Violencia, incertidumbre y predominio de los partidos de derecha marcan una efervescente campaña electoral en Guatemala hacia los comicios del 9 de noviembre, para los cuales es favorita la Gran Alianza Nacional (Gana).
Once agrupaciones se disputan la presidencia y los 158 lugares en el Congreso, así como la supremacía en 331 municipios distribuidos en los 22 departamentos del país.
El domingo 9 del mes próximo, 5.073.290 guatemaltecos podrán votar en alguna de las 8.910 juntas receptoras establecidas por el Tribunal Supremo Electoral.
Según las encuestas sobre intención de voto, alrededor de 36 por ciento de los consultados aún no decidieron a qué candidato a la presidencia apoyarán.
Uno de los factores que agitan la campaña es la postulación del general Efraín Ríos Montt, de 77 años, ex dictador (1982-1983) y acusado de violaciones de los derechos humanos, apoyada por el gobernante y conservador Frente Republicano Guatemalteco (FRG).
La Gana, integrada por el Partido Patriótico, el Movimiento Revolucionario y el Partido de Solidaridad Nacional, es liderada por el abogado y empresario Oscar Berger, de 56 años, y favorita para los comicios.
En la última encuesta divulgada por medios de comunicación, de la empresa Vox Latina, Berger se ubicó en primer lugar con apoyo 37,8 por ciento de los consultados, seguido por Alvaro Colom, de la centroderechista Unión Nacional de la Esperanza, con 18,2. Prefirieron a Ríos Montt 11,4 por ciento de los entrevistados.
Con esas proporciones en los comicios, habría una segunda ronda con Berger y Colom. Desde 1985, siempre ha sido necesario ese procedimiento para elegir presidente, en ausencia de mayoría absoluta para un candidato.
Esa segunda ronda debería realizarse el 28 de diciembre, y el sucesor del actual presidente Alfonso Portillo asumirá el 14 de enero de 2004, con un mandato de cuatro años.
En la campaña ”se enfrentan las fuerzas económicas tradicionales, representadas por Gana, y las del FRG, que son los grupos emergentes, vinculados a actividades oscuras como el narcotráfico, el crimen organizado, el lavado de dólares y el contrabando”, dijo a IPS el analista Francisco García, del Instituto Centroamericano de Estudios Políticos.
Por eso, si la Unión Nacional de la Esperanza da la sorpresa de pasar a la segunda ronda, asestará duros golpes simultáneos a las dos mayores fuerzas políticas y económicas del país, opinó.
Las fuerzas de izquierda, dividas en la Unidad Nacional Revolucionaria Guatemalteca y la Alianza Nueva Nación, apenas superan, en las encuestas, el cuatro por ciento mínimo que les exige la ley para mantener su vigencia política, resaltó Marco Barahona, de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales.
Ambas agrupaciones reúnen a intelectuales y ex guerrilleros que participaron en un prolongado conflicto interno desde comienzos de los años 60 hasta los acuerdos de paz de 1996, que dejó unas 200.000 víctimas.
Barahona prevé que los dos bandos de izquierda pueden obtener unos 15 escaños en el parlamento, en el cual, por primera vez, la fragmentación impediría que un partido tenga mayoría absoluta.
El analista enfatizó que existen garantías de que no habrá fraude, para lo cual actuarán como garantes del Tribunal Supremo Electoral, en el día de las elecciones unos 40.000 ciudadanos, pero añadió que el FRG usa recursos del Estado con la intención de manipular a los votantes.
”Es claro que se está entregando alimentos, fertilizantes y materiales de construcción a los pobladores de las áreas rurales, con lo que se pretende comprar su intención de voto”, explicó.
Los seguidores de Ríos Montt se concentran, precisamente, en las clases más desposeídas del país, donde 80 por ciento de la población padece los estragos de la pobreza.
Otro de los ”trucos” a los que acudió el FRG para asegurarse votos fue indemnizar a unos 200.000 ex integrantes del grupo contrainsurgente Patrulleros de Autodefensa Civil, acusado de numerosos atropellos contra campesinos e indígenas durante la guerra civil, indicó Barahona.
Los pagos a esas personas se realizarán de este mes a enero.
Los analistas consultados por IPS coincidieron en que existe temor de que aumente, hasta el día de los comicios, la violencia política que ya ha causado 20 muertes, entre ellas las de candidatos a concejales y alcaldes, desde que se convocó a elecciones el 15 de mayo.
”Nos preocupa el clima de impunidad, porque contribuye a que se incremente la violencia”, destacó el ex presidente peruano Valentín Paniagua, jefe de una misión observadora de la Organización de Estados Americanos.
En opinión de Alvaro Velásquez, analista político independiente, el FRG corre peligro de ”ser sepultado como agrupación política” junto con su máximo dirigente, Ríos Montt.
Velásquez alegó que la ”falsa polarización” dominante entre la Gana y el FRG ha relegado a segundo plano la difícil situación social de los guatemaltecos, la necesidad de revisar el seguimiento de los acuerdos de paz, y cuestiones como la salud, la educación y el desarrollo de los pueblos indígenas. (