ECONOMIA-ARGENTINA: Gobierno planteó quita de deuda récord

Argentina propuso la quita de 75 por ciento de su deuda de 94.300 millones de dólares con acreedores privados, al presentar este lunes la mayor y más compleja oferta de reestructura de adeudos que haya hecho un país hasta ahora.

El ministro de Economía, Roberto Lavagna, utilizó su presencia en la asamblea anual conjunta del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial, en Dubai, Emiratos Arabes Unidos, para plantear la operación, que no incluye los intereses acumulados desde diciembre de 2001, cuando se declaró el cese de pagos de esta deuda.

El anuncio de Lavagna fue acompañado desde Buenos Aires por el presidente Néstor Kirchner, quien de modo simultáneo explicó en detalles la propuesta ante legisladores.

En ese marco, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, remarcó que el objetivo del plan de reestructura de la deuda a privados es ”encontrar un equilibrio realista entre lo que el país produce, lo que debe y lo que se puede pagar”.

La propuesta ”es realista”, ya que los bonos cotizan hoy a 30 por ciento del valor nominal, coincidió en entrevista a IPS, Alejandro Vanoli, profesor de Economía Internacional de la estatal Universidad de Buenos Aires.

Además, se correría el riesgo de incumplir en los pagos en pocos años más si el gobierno cede en bajar ese porcentaje de quita, añadió.

Lavagna admitió que la iniciativa puede no cubrir las expectativas de los acreedores, pero justificó sus límites en los datos de la realidad, que está, dijo, ”por encima de nuestra voluntad”.

En tanto, su secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, comentó que se trata de ”la reestructuración más compleja de la historia”, con 152 tipos de bonos en 14 monedas diferentes y emitidos bajo ocho legislaciones diferentes.

El gobierno argentino propone que los acreedores opten por canjear su deuda por tres grandes grupos de bonos del Tesoro.

Un canje prevé una quita de valor nominal de la deuda de 75 por ciento y menor reducción de intereses, otro sin recorte de su monto actual pero a mayor plazo de pago y pérdida de intereses, y la tercera alternativa está atada al crecimiento económico del producto interno bruto argentino.

Los nuevos bonos que figuran en ocho monedas se podrán consolidar en cuatro, que son dólares, euros, yenes y pesos argentinos, y, según indicó Lavagna, ”no es intención del gobierno modificar” el porcentaje de quita de la propuesta, un nivel al que consideró ”un punto focal inmodificable”.

Proyecciones oficiales indican que la actual deuda total de casi 145.000 millones de dólares puede pasar los 170.000 millones a fines de año, cuando se complete la emisión de bonos para compensar a los afectados por el colapso económico de diciembre de 2001 que llevó a la renuncia del gobierno de Fernando de la Rúa a la mitad de sus cuatro años de mandato.

”Si destináramos el producto de todo un año al pago de la deuda, aun así seguiríamos debiendo un tercio del total”, apuntó Fernández, para así dejar bien claro que el país debe 150 por ciento del producto interno bruto.

Así, además de los adeudos a privados y unos 15.000 millones de intereses de pago atrasado, se agrega la deuda con los organismos multilaterales de unos 32.000 millones de dólares, que fuera renegociada este mismo mes para postergar los vencimientos que originalmente caían dentro de los próximos tres años.

El resto es deuda con acreedores privados individuales e institucionales.

La deuda declarada en cese de pago por el efímero gobierno de Adolfo Rodríguez Saá, a fines de diciembre de 2001, incluye los títulos en dólares que estaban en manos de las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones de Argentina, que el gobierno intentó transformar en deudas en pesos y las empresas se negaron.

Por eso es que Lavagna confirmó que ”la carga principal” de la quita de 75 por ciento de capital planteada recaerá sobre 35 por ciento de bonos en manos de ahorristas argentinos.

Pero es que ”Argentina no tiene mucho margen para pagar y de hecho tiene previsto destinar 15 por ciento de su gasto público del año próximo a pagar intereses de su deuda externa”, advirtió Vanoli, quien pertenece al llamado Grupo Fénix, que reúne economistas críticos de las propuestas neoliberales.

El académico sostuvo que la propuesta de un bono ajustado al crecimiento del producto es una novedad realista.

”En los años 90, cuando peor estaba el país, más altas eran las tasas de interés y mayor la deuda, en cambio ahora se prevé que sólo si hay crecimiento y aumenta la capacidad de pago se pagará más”, explicó.

Un estudio encargado por el Grupo Fénix estableció que el monto en concepto de interés que Argentina pagó en la década del 90, con tasas superiores a las de países estables, es de 43.000 millones de dólares.

Ante ello, Vanoli señaló que los tenedores de esos bonos del Tesoro ”ganaron antes -del cese de pagos- lo que pueden perder ahora”.

Muchos de los inversores miraron hacia países en crisis, donde los títulos ofrecían 10 puntos más de interés que en los mercados más estables e industrializados, precisó. ”La contrapartida de esas ganancias es siempre el riesgo de la caída, y la caída ocurrió”, subrayó el economista.

En ese sentido, Vanoli consideró que hay una ”co- responsabilidad” de los acreedores y de sus asesores, un hecho que fue señalado también por Lavagna en su discurso de este lunes en Dubai, y que es reconocido por los propios tenedores de títulos y por sus representantes legales.

En diálogo con una radioemisora local, el abogado italiano Mauro Sandri, representante de acreedores de su país por unos 25 millones de dólares, opinó que la propuesta de Lavagna ”no puede ser considerada positiva”, pero advirtió que de ninguna manera la responsabilidad del problema está en este país.

”Argentina llegó al 'default' (cese de pago) luego de ser asistido por el FMI por más de 10 años, y los bancos internacionales utilizaron una estrategia de colocación de bonos entre sus clientes para llevar adelante un gran negocio especulativo”, puntualizó.

”Nosotros rechazamos que se quiera responsabilizar sólo a Argentina”, añadió Sandri.

En cualquier caso, los economistas consideran que no hubo en la historia económica contemporánea una reestructuración de deuda tan vasta y compleja como la que encara Argentina en esta instancia.

Rusia y Ecuador también debieron apelar a la reestructuración de sus deudas, luego de afrontar problemas financieros, pero los montos en juego fueron menores y más sencillas las condiciones de reprogramación.

El economista Abel Viglione, de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas, recordó que la deuda rusa reprogramada fue de 31.600 millones de dólares, para tres bonos distintos y bajo una única legislación.

En ese caso se fijó una quita de entre 30 y 37 por ciento del capital, con menos de un año de suspensión de pagos.

En tanto Ecuador renegoció bonos por 6.600 millones de dólares y apuntó a cinco tipos de títulos bajo dos legislaciones diferentes y con una quita de entre 22 y 49 por ciento del valor nominal de esa deuda.

Expertos entienden que la propuesta argentina puede o no servir para detener los juicios iniciados por los acreedores en tribunales de Alemania, Estados Unidos, Italia, Francia y Japón, con demandas por 740 millones de dólares, pero es al menos el comienzo de un diálogo que estuvo interrumpido demasiado tiempo.

Una vez conocido el detalle de la oferta, los acreedores – mediante sus asociaciones- podrían presentar una contraoferta con un menú de opciones, tal como hizo el gobierno de Kirchner, y una ves dilucidado el asunto será el momento para que Argentina comience a pagar. (

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