La posible renegociación con Argentina de una añeja deuda de casi 2.000 millones de dólares puede abrirle a Cuba nuevas oportunidades de mercado y financiamiento, en medio de las tensiones internacionales que afronta.
Después de Japón, Argentina es el segundo mayor acreedor de Cuba, cuya deuda total asciende a casi 11.000 millones de dólares, y el primero de América Latina, seguido de México.
Los restantes acreedores son España, Francia, Gran Bretaña, Italia y Alemania, cuyas relaciones con el gobierno cubano de Fidel Castro pasan desde marzo por fuertes tensiones políticas, que se prevé impacten negativamente sobre el intercambio económico y comercial.
El canciller argentino Rafael Bielsa avanzó con autoridades cubanas, durante su primera visita oficial a la isla del domingo al martes, en la renegociación de los adeudos contraídos en los años 70.
El pedido del gobierno de Castro de una rebaja del 75 por ciento de su deuda, a cambio de pagos inmediatos de los intereses, debe ser examinada por el novel presidente argentino, Néstor Kirchner, y en la primera semana de noviembre podría haber humo blanco sobre el asunto.
Una oferta parecida lanzó semanas atrás Argentina a sus acreedores privados, cuyos bonos fueron congelados en diciembre de 2001 en medio del colapso económico y la consecuente revuelta social, que llevaron a la renuncia del gobierno de Fernando de la Rúa cuando apenas había cumplido la mitad de su mandato de cuatro años.
En la mesa de negociaciones cubano-argentina figura la posibilidad de que La Habana pague parte de su deuda con atención médica de alta especialización a pacientes argentinos de escasos recursos, informó Bielsa horas antes de emprender el regreso a Buenos Aires.
Un informe de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), citado por medios internacionales de prensa, señala que la deuda externa de Cuba se mantuvo similar a la de 2001, cuando ascendió a poco más de 10.800 millones de dólares.
El Banco Central de Cuba (BCC) no ha informado públicamente sobre el endeudamiento ni sobre la balanza de pagos, discreción que economistas achacan a la difícil coyuntura del país, caracterizada por un fuerte déficit financiero.
Aún así, las autoridades han reiterado a sus acreedores la ”voluntad política” de pagar ”hasta el último centavo” e insistido en que se debe tener en cuenta las ”presiones externas” en que se desenvuelve la economía cubana.
El embargo de cuatro décadas aplicado por Estados Unidos priva a esta isla socialista de acceder al financiamiento de organismos multilaterales y regionales, como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo.
”Nosotros cumplimos con nuestros compromisos, obviamente como país pobre, en ciertos momentos tenemos dificultades”, admitió el vicepresidente primero del BBC, Jorge Barrera, en un intercambio con la prensa extranjera.
Barrera recordó que en el país las deudas de las entidades cubanas, incluyendo las financieras, ”no se borran de un día para otro”, lo cual es una ventaja.
”Una forma muy simple de anular una deuda de una empresa es declararse en quiebra y sencillamente sus acreedores pierden el dinero (zzz). En Cuba hasta ahora no ha habido situaciones de ese tipo”, indicó.
La renegociación de los adeudos con Argentina sigue al acuerdo marco firmado a fines de septiembre en La Habana con el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva.
Ese convenio dejó abierta la posibilidad de ampliar la amortización de una deuda de 40 millones de dólares mediante el pago con un porcentaje de los ingresos por exportaciones cubanas a ese país.
En cambio, la renegociación de la deuda con México, de unos 380 millones de dólares, concluidas en marzo del año pasado, se complicó posteriormente y el caso es actualmente motivo de un litigio judicial internacional.
Según fuentes mexicanas, ese país recurrió a tribunales europeos luego que el gobierno cubano retiró, ”unilateralmente”, las garantías de pago que habían sido acordadas para amortizar los adeudos.
Paralelo al conflicto judicial, se llevan a cabo negociaciones privadas entre autoridades bancarias de Cuba y del Banco Nacional de Comercio Exterior de México (Bancomext) para la búsqueda de una solución al problema.
El 20 por ciento de la deuda total cubana se concentra en Japón, con un total que en cifras oficiales de 1999 ascendía a 2.282 millones de dólares. Le siguen España, con 10,6 por ciento de la deuda, Francia con 10,5, Gran Bretaña con 9,9, Italia con 4,3 y Alemania cn dos por ciento).
La Habana renegoció su deuda en los años 80 en tres oportunidades y luego de fracasar su solicitud para un cuarto reajuste suspendió los pagos en julio de 1986.
También se frustraron varias rondas de conversaciones técnicas que en el primer cuatrimestre de 2001 sostuvieron autoridades cubanas con sus acreedores reunidos en el llamado Club de París.
En su informe de 2001, el Banco Central consideró, sin embargo, que esos contactos permitieron ”precisar aquellas cuestiones que aún mantienen distante la posibilidad de alcanzar un eventual acuerdo multilateral”.
Fuentes no oficiales aseguran que las conversaciones culminaron sin acuerdo alguno, entre otras razones, porque La Habana se negó a aceptar la exigencia de Rusia de incluir en esas negociaciones los adeudos cubanos a ese país.
Cuba le debe a Moscú 20.848 millones de rublos transferibles, una deuda contraída en 30 años de estrecha colaboración entre la isla caribeña y la disuelta Unión Soviética, y cuyo equivalente en dólares no ha sido acordado.
A su vez, Cuba alega que los daños y perjuicios sufridos a partir de la desaparición del bloque soviético en 1991 suman 36.363 millones de rublos transferibles, estimación que entregó a la parte rusa en mayo de 1998.