La última conferencia preparatoria de la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información (CMSI) mostró hasta su fin, este viernes, sintonía deficiente entre los participantes, debido a las frecuencias disímiles con que se comunican algunos gobiernos entre sí y con la sociedad civil.
Pero las diferencias, evidenciadas durante las dos semanas de la conferencia realizada en Ginebra, no amenazan la realización de la CMSI, aseguró Gary Fowlie, portavoz de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), que auspicia la Cumbre en representación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
La primera etapa de la CMSI se llevará a cabo en Ginebra del 10 al 12 de diciembre, y la segunda en Túnez, en noviembre de 2005. En su preparación participan representantes de gobiernos, de empresas y de organizaciones de la sociedad civil.
De todos modos, las discrepancias surgidas durante la preparación han debilitado el proceso, y es muy probable que la primera etapa se cierre con pobres resultados, vaticinó un diplomático latinoamericano que pidió reserva de su identidad.
Los grupos de la sociedad civil expresaron su frustración porque los borradores de los documentos de la Cumbre ignoran sus aspiraciones, aunque siguen alentando optimismo en relación con el resultado final, dijo la sudafricana Natasha Primo, de la Asociación para el Progreso de las Comunicaciones.
Beatriz Busaniche, del centro de teletrabajo y teleformación de la Universidad de Buenos Aires, advirtió que esos grupos negarán legitimidad a los documentos finales de la cumbre, si los gobiernos insisten en excluirlos.
A su vez, las autoridades de la conferencia preparatoria reconocen que el proceso afronta un sinnúmero de desafíos, según la definición del secretario general de la UIT, Yoshio Utsumi.
Pero el presidente de la conferencia preparatoria, Adama Samassékou, ex ministro de Educación de Malí, evaluó que se han conseguido progresos reales.
Por ejemplo, se logró consenso para casi un tercio del proyecto de Plan de Acción que se someterá a la consideración de unos 50 jefes de Estado que prometieron examinar su asistencia a la cumbre, destacó el jefe de la unidad de estrategias y políticas de la UIT, Tim Kelly.
En cambio, persisten controversias sobre todo el contenido del borrador de la Declaración de Principios, el otro documento que debe aprobar la CMSI.
Muchas de las diferencias giran en torno a los mismos temas que suelen dividir a la comunidad internacional en otras conferencias. Por ejemplo, los gobiernos discrepan entre sí a la hora de determinar como se financiará el plan de acción.
También divergen acerca de la inclusión en los textos del concepto más amplio de los derechos humanos, o del reclamo de equidad de género, y cuando se trata de reconocer el derecho al desarrollo, como reclaman los países del Sur y los grupos de la sociedad civil.
Pero la materia en debate, que son las tecnologías de la información y de las comunicaciones, tiene aspectos propios que causan desacuerdo entre las partes.
Un tema todavía en discusión es el papel que tendrán los medios de comunicación en el proceso de elaboración de un modelo de la sociedad de la información, que es el objetivo de la Cumbre.
Algunos representantes de organizaciones de medios de comunicación sostuvieron que los borradores en discusión implican una amenaza a principios fundamentales sobre la independencia y pluralidad del sector, en un mensaje al secretario general de la ONU, Kofi Annan.
Los gobiernos no han sido capaces de comprometerse durante la reunión preparatoria a aceptar los principios de libertad de expresión, y tampoco a otorgar a los medios de comunicación un papel principal en la sociedad de la información, destacaron.
El mensaje a Annan lleva las firmas de Tracey Naughton, presidenta del grupo de medios, Jacques Briquemont, de la Unión de Emisoras Europea, y Ronald Koven, del Comité por la Libertad de Prensa Mundial.
En otro enfoque del problema, la delegación de Brasil propuso que los documentos finales contengan una referencia de apoyo al derecho a la comunicación. Pero Estados Unidos y países en desarrollo se opusieron.
Busaniche advirtió que la sociedad civil insistirá para que se incluyan temas como desarrollo y justicia para el Sur, medios comunitarios, educación, bienes públicos, software libre y acceso abierto a información científica y tecnológica.
El funcionario suizo Marc Furrer, que secunda a Samassékou en la conducción del proceso, estimó que se ha llegado a un momento en que es posible superar el 'impasse', pues ahora se pueden identificar los problemas y las soluciones.
Los responsables de la preparación de la cumbre examinaron también las preocupaciones de algunas organizaciones no gubernamentales en relación con la vigencia de los derechos humanos en Túnez, con miras a la segunda parte de la cumbre.
Samassékou deslindó responsabilidad y recordó que la elección de los países sede de la cumbre fue realizada por la Asamblea General de la ONU.
El político de Malí opinó que cada país tiene sus propias políticas nacionales, pero igualmente consideró legítimas las inquietudes manifestadas sobre la situación interna en un determinado país.
Por su parte, el embajador de Túnez, Habin Mansour, mencionó que algunas delegaciones manifiestan prejuicios en relación con su país, que ha adherido a la Declaración Internacional de los Derechos Humanos.