Fuerzas de seguridad de España decomisaron 10 toneladas de cocaína ocultas en un barco con bandera de Senegal y avanzan en la investigación para desmembrar una red internacional de narcotráfico, informaron este lunes fuentes oficiales.
El barco ”South Sea” fue apresado el sábado en aguas internacionales, a unas 90 millas (166 kilómetros) de las costas portuguesas, en una operación conjunta de la policía, la guardia civil (policía militarizada) y la marina de guerra españolas, y llevado hasta el puerto de Vilagarcía de Arousa, en Galicia, al noroeste de España.
Tras dos días de búsqueda, este lunes fueron localizados tres centenares de fardos de droga, ocultos en un segundo fondo ubicado bajo las cadenas del ancla, gracias al uso de perros especialmente adiestrados para esas tareas.
”Esto ha sido un duro golpe para los narcotraficantes, pero todavía queda mucho por hacer”, dijo a IPS José Antonio Uris, presidente de ”Erguete Baixo Miño” (Levántate Bajo Miño, en lengua gallega), una asociación civil que lucha contra la droga y tiene sede en el municipio de La Guardia, en la desembocadura del río Miño.
Galicia posee la costa española por la que ingresa en forma ilícita más droga, destinada al país y al resto de Europa. Uris sostiene que eso es así por las ”inmejorables infraestructuras” de la región y la preparación de los gallegos participantes en el narcotráfico para desembarcar grandes cargamentos en muy poco tiempo.
Este mismo lunes, entró en la ría de Arousa una lancha que venía desde alta mar, fue perseguida, se ocultó, y cuando dos horas después la policía la encontró, ya estaba abandonada y sin cargamento.
En el operativo ”South Sea”, que continúa su marcha, ya han sido detenidas 31 personas, parte de ellas tripulantes del buque y otra parte cómplices en tierra. Los tripulantes son cinco, ciudadanos de Ucrania, Armenia, Senegal, Gambia y España.
Entre los detenidos en tierra están Carlos Somoza y José Joaquín Agra, alias ”Panarro”. El primero es considerado por la policía el jefe de la organización, y ya pendía sobre él una orden de búsqueda y captura, de cuando estaba vinculado con un clan conocido como ”Los Charlines”, que debe su nombre al que fue su jefe, Manuel Charlín Gama.
Los Charlines tienen una vasta red de familiares que, de una u otra manera, están vinculados con el narcotráfico y en especial con el de cocaína, aunque también comercian con otras drogas ilegales.
Algo similar ocurre con Panarro, ya que este lunes han sido arrestados también su hijo Jorge y un vecino suyo, José Míguez, acusados de complicidad en el tráfico.
El ministro del Interior, Angel Acebes, informó de que en el primer semestre de este año se multiplicaron por cinco las incautaciones de cocaína en alta mar, en relación con el mismo periodo del año anterior, e indicó que en esos seis meses fueron requisadas 25 toneladas de tal droga.
En todo 2002 se requisaron 17.616 kilos.
El episodio del South Sea tiene un antecedente, en cuanto a cantidad, en el realizado en julio de 1999, a 960 millas (unos 1.770 kilómetros) al suroeste de las Islas Canarias, ubicadas frente a la costa noroccidental de Africa, cuando también se decomisaron 14 toneladas a bordo de un barco con bandera de San Vicente y Granadinas.
En esa oportunidad fue detenida como responsable del tráfico ilegal la española Ana Garrido Alvarez.
Otro de los responsables de esa organización, Carlos Ruiz Santamaría, llamado ”El Negro” y detenido en 1999, fue puesto en libertad condicional bajo fianza a fines de 2001, y huyó a los pocos días.
A principios de 2002, el ex narcotraficante Alfonso León delató a El Negro como delegado en España del cartel colombiano de narcotraficantes de Bogotá, encargado de marcar el precio de la cocaína que esa banda introducía en España.
León confesó al ser interrogado por un fiscal que la organización de narcotráfico a la que pertenecía funcionaba como una multinacional, ya que ”como hay mucho dinero de por medio, en cada país hay una persona encargada de cada tema”, entre ellos pilotos, contadores, químicos, marineros, banqueros y transportistas en tierra.
También reveló que los intermediarios cobraban un porcentaje por la venta de la droga, y que antes de ser detenido había arreglado desde Colombia, con un grupo gallego, el transporte terrestre, el almacenaje y la distribución de la cocaína, a cambio de 25 por ciento del precio final, en tanto que a él le correspondería cinco por ciento.
Desde el gobierno, presidido por el centroderechista José María Aznar, se informó de que en 2004 el Plan Nacional de Lucha contra las Drogas dispondrá de un presupuesto de 33 millones de euros (unos 30 millones de dólares), o sea 30 por ciento más que este año.