Es poco probable que en la conferencia ministerial de la OMC en México se alcancen resultados positivos, pues en las negociaciones previas no se pudo resolver la disputa entre países ricos y pobres, pronosticó un estudio del SELA.
El borrador de la declaración final, prevista para que la firmen ministros de los 146 países países miembros de la OMC (Organización Mundial del Comercio) el 14 de este mes en la sudoriental ciudad mexicana de Cancún, ”no posee el grado mínimo de acuerdo necesario para reducir las áreas de conflicto”, añade.
”Sólo un denodado esfuerzo conciliatorio, en especial de Estados Unidos y la Unión Europea, en cuanto al acceso a mercados de productos agrícolas y otros bienes puede determinar que la cita de Cancún concluya con resultados tangibles”, estimó el director del SELA, Antonio Romero, conductor del estudio.
El camino a Cancún fue diseñado en la anterior conferencia, en 2001 en Doha, como ”ronda del desarrollo”, con negociaciones sobre ocho conjuntos de temas, pero articulados todos alrededor de la cuestión del desarrollo, explicó el responsable del informe del SELA (Sistema Económico Latinoamericano).
Sin embargo, ”no se cumplió con las fechas propuestas para la discusión de los temas, se ha observado muy poca flexibilidad en las posiciones negociadoras y las naciones en desarrollo critican el protagonismo de los países industrializados” en el texto del borrador, comentó.
De manera destacada, ”se está en medio de un impasse en los temas de acceso a mercados agrícolas, de servicios y bienes no agrícolas”, recordó el director del organismo que agrupa a 28 estados de América Latina y el Caribe.
Hace dos semanas, los gobiernos del Mercado Común del Sur (Mercosur, de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) advirtieron, en una declaración, el carácter central de la agricultura para el éxito de la ronda e indicaron que los avances en esa materia ”no constituyen todavía base para el éxito” de la reunión de Cancún.
Por otra parte, la propuesta presentada por el ”Grupo de los 20” de países en desarrollo, liderado por Brasil, China e India, en oposición a la elaborada por la Unión Europea y Estados Unidos, se estrelló con ”la intransigencia de las naciones desarrolladas”, sostuvo el SELA.
A las puertas de Cancún ”prácticamente el único trato alcanzado es el convenio con Estados Unidos para instrumentar los Acuerdos sobre Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio (ADPIC) y el acceso a medicamentos a bajo precio para la salud pública de países en desarrollo”, indicó el estudio.
Romero destacó que ”los principales beneficiarios de los acuerdos de la OMC siguen siendo los países industrializados, por el mayor peso de sus economías, sus medidas proteccionistas (300.000 millones de dólares anuales en subvenciones diversas a sus agricultores) y su mayor capacidad de negociación”.
Por contraste, el mundo en desarrollo tiene economías más frágiles, con menos capacidad de oferta, e instituciones más débiles para acudir a negociar.
El trabajo pone como ejemplo que en la sede de la OMC en Ginebra se realizaron en los últimos meses más de 40 mesas de negociación, en las cuales a los países del Sur les resultó imposible participar en igualdad de condiciones que sus interlocutores del Norte.
El representante de Venezuela ante la OMC, Víctor Alvarez, dijo que, por todo ello, su país defenderá en Cancún ”una revisión del balance entre compromisos y resultados derivados de los acuerdos dela OMC”.
”Venezuela planteará la necesidad de no adoptar nuevos compromisos hasta tanto se haya resuelto la larga lista de asuntos pendientes, fundamentalmente los que afectan a los países en vías de desarrollo”, apuntó.
Alvarez agregó que otros temas que Venezuela defenderá serán la prioridad de los derechos humanos sobre los mercantiles, y el derecho de los estados a prestar servicios estratégicos, por oposición a ”las propuestas para liberalizar, desrregular y privatizar el comercio de servicios”.
América Latina y el Caribe también ensayan la autocrítica. El director de desarrollo del SELA, Giovanni Reyes, recordó que esta región tenía 12 por ciento del comercio mundial en 1950, ocho por ciento en 1960 y ahora sólo representa cinco por ciento, ”y la mitad de este porcentaje corresponde a México”.
Los países latinoamericanos no acuden a Cancún con una posición de bloque, como otros grupos, ”a pesar de que desde 1975 se tiene al SELA como mecanismo de coordinación y concertación ante los foros económicos internacionales”, se lamentó Reyes.