Gobiernos e instituciones donantes celebrarán este jueves y el viernes en Madrid una conferencia sobre la reconstrucción de Iraq, pero los representantes iraquíes ya están casi resignados a volverse sin fondos adicionales.
La conferencia, convocada por el gobierno de España, incluirá cerca de 1.000 delegados de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, Estados Unidos, la Unión Europea y Japón.
Iraq enviará una delegación de 100 miembros, que incluirá un tercio del Consejo Interino de Gobierno y la mitad de los ministros del gabinete. La Autoridad Provisional de la Coalición también enviará numerosos representantes.
Según estudios del Banco Mundial y el FMI, Iraq precisará cerca de 55.000 millones de dólares en los próximos cinco años para reconstruir su economía y sus servicios sociales, devastados por la guerra y por 12 años de embargo internacional.
La buena noticia es que Iraq ya recibió promesas por la mitad de esa cifra. Estados Unidos entregará a Iraq 20.000 millones de dólares el año próximo, y Japón 1.500 millones de dólares. Se prevé que Tokio anuncie este desembolso durante la conferencia.
Las malas noticias son varias. Aparte de Estados Unidos y Japón, la UE es el único donante que realizará una oferta firme de ayuda económica en Madrid.
Además, la mitad de los 20.000 millones de dólares ofrecidos por Estados Unidos consistirán en un préstamo, que se agregará a la gigantesca deuda externa acumulada por Iraq durante los 35 años de gobierno de Saddam Hussein.
Aunque no hay datos exactos, la deuda externa de Iraq se estima en 130.000 millones de dólares. Las nuevas autoridades impuestas por Estados Unidos esperan renegociar gran parte de esa deuda, pero algunos acreedores, entre ellos países árabes, se niegan a discutirlo.
Para pedir más fondos, la delegación iraquí intentará convencer a los donantes de que la situación de seguridad en su país mejorará notablemente en los próximos 12 a 18 meses.
"Sabemos que mucho depende de la situación de seguridad en el país, pero esperamos que a medida que eso mejore y comencemos a exportar parte de nuestro petróleo, nos sea mucho más fácil obtener fondos adicionales", declaró el ministro de Planificación, Mehdi Hafez, en conferencia de prensa.
Esta visión parece demasiado optimista en un país que registra al menos 12 ataques por día contra las fuerzas de ocupación, aunque militares estadounidenses afirman que el número de atentados ha disminuido en los últimos meses.
El grueso de las asediadas fuerzas de la coalición ocupadora son los 140.000 soldados estadounidenses, que Washington intenta reemplazar con aportes de otros países. Ya logró convencer a Turquía de que enviara 10.000 soldados, pero muchos miembros del gobierno provisional iraquí se oponen.
"Los estadounidenses creen que si traen soldados turcos y los ponen en un lugar problemático como Falluja, detendrán los ataques, pero no lo harán. La solución es que los iraquíes se hagan cargo de la seguridad", dijo a IPS Mahmoud Osman, miembro del Consejo Interino de Gobierno.
La delegación iraquí no sólo pedirá donaciones, sino también créditos, en base a la presunción de que Iraq pronto podrá vender grandes cantidades de petróleo.
Antes de la guerra, Iraq vendía unos tres millones de barriles por día, en el marco del programa "petróleo por alimentos", una excepción al embargo que le permitía exportar cantidades limitadas de petróleo para adquirir alimentos y otros bienes humanitarios.
Desde la invasión, el pasado 20 de marzo, las dos principales arterias de gas y petróleo han sufrido numerosos actos de sabotaje, y como resultado Iraq casi no ha podido vender petróleo.
Según estimaciones de las fuerzas de la coalición, Iraq podría generar hasta 12.000 millones de dólares por venta de petróleo el año próximo. Algunos analistas consideran exagerado este cálculo.
"Para nosotros esta no es sólo una conferencia para pedir dinero. Es también políticamente importante, para legitimar al actual gobierno y decirle a la gente que precisamos su ayuda para ofrecer seguridad y satisfacer las necesidades básicas del pueblo iraquí", dijo a la prensa Abdel Aziz Hakim, miembro del Consejo Interino de Gobierno.