Los derechos laborales han quedado en el olvido en medio de la competencia entre los gobiernos por la inversión extranjera, a la que ofrecen mano de obra barata y exoneraciones impositivas, alertó a la OMC la mayor organización sindical del mundo.
La Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL) y la Confederación Alemana de Sindicatos (CAS) instaron a los 146 países de la OMC (Organización Mundial del Comercio) a proteger los derechos laborales, en la conferencia ministerial en el sudoriental balneario mexicano de Cancún.
Los sindicatos subrayaron que los derechos humanos deben ser la prioridad en las negociaciones comerciales de la llamada Ronda de Doha, iniciada hace dos años en la capital qatarí.
La CIOSL, con sede en Bruselas, presentó en Cancún un informe que denuncia la falta de normas para protejer a los trabajadores en las zonas francas de procesamiento de exportaciones (maquilas), donde se facilita la instalación de compañías extranjeras que ensamblan insumos importados libres aranceles.
La OMC debe ser coherente, no sólo con el Fondo Monetario Internacional y con el Banco Mundial, sino también con las agencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y con las decisiones tomadas en la Cumbre Mundial para el Desarrollo Sostenible del año pasado en Johannesburgo, indicó la CIOSL.
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Los sindicatos exhortaron a los participantes de la conferencia ministerial en Cancún, que comenzó el lunes y terminará este domingo, a que tomen decisiones para fortalecer la colaboración con las agencias de la ONU.
Los ministros tienen que respaldar las conclusiones de la cumbre (de Johannesburgo) para que el desarrollo sostenible sea incorporado al trabajo de la OMC, indicaron.
La globalización tiene el potencial de traer prosperidad a los pueblos alrededor del mundo, pero la actual globalización, la del libre mercado, está provocando una masiva explotación de los trabajadores, señaló el secretario general de la CIOSL, Guy Ryder.
El dirigente sindical habló ante representantes de gobierno, parlamentarios y delegados de organizaciones no gubernamentales en un seminario en Cancún organizado por la Fundación Friedrich Ebert, vinculada al gobernante Partido Socialdemócrata alemán.
No podemos permitir que continúe la ausencia de reglas efectivas que preserven los lineamientos establecidos por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Los gobiernos no quieren ni siquiera que la OMC y la OIT trabajen juntas, indicó.
El informe de la CIOSL advierte que el deterioro de las condiciones de trabajo continuará mientras los gobiernos sigan compitiendo entre ellos por la inversión extranjera, ofreciendo una mano de obra barata, exoneraciones de impuestos y otras concesiones similares.
Los sindicatos acusan a los países de la OMC de negarse a discutir los problemas sociales vinculadas a la globalización.
El informe de 25 páginas, titulado Zonas de producción para la exportación: símbolos de explotación y de un desarrollo destinado al fracaso, condena las pésimas condiciones de trabajo de los 43 millones de empleados en las industrias maquiladoras de todo el mundo.
El informe está acompañado de un vídeo con imágenes exclusivas de industrias maquiladoras en República Dominicana, Honduras, y Filipinas, en las que se muestra la explotación de los empleados y se denuncia acosos contra los que intentan sindicalizarse.
Para la CIOSL, la maquila es un símbolo de la explotación que esconde el actual proceso de globalización.
Por su naturaleza, las inversiones extranjeras en las zonas en régimen de maquila son precarias, y están prontas para dejar el país apenas se les ofrezca mano de obra más barata y sumisa en otro lado, indica el informe.
Los sindicatos también cuestionan el mito de que la maquila contribuye al progreso económico de los trabajadores. La mayoría de éstos viven en barrios pobres, sin servicios de salud ni acceso a educación para sus hijos, mientras las compañías extranjeras no pagan impuestos.
Por su parte, la CAS —la alianza sindical más grande de Europa, con 7,7 millones de miembros— pidió a la OMC que busque transparencia y tratamiento igualitario de aspectos sociales, ambientales y de desarrollo en las negociaciones comerciales.
El presidente de la CAS, Michael Sommer, subrayó la necesidad de la colaboración entre la OMC y la OIT, al participar del seminario paralelo a la conferencia ministerial de Cancún.
Nosotros, los sindicatos en Europa, no somos enemigos de una globalización que beneficie tanto al Norte como al Sur. Estamos en contra de esta globalización neoliberal y destructiva que está orientada hacia el capital, como se ve en la OMC, afirmó.
La CIOSL y la CAS condenaron que se presione a los países en desarrollo para que cumplan con determinadas condiciones que no son apropiadas para su desarrollo económico y social.
Las naciones del Sur deben tener la posibilidad de poner vallas a las consecuencias de sus compromisos de liberalización y de dar marcha atrás si lo necesitan, afirmó Sommer.
El dirigente sindical también propuso que se les dé ayuda financiera e institucional a los países en desarrollo para que puedan negociar con los otros miembros de la OMC en pie de igualdad.