La naturaleza internacional y compleja del terrorismo exige respuestas multilaterales, con un papel crucial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), afirmó este martes en la capital portuguesa la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE).
La OSCE decide por consenso de sus 55 Estados miembros, con una mayoría europea a la que se agregan Canadá, Estados Unidos y las repúblicas ex soviéticas de Asia Central.
Representantes de las cancillerías de esos países se reunieron durante dos días a puertas cerradas en Lisboa, para considerar un refuerzo de la coordinación regional para prevenir el terrorismo y combatirlo.
La organización enfatizó, en el documento final de la reunión, la necesidad de incrementar aun más el intercambio entre servicios secretos y de policía de los Estados miembros, para controlar los brotes y la movilidad del terrorismo.
El canciller de Portugal, Antonio Martins da Cruz, subrayó que el terrorismo no está limitado a fronteras nacionales o circunscrito a regiones específicas, sino que amenaza la paz y la seguridad en todo el mundo.
Las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, así como las de su Comité Contra el Terrorismo, constituyen una base jurídica sólida para nuestras acciones, expresó.
El terrorismo no resulta de diferencias étnicas o religiosas, sino de una lucha entre los que se oponen y los que defienden la libertad, arguyó el ministro de Relaciones Exteriores del país anfitrión.
Portugal ocupó en 2002 la presidencia rotativa de la OSCE, que este año ocupa Holanda.
La reunión de Lisboa se llevó a cabo para evaluar las actuaciones en el marco de la Carta para la Prevención y el Combate al Terrorismo (CPT) de la OSCE, aprobada el 7 de diciembre de 2002 en la septentrional ciudad portuguesa de Oporto, tras un año de intensos debates.
La CPT estableció, entre otros preceptos, la prohibición a los países miembros de dar asilo a terroristas o permitir actos por ellos programados a partir de sus territorios nacionales.
La declaración política final de la reunión de Oporto también condenó el tráfico de seres humanos y de drogas ilegales, el crimen organizado y todo tipo de discriminación, además de instar a la tolerancia y al diálogo interreligioso e intercultural.
Según Martins da Cruz, entre los objetivos de la OSCE, que tiene su sede central en Viena, está evitar que las personas se conviertan en terroristas.
Para ello, la comunidad internacional necesita mejorar sus servicios de inteligencia, de policía y de cooperación judicial, pero también sus esfuerzos para la prevención de crisis, la gestión de conflictos y la reducción de la pobreza, explicó.
En ese sentido, el canciller consideró fundamental la promoción del diálogo cultural y religioso, con el propósito de dificultar la ascensión del fenómeno terrorista.
Además de los cancilleres o sus delegados, participaron en la reunión el comisario de la Unión Europea (UE) para Justicia, Antonio Vitorino, el director del departamento de prevención del terrorismo de la ONU, Jean-Paul Laborde, y el subsecretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, Minuto Rizzo.
Vitorino, de nacionalidad portuguesa, reconoció que las medidas antiterroristas adoptadas por la UE no son suficientes para evitar nuevos atentados, y advirtió que ningún país debe bajar la guardia.
Las nuevas disposiciones de la UE en materia de control policial y la acción eficaz de los servicios secretos de los 15 Estados de ese bloque no significan que a corto plazo no tengamos que enfrentar actos terroristas de una dimensión a veces devastadora, añadió.
Pese al secreto que rodeó la reunión, el profesor Nuno Rogeiro, del Instituto de Estudios Estratégicos de Portugal, dijo a IPS que uno de los problemas discutidos fue que hay mucha duplicidad de esfuerzos de varios grupos y comités que se dedican a lo mismo, lo que se traduce en un desperdicio.
Muchas de las acciones de los gobiernos en este campo, son casi inútiles, porque hay que encontrar las raíces del problema y así destruir las bases del reclutamiento de terroristas, opinó.
En las repúblicas ex soviéticas de Asia Central, fue fundamental la firma de un tratado de seguridad común para el control de fronteras, con la intención de acabar con el tráfico de drogas, principal fuente de financiamiento del terrorismo, en opinión del profesor.
Del terrorismo tradicional se sabe casi todo. Ahora hay que descubrir sus nuevas fórmulas, en especial las del llamado ciberterrorismo, que se ejerce mediante Internet, la red mundial de computadoras, concluyó Rogeiro, profesor de las últimas generaciones de generales, almirantes y diplomáticos.
Las únicas sesiones abiertas a la prensa de la reunión de la OSCE fueron las de inauguración y, en la tarde de este martes, el acto de clausura.
La OSCE pretende balancear sus tres dimensiones : los derechos humanos, el componente político-militar y la economía ambiental, sostuvo Martins da Cruz. (


