El opositor Movimiento para el Cambio Democrático (MDC) de Zimbabwe solicitó al presidente de Malawi, Bakili Muluzi, que establezca una hoja de ruta para resolver la crisis en este país de Africa austral.
Representantes del MDC participaron el jueves en Blantyre, capital comercial de Malawi, en una reunión para evaluar los avances en el diálogo con el gobierno, tal como solicitaron Muluzi y sus pares Olusegun Obasanjo, de Nigeria, y Thabo Mbeki, de Sudáfrica.
El secretario general del MDC, Welshman Ncube, dijo a la prensa después de la reunión que, a pesar de la reanudación de las conversaciones, los líderes del partido no reconocen la legitimidad del gobierno de la Unión Nacional Africana de Zimbabwe- Frente Patriótico (ZANU-PF).
Ncube, quien estaba junto al presidente de MDC, Isaac Matongo, acusó a ZANU-PF de aferrarse a precondiciones y bloquear así los esfuerzos internacionales en curso para resolver la situación en Zimbabwe.
El gran problema a resolver es cómo remover las precondiciones en las que insiste ZANU-PF. Esperamos que lo solucionemos, con la ayuda de Muluzi, dijo Ncube.
El dirigente del MDC informó al presidente de Malawi sobre los avances del diálogo entre el gobierno y la oposición de Zimbabwe, aún de escaso alcance, y de los esfuerzos de su partido para poner fin a la crisis política y económica.
Muluzi informó a ambas partes que Mbeki, Obasanjo y él mismo continuarían comprometidos con la búsqueda de soluciones en Zimbabwe, afirmó la canciller de Malawi, Lilian Patel.
Pero las soluciones deberán proceder de los propios zimbabwenses, agregó Patel.
El MDC cuestionó ante la justicia la legalidad del triunfo electoral de Mugabe el año pasado, por considerarlo fraudulento, al igual que observadores internacionales.
La crisis estalló en 2000, luego de que Mugabe comenzó a incautarse de las haciendas de 4.500 agricultores blancos para redistribuirlas entre campesinos sin tierra de la mayoría negra.
Al menos 300 personas, la mayoría miembros del MDC, murieron en episodios de violencia atribuida al enfrentamiento político, según organizaciones de derechos humanos.
A su regreso de una cumbre regional en Dar es Salaam la semana pasada, Muluzi dijo que la Comunidad para el Desarrollo de Africa Austral (SADC), integrada por 14 naciones, estaba activa en la búsqueda de una solución a la crisis en Zimbabwe.
La diplomacia tranquila puede ayudar más que las condenas públicas, que agitan la ira, dijo.
Muluzi también advirtió que, al imponer sanciones económicas, la comunidad internacional le dificulta la vida a los zimbabwenses comunes.
Estados Unidos estableció sanciones en 2001 y la Unión Europea en 2002. Ambos anunciaron que las levantarían si el gobierno restauraba el estado de derecho.
Mugabe, en el poder desde que Zimbabwe se independizó de Gran Bretaña en 1980, atribuye la crisis a la acción de opositores a su programa de reforma agraria.
Más de la mitad de la población de Zimbabwe necesita ayuda alimentaria. El gobierno impidió esta semana a las agencias internacionales distribuir alimentos.
La inflación llegó a 400 por ciento, mientras se agrava la escasez de comida y de combustible.
Mugabe, de 78 años, acusa al MDC de ser una marioneta de Gran Bretaña, que pretende, según él, recolonizar Zimbabwe.
Pero en elecciones celebradas el fin de semana, el MDC derrotó a ZANU-PF al conquistar 137 escaños en legislaturas locales contra 100 del oficialismo. La oposición también se alzó con seis de las siete alcaldías en disputa.
El MDC llevó al triunfo en la localidad de Kariba a John Houghton, el primer alcalde blanco desde la independencia de Zimbabwe. (