La reanimación de las negociaciones en la OMC dependerá de la actitud en los contactos de esta semana de las grandes potencias comerciales, que hasta ahora guardan un silencio significativo, dijeron fuentes diplomáticas.
El presidente del Consejo General de la OMC, Carlos Pérez del Castillo, estimó que "ha sido útil" la primera ronda de consultas entabladas el mes pasado y tras el fracaso de la reunión de ministros de septiembre en el sudoriental balneario mexicano de Cancún.
El diplomático uruguayo, alentado por esa evaluación, decidió abrir una segunda fase de conversaciones que finalizarán el 5 de diciembre.
Apenas 10 días más tarde, la OMC (Organización Mundial del Comercio), obligada por la única decisión adoptada en Cancún, deberá encontrar una fórmula para superar el estancamiento en que cayeron las negociaciones tras esa fallida V Conferencia Ministerial.
A pesar del apremio de los plazos, Pérez del Castillo dijo a IPS que mantiene el objetivo de llegar al 15 de diciembre con un resultado, "que los ministros no pudieron conseguir" en Cancún.
Todo dependerá del trabajo de esta semana cuando las consultas se orientarán hacia los aspectos de fondo, apuntó el funcionario, quien el 14 de octubre había emprendido conversaciones con representantes de los 146 países miembros de la OMC.
Las discusiones giran en torno a los temas de agricultura, aranceles industriales, subsidios al algodón y los llamados temas de Singapur, que abarcan inversiones, normas de competencia, compras gubernamentales y facilitación del comercio.
En esos contactos, Pérez del Castillo observó "un sentido de compromiso de todas las partes", que estimuló su determinación de encarar negociaciones substantivas más profundas.
Sin embargo, la visión del presidente del Consejo General de la OMC no es totalmente compartida.
El jefe negociador de Argentina, Alfredo Chiaradía, llamó la atención sobre la reserva mantenida por las principales potencias comerciales, en referencia a Estados Unidos, la Unión Europea, Japón y otros países industrializados.
Resulta significativo que los países tradicionalmente importantes no se hayan manifestado, comentó el diplomático a IPS.
Argentina, con Brasil, China, India, Sudáfrica y otras naciones en desarrollo, integran el llamado Grupo de los 20 (G-20), constituido por esa cantidad de países de desarrollo en la OMC el 20 de agosto, de donde toma su nombre pese a que algunos abandonaron la alianza.
El G-20 surgió como respuesta a la propuesta conjunta redactada por Estados Unidos y la Unión Europea (UE) para negociar el acuerdo de agricultura, que fue presentada el 13 de agosto, un mes antes de la cita de Cancún.
Las divergencias entre el bloque de países en desarrollo y el proteccionismo agrícola de las dos potencias comerciales crearon una fractura sin antecedentes en la OMC, que repercutió en el desenlace de la conferencia ministerial de México.
Los países africanos contribuyeron al derrumbe de la reunión cuando declararon el 14 de septiembre su oposición rotunda a negociar los cuatro temas de Singapur.
En la incertidumbre que dejó el fracaso de Cancún, el bloque africano y el G-20 se mostraron los más activos y homogéneos en las últimas semanas.
Una reunión de ministros de comercio de 12 países africanos, reunida el pasado fin de semana en El Cairo, declaró que la cuestión central de acceso a los mercados para Africa es la agricultura, el reclamo contra el Norte que unió a las naciones del G-20.
Durante las deliberaciones en la capital egipcia se discutieron las propuestas presentada por el G-20 antes y durante la conferencia de Cancún.
Los 12 ministros coincidieron en que los dos bloques mantienen numerosos posiciones comunes y estimaron que el G-20 puede defender de manera efectiva la causa de los países africanos en el área de la agricultura.
Los países participantes fueron Benin, Botswana, Burkina Faso, Chad, Egipto, Kenia, Lesotho, Malí, Mauricio, Nigeria, Senegal y Sudáfrica.
El jefe negociador de India ante la OMC, embajador K. M. Chandrasekhar, estimó que esa declaración demuestra que el G-20 y el grupo africano se encuentran próximos a un trabajo en común.
Las áreas probables de convergencia serían los tres pilares de la negociación agrícola, que son el apoyo interno, los subsidios a las exportaciones y el acceso a los mercados, dijo el representante indio.
En términos generales, los países en desarrollo compartimos las mismas preocupaciones y por tanto podemos trabajar mancomunados en esos temas, comentó Chandrasekhar a IPS.
Mientras entre los estados miembros se insinúan recomposiciones de los bloques, el proceso de reapertura de las negociaciones avanza con lentitud.
Pérez del Castillo admitió la posibilidad de que el 15 de diciembre se carezca de un acuerdo. Pero "si no llegamos, no será un fracaso total", advirtió. En febrero podremos hacer lo que en diciembre no se haya conseguido, reflexionó.
Pero en esa época se habrá producido la renovación anual de las autoridades de los organismos de la OMC, con lo cual el delegado uruguayo dejará la presidencia del Consejo General, el máximo organismo de la institución multilateral, cargo al que fue nombrado en representación de América Latina.
La rotación entre grupos regionales determina que el próximo año la presidencia de ese Consejo recaiga en un representante de los países industriales. Dos candidatos, Tim Groser, de Nueva Zelanda, y Shotaro Oshima, de Japón, disputan el puesto.
Fuentes diplomáticas latinoamericanas dijeron que Pérez del Castillo regresará a fines de febrero a Uruguay para asumir las funciones de ministro de Relaciones Exteriores del gobierno de Jorge Batlle.