Brasil pasará a ser miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) dentro de dos meses, lo que constituye un gran logro para el gobierno de Luiz Inácio Lula Da Silva. Desde ese lugar, el canciller brasileño Celso Amorim presionará para lograr una reforma en la ONU que permita, entre otras cosas, la ampliación del número de asientos permanentes en el Consejo.