El gobernador de la oriental provincia argentina de Buenos Aires, Felipe Solá, prefirió no responder a los últimos cuestionamientos del presidente Néstor Kirchner sobre su política de seguridad, y señaló que la delincuencia “es un problema de todos”. Solá, al participar el domingo en un acto de homenaje a los policías caídos, subrayó la importancia de una “transformación” en la policía bonaerense y anunció un mayor despliegue de efectivos en las calles a partir de este lunes.