásticamente a las O8.45 horas de la mañana de este miércoles, cuando el cuartel del comando italiano saltó por los aires por un coche-bomba colocando a Nassiriya en el mapa de las mayores tragedias de las tropas de ocupación en Iraq.

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