Paraguay sigue primero en la lista de países más corruptos de América del Sur, segundo en el continente después de Haití y cuarto en el mundo, según el informe divulgado este martes por Transparencia Internacional (TI).
El Indice de Percepciones de Corrupción (IPC), que elabora cada año esta organización no gubernamental con sede en Berlín, destaca que nueve de cada 10 países en desarrollo necesitan en forma urgente apoyo práctico para luchar contra la corrupción.
La lista de naciones donde la corrupción se percibe como un factor dominante está encabezada por Bangladesh, seguida de Nigeria, Haití, Paraguay, Birmania, Camerún, Angola, Tayikistán, Kenia, Georgia, Azerbaiyán e Indonesia.
Esos países cuentan con menos de dos puntos en el nuevo rango del IPC, que va de 0, como altamente corrupto, a 10, como indicador de la ausencia de percepción de este flagelo.
El informe de TI también resalta que entre la última medición y la realizada ahora empeoraron sus calificaciones Argentina, Bielorrusia, Chile, Canadá, Estados Unidos, Israel, Luxemburgo, Polonia y Zimbabwe.
En tanto, en el otro extremo como países con niveles muy bajos de corrupción percibida, al recoger puntuaciones superiores a nueve, se encuentran Finlandia, Islandia, Dinamarca, Nueva Zelandia, Singapur y Suecia.
Entre las principales causas de percepción de corrupción en la ciudadanía de Paraguay están los "grandes negociados" y hasta actos "que pueden considerarse de rapiña" por parte del gobierno de Luis González Macchi (1999-2003), sumado al aumento de la pobreza por esa causa, aseguró a IPS el analista Félix Lugo.
Por su parte, la presidenta del capítulo paraguayo de TI, Pilar Callizo, se lamentó al indicar que la puntuación paraguaya "es desfavorable una vez más, al pasar de 1.7 en 2001 a 1.6 en la actualidad".
Callizo explicó que, lamentablemente, es necesario reconocer que los esfuerzos hechos hasta ahora por la sociedad civil organizada no fueron suficientes para combatir "la falta de voluntad política del gobierno saliente" de González Macchi, se quejó.
El informe de TI se basó en 17 encuestas realizadas por 13 instituciones independientes, entre empresarios y analistas de riesgo financiero, incluyendo consultas a residentes de los 133 países calificados esta vez, tanto locales como residentes en el exterior.
En 2002 se incluyeron sólo 102 países. El aumento de cobertura está relacionado con el hecho de que se encontraron más fuentes válidas y confiables, según informó la organización en un comunicado. Se requerían al menos tres encuestas para que un país pudiera ser calificado.
Las consultas que se tomaron en cuenta para el informe divulgado este martes fueron realizadas entre 2001 y 2003, periodo que en el caso paraguayo correspondió al gobierno de González Macchi, quien el 15 de agosto entregó el cargo a Nicanor Duarte Frutos, ambos del Partido Colorado.
Callizo afirmó que el discurso y las primeras acciones del nuevo gobierno en torno a la lucha contra la corrupción son vistas por TI como alentadoras.
Sin embargo, algunas figuras designadas para cargos clave del gobierno arrojan dudas sobre la profundidad de sus compromisos y promesas, advirtió sin identificar a esos políticos cuestionados.
"Creo que hay un doble discurso del gobierno actual en torno a la corrupción, y la ciudadanía tiene que exigir respuestas. Mientras ella se mantenga pasiva, lamentablemente no tenemos nada que hacer", continuó.
La experta señaló como fundamentales en esta tarea para tratar de erradicar la corrupción a los organismos de control, como el Ministerio Público y la Contraloría General de la República.
"Pero, como estas instancias tampoco funcionan, entonces es la ciudadanía la que tiene que estar vigilante, reclamar el esclarecimiento de los hechos que se descubran y pedir la sanción", explicó.
El vicepresidente de TI Paraguay, Arsenio Vasconcellos, también destacó la importancia del compromiso de la sociedad para la lucha contra la corrupción.
"Es importante que la ciudadanía trate de disminuir el impacto de este flagelo y de participar en las islas de integridad para evitar que la corrupción se mantenga en el sector público", expresó.
Para Vasconcellos, la transparencia no es solamente una responsabilidad del sector público sino también una obligación de la población.
Por su parte, Lugo, analista político y económico, identificó varios factores que entran en juego al momento de percibir una mayor corrupción en Paraguay, como lo indica el IPC elaborado por TI, y "todos ellos confluyen en el papel jugado por el gobierno de González Macchi".
"Las autoridades que llevaron adelante las riendas del país durante ese periodo no sólo se dedicaron a los grandes negociados sino que además realizaron actos que podrían considerarse de rapiña", afirmó.
El especialista añadió que ese es el factor fundamental del aumento del nivel de percepción de la corrupción por parte de la ciudadanía. "Unido a ello, por supuesto, está el aumento de la pobreza generada por esas acciones", prosiguió.
Lugo advirtió que, además, se debe tener en cuenta que la ciudadanía profundizó su desconfianza ante "la descarada ostentación de impunidad observada en más de un caso", por lo cual la justicia "es también otro factor determinante".
"Sus integrantes son en muchos casos responsables en primer grado de que la ciudadanía perciba un alto nivel de corrupción", puntualizó.
Un detalle que debe también ser atendido, según el experto, es que el aparato estatal paraguayo "está estructurado en forma corrupta, con leyes contrapuestas, falta de control real y superposición de funciones".
"La corrupción es sistémica y sólo con una educación real cimentada en valores y la reducción de la pobreza podrá cambiar la concepción que poseen los ciudadanos de su propio Estado", opinó.