La Unión Europea (UE) debe cambiar para acortar la brecha entre el Sur en desarrollo y el Norte industrial, dijo el ex primer ministro de Dinamarca y relator sobre globalización del Partido de los Socialistas Europeos, Poul Nyrup Rassmussen.
Instituciones como la UE, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) deben responder al cambiante orden mundial para ayudar a los países en desarrollo, indicó Rasmussen al presentar este miércoles su informe ”Europa y el nuevo orden global”.
Este es ”tiempo de cambio”, dijo el dirigente en un foro organizado en Bruselas por el Banco Mundial y el académico Centro de Políticas Europeas.
La UE debe iniciar un proceso de reformas internas para abordar con éxito asuntos mundiales serios como los derechos laborales, el comercio justo y la pandemia del sida, según Rasmussen.
El bloque ”no podrá asumir un papel de liderazgo para poner fin a la división mundial a menos que solucione sus problemas internos”, dijo.
El Tratado Constitucional a estudio de la Convención Europea que preside el ex presidente francés Valery Giscard D'Estaing debe incluir desafíos mundiales como el desarrollo, el desempleo, reformas institucionales, el crecimiento económico y la creación de instituciones multilaterales de gobierno, añadió.
Algunas de esas cuestiones figuran en el debate de la Convención. El texto final del Tratado Constitucional se conocerá a fines de año.
La Conferencia Intergubernamental que reúne ocasionalmente a líderes políticos europeos para discutir asuntos internacionales debería ser remplazada por un órgano más democrático y abierto a través del cual la UE se dirija con una sola voz con organismos como el FMI, el Banco Mundial y la ONU, dijo Rasmussen.
El ex primer ministro danés llamó a una mayor coordinación entre la UE y esas instituciones, con el fin de que los países en desarrollo hagan oir su voz en los asuntos mundiales en pos de objetivos comunes como el éxito de la ronda de Doha de negociaciones comerciales multilaterales iniciada el año pasado.
Los Objetivos de Desarrollo del Milenio establecidos por la Asamblea General de la ONU en septiembre de 2000 —entre ellas reducir a la mitad la cantidad de hambrientos y de pobres para 2015 y asegurar en esa fecha la enseñanza universal— deberían ser una prioridad para el Sur, añadió.
Con el fin de cumplir esos objetivos, deberían incluirse otras metas de carácter laboral para que la creación de empleos y el avance social se conviertan en los ”nuevos pilares” de la política mundial, sostuvo.
”Después de las Metas del Milenio, podemos definir nuestra propia estrategia para la gobernanza mundial. Este proceso ya comenzó: ya está en la mente de la gente, pero necesita ser más abierto”, dijo Rasmussen a IPS luego de la reunión.
El ex gobernante danés también destacó la necesidad de reanimar la Ronda de Doha tras el fracaso de la conferencia ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC) celebrada en Cancún, México, el mes pasado.
La representante de la UE en el Banco Mundial, Haleh Bridi, apoyó las propuestas de Rasmussen en el foro. Las ”viejas instituciones mundiales” deberían reaccionar a los cambios del orden mundial, afirmó.
”Que el mundo industrializado se dé cuenta de que hay una nueva agenda global y que cambie sus instituciones para tomarla en cuenta es apenas cuestión de tiempo”, dijo Bridi.
La población del mundo en desarrollo aumentará 1.500 millones de habitantes en los próximos 20 años, frente a 50 millones que se incrementará la del Norte industrial, según estadísticas del Banco Mundial citadas por la representante europea.
Esa tendencia tendrá un impacto significativo en el equilibrio mundial, sostuvo.
”La clase media crecerá pronto en los países en desarrollo, lo que elevará su poder de negociación. Finalmente, el concepto de Norte-Sur será obsoleto y países como Brasil e India se convertirán en donantes, con prioridades diferentes a la de la asistencia actual”, indicó Bridi.