La Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL) se lamentó de que los derechos laborales estén excluidos de las deliberaciones que los ministros de la OMC realizarán esta semana en Cancún, México.
Representantes de los 146 países que integran la OMC (Organización Mundial del Comercio) se reunirán en esa sudoriental ciudad mexicana para avanzar en negociaciones sobre la protección a los agricultores en el Norte industrial y el acceso del Sur a medicinas baratas, entre otras cuestiones.
Pero los derechos laborales, en particular los de aquellos 43 millones de trabajadores en las zonas francas de procesamiento de exportaciones o maquilas, con creciente presencia en el mundo en desarrollo, estarán lejos de las consideraciones de los ministros, según la CIOSL.
La organización sindical internacional, que representa a 158 millones de trabajadores en 150 países, indicó que las maquilas fueron establecidas por los gobiernos para producir mercaderías con destino a la exportación, muchas veces con insumos importados.
Estas zonas francas, que pasaron de ser 79 en 25 países en 1975 a 3.000 en 116 hoy, se convirtieron en un ”símbolo de cierta naturaleza explotadora de la globalización económica”, indicó la CIOSL en una declaración difundida este lunes.
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La confederación sindical llamó a la OMC a trabajar en estrecho contacto con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para asegurarse de que los derechos laborales, entre ellos la libertad de sindicalización, se respeten en las maquilas.
”La globalización tiene el potencial de dar prosperidad a gente de todo el mundo, pero la cruda globalización de libre mercado de hoy empuja los estándares hacia abajo y conduce a la explotación masiva”, dijo el secretario general de la CIOSL, Guy Ryder, quien participará como observador en la Quinta Conferencia Ministerial de la OMC en Cancún.
”No puede admitirse que continúe sin haber reglas comerciales efectivas y multilaterales que apoyen los criterios fijados por la OIT, ni que los gobiernos se rehúsen a permitir que la OMC y que la OIT trabajen juntas en el problema”, agregó Ryder.
Críticos de la globalización económica en sindicatos y numerosas organizaciones no gubernamentales, que también convergirán en Cancún esta semana, han advertido que, en ausencia de normas mundiales, las corporaciones multinacionales tienden a invertir en países con menos regulaciones, con el fin de reducir costos.
El resultado es la denominada ”carrera al fondo”, en que los gobiernos compiten por la esquiva inversión extranjera de esas multinacionales reprimiendo a los sindicatos, evitando vigilar el cumplimiento de las leyes ambientales y ofreciendo reducciones de impuestos.
Esas medidas dificultan el financiamiento de los servicios esenciales de salud y bienestar social, según la CIOSL.
Buena parte de la inversión extranjera en los países en desarrollo está controlada por corporaciones multinacionales, que crearon una especie de cadena de montaje mundial en que diferentes partes de un producto pueden producirse, manufacturarse o ensamblarse en diferentes países.
Por eso, las organizaciones no gubernamentales y sindicales insisten en que la OMC, que supervisa el sistema comercial mundial, juegue un papel clave en reforzar las normas internacionales en ese sentido.
”A falta de reglas comerciales multilaterales de comercio efectivas para apoyar criterios establecidos por la OIT, la espiral negativa continuará, pues los gobiernos compiten entre sí por la inversión extranjera ofreciendo trabajo más barato, menos impuestos y otras concesiones”, indica el informe de la CIOSL titulado ”Zonas de procesamiento de exportaciones: símbolos de explotación y callejón sin salida para el desarrollo”.
Los empleados de las maquilas son obligados ”a tomar anfetaminas para trabajar más rápido y más duro”, mientras ”la violencia y el abuso son una realidad diaria para miles de trabajadores” y ”los intentos de fundar sindicatos o de negociar en conjunto por un trato justo derivan con frecuencia en represalias y hasta en amenazas de muerte”.
Las maquilas existen desde comienzos del siglo XX, pero su auge se produjo en los años 70, en particular en Asia oriental, y en los 80, cuando surgieron como hongos en América Central y en el Caribe como consecuencia de la intención estadounidense de promover inversiones en esa región por razones de seguridad nacional.
Las principales actividades en las zonas francas de procesamiento de exportaciones son la textil, la vestimenta y el calzado, y a veces se ensamblan allí productos de alta tecnología, como electrodomésticos y piezas de computadora.
Las mujeres constituyen la mayoría de la fuerza de trabajo en las maquilas, hasta 90 por ciento en algunos países, en parte porque se las ”considera más disciplinadas, meticulosas y cumplidoras que los hombres”, según el informe de la CIOSL.
Pero en algunos casos se imponen pruebas de embarazo obligatorias, por ejemplo en México. En Filipinas, los trabajadores son obligados a tomar anfetaminas en fábricas de conocidas marcas de vestimenta y de calzado, añade el estudio.
La violencia física es común. En República Dominicana supuestamente se contrataron matones para golpear a trabajadores. Esa misma compañía pidió un crédito de 23 millones de dólares de la Corporación Financiera Internacional, rama del Banco Mundial para el sector privado.
”La reunión de Cancún debe tomar sin demora la decisión de que los derechos humanos, incluidos los derechos laborales fundamentales, tengan prioridad ante las reglas comerciales”, concluyó la CIOSL.