La determinación de varios países de la Unión Europea (UE) de crear una fuerza militar que funcione con autonomía de la OTAN causa escozor en Estados Unidos, el principal aliado de defensa del bloque.
La propuesta ha sido recibida con algunas reservas, y muchos en el gobierno de George W. Bush la ven como un intento de Francia de socavar la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), en la cual Estados Unidos tiene hoy un liderazgo inocultable.
Los críticos de la propuesta advierten que la constitución de un ejército continental con tal autonomía desalentaría a Estados Unidos de involucrarse en operaciones europeas de mantenimiento de la paz y pondría en peligro el especial vínculo de Bush con Gran Bretaña, que apoya la iniciativa.
El embajador de Estados Unidos en la OTAN, Nicholas Burns, recomendó a Europa modernizar sus fuerzas armadas para combatir el terrorismo antes que construir instalaciones militares a un costo de miles de millones de dólares.
”Las reglas del juego son que la OTAN y la UE son socios y que la UE no desarrollará insitituciones duplicadoras” de funciones ya cubiertas por la alianza de defensa, dijo Burns el lunes.
Washington y algunos de los 15 países de la UE muestran inquietud ante el plan formulado por Alemania, Bélgica, Francia y Luxemburgo de instalar un centro de planificación militar en las afueras de Bruselas para dirigir operaciones militares independientes de la OTAN.
En la cumbre a la que asistieron el primer ministro de Gran Bretaña, Tony Blair, el presidente de Francia, Jacques Chirac, y el canciller (jefe de gobierno) de Alemania, Gerhard Schroeder, los ”tres grandes” acordaron el sábado en Berlín algunos planes consistentes con esa iniciativa.
Ya existe una Fuerza Europea de Reacción Rápida, pero la nueva propuesta incluye asignar a un ejército europeo los medios para planificar e implementar misiones con independencia de la OTAN.
Schroeder dijo en Berlín que Alemania, Francia y Gran Bretaña estaban de acuerdo en que la UE necesita su propia estructura de planificación militar, y que procurarían crearla tanto con la participación de todo el bloque como con la de un grupo de países interesados.
”La UE debería dotarse de un mecanismo conjunto para planificar y conducir operaciones sin apelar a los recursos de la OTAN”, indica un documento reservado aprobado por Blair, Chirac y Schroeder en Berlín el sábado.
”Nuestra meta sigue siendo alcanzar esa capacidad de planificación e implementación tanto en consenso con los 25 (países miembros que tendrá el bloque en el futuro próximo) como con un círculo de socios interesados”, agrega el texto.
El nuevo organismo operativo contará con un personal de entre 40 y 50 personas y su creación será una piedra de toque en la historia de la defensa europea.
Estados Unidos muestra particular aprensión ante la insistencia francesa en que la UE cuente con un aparato de planificación militar independiente.
”Nosotros tres acordamos que es importante poner esta iniciatia en funcionamiento, con el fin de que Europa fortalezca su capacidad operativa y también nuestra alianza con Estados Unidos”, dijo Schroeder el sábado.
La UE tiene hoy su propio personal militar en Bruselas, pero no puede implementar operaciones inmediatas. La Fuerza Europea de Reacción Rápida estacionada en Macedonia actualmente responde al mando de la OTAN.
La nueva y fortalecida fuerza militar tendría tres funciones principales: dar asistencia a los civiles europeos amenazados por una crisis fuera de la UE, participar en fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU e intervenir para separar facciones enfrentadas.
Las relaciones entre la UE y Estados Unidos resultaron dañadas cuando la OTAN creó en septiembre su propia fuerza de respuesta rápida con el fin de ”modernizar y revitalizar” la alianza militar. Francia y Bélgica objetaron con fuerza la medida, pues socavaría los intentos europeos en el mismo sentido.
De todos modos, Alemania, Bélgica, Francia y Luxemburgo lanzaron oficialmente en abril sus planes para crear la fuerza independiente en las afueras de Bruselas.
Entonces, la iniciativa fue percibida desde Londres y Washington como un intento deliberado de ganar autonomía de Estados Unidos, entonces en medio de la invasión a Iraq.
Ahora, Blair cambió de idea y afirma que la nueva fuerza no competirá con la OTAN. Pero con su firma en el plan se arriesga a enemistarse con su principal aliado.