IRAQ: Resistencia armada se consolida

Las jornadas más violentas en Iraq desde el supuesto fin de la invasión estadounidense hace seis meses coincidieron con la visita del subsecretario de Defensa de la potencia ocupante, Paul Wolfowitz. Y estos ataques dicen mucho sobre el carácter de la resistencia.

La visita del fin de semana de Wolfowitz por Iraq parecía marchar espléndidamente. Los iraquíes lo recibían con sonrisas y apretones de manos por dondequiera que fuera, incluso en Tikrit, el bastión del depuesto y desaparecido presidente Saddam Hussein.

Toda esa bienvenida alimentaba la visión tantas veces declarada por Wolfowitz de que la guerra lanzada el 20 de marzo fue para la ”liberación” de Iraq más que para ”ocuparlo”. Hasta el domingo de mañana, al menos.

En ese momento, el segundo del Pentágono (sede del Departamento de Defensa en Washington) se despertó de repente en el hotel Al Rashid por el estallido de un misil disparado con una lanzadera casera a menos de medio kilómetro de distancia.

Tanto el hotel como el origen del disparo se encuentran en la ”zona verde”, el área más patrullada de Bagdad.
[related_articles]
Un coronel estadounidense que dormía en el piso inferior al de la habitación de Wolfowitz murió en el ataque. Al menos otros 16 resultaron heridos.

Pero mucho más devastadora fue la serie de atentados coordinados con coche-bomba de este lunes en Bagdad, contra cuatro estaciones de policía y la sede de la Cruz Roja.

Al menos 40 personas murieron y más de 200 resultaron heridas por las explosiones, en el peor día de violencia en Bagdad desde que las fuerzas encabezadas por Estados Unidos tomaron la ciudad a comienzos de abril.

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, trató este lunes de restarle importancia a los atentados. Reunido con el jefe civil de la ocupación, Paul Bremer, Bush insistió en que se trató de signos de ”desesperación” de ”terroristas” opuestos a la presencia estadounidense en Iraq.

El mandatario atribuyó la operación a ”terroristas” molestos por los avances que alcanzaron alcanzados las fuerzas ocupantes en la restauración de la normalidad y en el establecimiento de una sociedad libre.

”Hay terroristas en Iraq dispuestos a matar a cualquiera para detener nuestros avances. Cuanto más éxitos alcanzamos en el terreno, peor será la reacción de estos asesinos”, sostuvo.

Pero para analistas más imparciales, los ataques antiestadounidenses del domingo y este lunes sugieren que la resistencia a la ocupación crece y mejora en coordinación y medios técnicos.

Hasta ahora, las autoridades estadounidenses aseguraban que la resistencia se restringía a los simpatizantes más duros de Saddam Hussein, combatientes islámicos inspirados por o asociados a la red terrorista Al Qaeda y delincuentes, varios miles de los cuales fueron amnistiados poco después de la guerra.

Tal carecterización, por cierto, sugiere que la resistencia carece de toda legitimidad.

Pero también se contradice con entrevistas de la prensa a combatientes de la resistencia, la mayoría de los cuales han sido opositores a Saddam Hussein, y también con dichos de oficiales militares estadounidenses en Iraq para quienes la oposición iraquí es más amplia de lo que la retórica gubernamental sugiere.

”Los ataques son cometidos por tres amplias categorías de guerrilleros”, escribió ya en julio el periodista bagdadí Hassan Fattah, en un artículo publicado por la revista estadounidense The New Republic.

Los primeros son integrantes de bajo rango del partido Baath, el que encabezaba Saddam Hussein. Los segundos son miembros de tribus, la mayoría del Islam sunnita, molestos con el trato que depara a la población local el ejército estadounidense, al que consideran poco respetuoso.

Los terceros constituyen un grupo islámico local conocido como Ejército de Mahoma.

A pesar del arresto de miles de sospechosos de pertenecer a estos grupos, el ritmo de los ataques contra blancos estadounidenses se duplicó en los últimos dos meses, hasta alcanzar más de 20 por día.

Y, a pesar de un relativamente pacífico septiembre, el promedio de muertes estadounidenses volvió a subir en las dos últimas dos semanas a uno diario. El apoyo a esos grupos parece estar creciendo, según las pocas encuestas realizadas en Iraq.

Ya en agosto, la tendencia era preocupante, según el encuestador John Zogby tras un sondeo puerta a puerta en cuatro grandes ciudades.

Tres de cada cinco iraquíes encuestados dijeron preferir que se los dejara solos para constituir su gobierno, mientras la mitad advirtieron que Estados Unidos perjudicaría a Iraq en los próximos cinco años, en contraposición con 36 por ciento que afirmaron creer que la ocupación sería útil.

Otra encuesta, realizada a comienzos de este mes por el Instituto Internacional Republicano, indicó que apenas 19 por ciento de los entrevistados consideraban ”libertadores” a los invasores.

Estas estadísticas sugieren que Washington afronta ahora una insurgencia real, aunque no tenta una ideología política explícita más que la oposición a la ocupación, y no una campaña terrorista desarrollada por un pequeño y menguante grupo de extremistas locales y fanáticos religiosos extranjeros

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe