DERECHOS HUMANOS-COLOMBIA: Mujeres al centro de la guerra

El cúmulo de noticias sobre combates y voladura de oleoductos y puentes en el meridional departamento colombiano de Putumayo no amilanó a las 3.000 mujeres que desde este lunes se encuentran en la zona en su marcha pacífica al epicentro de la guerra civil.

La llamada Ruta Pacífica de las Mujeres, en la que participan delegadas de 315 organizaciones de ocho regionales, se moviliza en 96 autobuses hacia el sur procedentes de distintos puntos de Colombia y su primer punto de encuentro fue Mocoa, capital putumayense en las estribaciones de la cordillera de los Andes.

El alcalde de Mocoa, Miguel Ruano, declaró este lunes "huéspedes de honor" a la caravana de mujeres y Día Cívico a este martes en apoyo a la celebración del Dia Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.

El periplo prevé adentrarse en territorio de combates entre fuerzas de seguridad del Estado, guerrilleros izquierdistas y paramilitares de derecha, hasta Puerto Caycedo y Puerto Asís, centrooccidente del departamento.

Putumayo es uno de los epicentros del conflito armado interno y de la lucha del gobierno contra los cultivos de coca mediante la aplicación masiva de fumigaciones aéreas sobre sus 66.000 hectáreas de sembrados prohibidos de ese arbusto de cuyas hojas se extrae la pasta básica de la cocaína.

Asesores estadounidenses, en el marco del Plan Colombia, de lucha antidrogas y contra la guerrilla, comandan las operaciones de fumigación en esta zona fronteriza con Ecuador, escoltados por helicópteros de guerra. La ayuda militar de Washington a Colombia para esos efectos asciende sólo este año a más de 605 millones.

Las participantes en la caravana de autobuses esperan sesionar en la aldea de Puerto Caycedo este martes para celebrar el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, fecha elegida hace 22 años en el primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe y establecida de modo universal por la Organización de las Naciones Unidas a diciembre de 1999.

Las insurgentes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) quemaron en los últimos días 20 pozos de petróleo en las cercanías de Orito, unos 40 kilómetros al occidente de Puerto Caycedo, afectando las instalaciones, un puente, cinco tanques de almacenamiento, tres oleoductos del país otro que comparte con Ecuador.

Ese sabotaje evitará que se extraigan 6.000 barriles diarios durante un lapso aún no definido. La parálisis de actividad afecta a casi 50 por ciento de la producción petrolera de Putumayo, cuyas reservas aún no están siendo explotadas plenamente debido a la confrontación.

Las acciones de la guerrilla provocaron el llamado de atención presidencial a las Fuerzas Armadas y un subsecuente operativo militar.

"Hay que capturar masivamente a todos los individuos que están en esas acciones", ordenó el presidente de Colombia, Alvaro Uribe, para luego informar que la policía y el ejército "van a emprender ese camino de la captura masiva de los terroristas del Putumayo".

Las FARC, el grupo que hace 40 años se levantó en armas, mantiene desde los años el control sobre extensas áreas de esa zona mediante unos 1.800 combatientes.

Por su parte, unos 600 paramilitares de las Autodefensas de Córdoba y Urabá, comandadas por Carlos Castaño y presentes desde 1998 en Putumayo, coparon este año todos los cascos urbanos del departamento.

La policía tiene sedes en 10 de las 13 cabeceras municipales. El ejército mantiene una Brigada y un batallón antinarcóticos y ya comienza a contar con las redes de soldados campesinos e informantes, dos de los programas bandera del gobierno para enfrentar a la insurgencia.

"Las mujeres pazharemos", dice en juego de palabras el slogan sobre los autobuses de la Ruta. También llevan pancartas en las que se lee "Fumigación = Miseria".

Las organizadoras de la Ruta Pacífica de las Mujeres detallaron su recorrido a las autoridades estatales, a las fuerzas guerrilleras y a los grupos paramilitares con el fin de abrir un "corredor humanitario" a lo largo de las carreteras que utiliza la caravana.

A Putumayo están llegando por estas horas mujeres de la septentrional ciudad de Cartagena de Indias, en la costa del mar Caribe, tras recorrer 1.640 kilómetros, desde las noroccidentales Medellín y Quibdó a más de 1.100 kilómetros y desde Bucaramanga, 1.240 kilómetros al norooriente de Puerto Asís.

Las mujeres que llegan desde Bogotá, Pereira e Ibagué, en el centro de Colombia, viajan unos 800 kilómetros, y las que viajan desde las sudoccidentales ciudades de Neiva, Cali y Popayán deben transitar entre 400 y 600 kilómetros.

A algunas de las participantes de la marcha sólo el viaje a Putumayo les llevará en total seis días.

La movilización de resistencia pacífica no lleva ningún tipo de escolta ni protección policial ni militar, por voluntad expresa de las organizadoras. A cambio han pedido solidaridad nacional e internacional y el acompañamiento de la prensa.

Con ellas viajan observadoras y observadores internacionales de Alemania, Ecuador, España, Estados Unidos, Francia, Perú y Suiza. También hay una delegación de Payasos Sin Fronteras, y otra de Payasas Sin Fronteras.

El objetivo declarado de la marcha por la paz es mostrar los efectos que tienen sobre las mujeres, sus familias y sus economías las fumigaciones a los cultivos ilegales, el narcotráfico y la guerra.

Mientras en el promedio del país la pobreza afecta a 37,6 por ciento de los 44 millones de habitantes, en Putumayo alcanza a 79 por ciento.

Antes de salir de cada una de las ciudades, las mujeres le repitieron a la prensa que no están dispuestas a ceder "ni un hijo más, ni un peso más, ni un día más para la guerra".

La Ruta Pacífica de las Mujeres se propone señalar las violaciones al Derecho Internacional Humanitario (DIH) por parte de todas las partes combatientes en Colombia.

Guerrilla y paramilitares, pero también la fuerza pública, recurren periódicamente y por turnos al bloqueo de la ayuda humanitaria, la entrada y salida de alimentos y la circulación de los civiles.

Esta estrategia busca, según la Consultoría para los derechos Humanos y el Desplazamiento (Codhes), "desarticular el apoyo social del adversario y fortalecer el control territorial, político y económico en zonas aptas para cultivos ilegales".

La entidad estima en 35.000 las familias que han sido obligadas a huir de sus hogares a partir de 1999 por efecto de las fumigaciones, de las cuales 5.489 personas lo fueron en Putumayo.

El gobierno no socorre ni apoya con ningún programa humanitario a las familias desplazadas por efecto de las fumigaciones.

Esta es la tercera oportunidad en que se moviliza la Ruta Pacífica y cada vez "va precisamente allí a donde nadie más se atreve a ir", dijo a IPS Luz Helena Sánchez, médica y líder feminista que emprendió también viaje rumbo al sur.

Anteriormente la Ruta fue en 1996 a Murindó, en el Urabá, de enorme producción bananera al noroccidente de Colombia, por entonces la región más convulsionada por los combates y la guerra de asesinatos selectivos. En esa primera oportunidad se movilizaron 1.000 mujeres.

Después, 5.000 mujeres tomaron en 2001 Barrancabermeja, en el centro del país, sobre el río Magdalena. Este puerto petrolero, una de las ciudades más vibrantes de Colombia, acumula un grueso expediente de luchas cívicas y sindicales.

Meses antes había terminado la disputa por Barrancabermeja, calle por calle, entre guerrilleros y paramilitares, en medio de crueles atentados y asesinatos colectivos. La ciudad, para la fecha de la Ruta, ya había caído en manos de los paramilitares.

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe