Líderes indígenas de Ecuador criticaron con dureza al escritor peruano Mario Vargas Llosa por señalar que los movimientos nativos de América del Sur son un peligro para la democracia debido al desorden político y social que crean.
"Vargas Llosa está pensando en el siglo anterior y cree que los indígenas tenemos que continuar marginados. Si hay hambre, pobreza e iniquidad no podemos estar tranquilos", dijo este miércoles a IPS Leonidas Iza, presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie).
Iza respondió así a expresiones del escritor en un foro en Colombia, transcriptas el martes en el diario ecuatoriano El Universo, en las que se pronunció a favor de combatir a las organizaciones indígenas de su país, Bolivia y Ecuador.
En esos movimientos hay un elemento "profundamente perturbador, que apela a los bajos instintos, a los peores instintos del individuo, como la desconfianza hacia el otro, al que es distinto. Entonces se encierran en sí mismos", apuntó.
"El indigenismo de los años 20, que pareció haberse quedado rezagado, es hoy en día lo que está detrás de fenómenos como el señor Evo Morales, en Bolivia. En Ecuador hemos visto operando y además creando un verdadero desorden político y social", agregó Vargas Llosa.
De ese modo se refirió a la protesta social en Bolivia liderada, entre otros por el diputado aymara izquierdista Morales, que culminó en octubre con la renuncia a la presidencia de Gonzalo Sánchez de Lozada, y al levantamiento indígenas de 2000 en Ecuador, que llevó al derrocamiento de Jamil Mahuad.
Las declaraciones de Vargas Llosa son una ofensa para los pueblos de América Latina, afirmó Iza, quien pidió respeto a la diversidad tanto para el movimiento indígena de su país y del resto de la región.
"Si la democracia significa igualdad y equidad, nosotros perseguimos justamente una verdadera democracia", sostuvo el presidente de la organización nativa más importante de América Latina.
Alrededor de 3,5 millones de los 12,5 millones de habitantes de Ecuador son indígenas, repartidos en 11 nacionalidades, la mayoría de los cuales viven en áreas rurales.
La principal etnia es la kichwa, que habita en la región de la Sierra y la Amazonia u Oriente, mientras que las comunidades awa, chachi, epera y tsáchila residen en la costa del océano Pacífico y las cofán, siona, secoya, huaorani, achuar, shuar en la Amazonia.
Los indígenas se basan en valores ancestrales, como el modelo comunitario y solidario, una práctica que choca con postulados individualistas actuales. En ese marco reivindican la "minga", que es el trabajo conjunto en la cosecha o construcción de carreteras y viviendas.
Vargas Llosa arremetió contra los indígenas en el seminario internacional "Las amenazas a la democracia en América Latina: terrorismo, debilidad del estado de derecho y neopopulismo", llevado a cabo del miércoles al sábado de la semana pasada en Bogotá.
En Perú hay "dos o tres hermanitos que en nombre de esa identidad colectiva, la identidad indígena, autóctona, genuina, la de la verdadera peruanidad, han lanzado una campaña que, cuando uno la examina racionalmente, parece que fuera tonta, casi cómica, pero que toca un centro neurálgico llamado espíritu de la tribu", apuntó.
Ese espíritu de tribu "nunca desaparece, incluso en sociedades que han avanzado más en el camino de la civilización", argumentó.
También aseguró que los indígenas se basan en el argumento del agravio, al decir que han sido y son las víctimas del imperialismo, de los blancos, de los colonizadores, de las empresas que se quieren robar los recursos.
"En Bolivia se quejan que las empresas quieren llevarse el gas. En Perú, los arequipeños se levantaron para que dos empresas extranjeras no se llevaran la electricidad", sintetizó el autor de "La Casa Verde" y "La fiesta del Chivo" en alusión a dos de los principales reclamos indígenas en esos dos países.
Para el también autor de "Pantaleón y las visitadoras", esos planteos son incompatibles con la civilización y el desarrollo, "y a la corta o a la larga nos arrastra a la barbarie".
"Si queremos alcanzar el desarrollo, si queremos elegir la civilización y la moralidad, tenemos que combatir resueltamente esos brotes de colectivismo", arguyó.
El presidente del Parlamento Indígena de América y de la Comisión de Asuntos Indígenas y otras Etnias del Congreso de Ecuador, el diputado Ricardo Ulcuango, también se manifestó indignado por las expresiones del novelista.
"El señor Vargas Llosa parece haber perdido definitivamente su identidad, parece incluso haber perdido la palabra que tan bien utilizó en su tiempo para pintar la realidad de América, esa América dolida", comentó Ulcuango a IPS.
El legislador rechazó la mirada excluyente y racista del escritor, sugirió que se actualice leyendo el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que trata sobre los derechos de los pueblos indígenas, y cuestionó la "civilización" que propone.
"¿Civilización es (para Vargas Llosa) dejar que tres o cuatro lucren con el negocio del gas en Bolivia, con las privatizaciones en Perú o con el petróleo de Ecuador; es contaminar la naturaleza hasta dejarla seca o vender el agua de los ríos al que pague mejor?, se preguntó.
La mentalidad de Vargas Llosa es colonial para Humberto Cholango, presidente de la Confederación Nacional de los Pueblos Kichwas (Ecuarunari, en lengua quichua), la organización más importante de las que integran la Conaie.
Son posturas como esa "las que no dejan avanzar en la consolidación de una Latinoamérica más democrática, más tolerante, más participativa y más integrada, reconociendo la diversidad de cada país con y todos los actores que construyen este continente", puntualizó.
A su vez, Luis Macas, ex ministro de Agricultura de Ecuador y fundador de la Conaie, entiende que las expresiones del escritor peruano parecen venir "de alguien que reniega de su identidad y, por lo tanto, de su geografía y de su historia".
"Vargas Llosa apoya un poder excluyente, semejante al que propone el presidente estadounidense George W. Bush, con un mundo unipolar", explicó.
Pero "los indígenas en cambio proponemos otro tipo de poder, que es el "Ushay", en kichwa, que es perfeccionar las condiciones de vida, la capacidad de desarrollarnos colectivamente, desde el aporte de los distintos espacios", afirmó.