La fusión en Estados Unidos de la cadena de televisión Univisión y la de radios Hispanic Broadcasting pone a la comunidad hispanoparlante cerca de recibir una sola propuesta de información y entretenimiento, al tiempo que destaca su creciente importancia comercial y política.
La Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, por sus siglas en inglés) aprobó esa fusión la semana pasada, con tres votos a favor de integrantes del gobernante Partido Republicano, y dos en contra de integrantes del opositor Partido Demócrata, y dio así luz verde al mayor conglomerado de medios de comunicación hispanos del país, con 53 emisoras de televisión y 68 de radio.
Pero la decisión de la FCC, adoptada tras un año de estudio, no pondrá fin a la polémica sobre la unión, valorada en unos 3.400 millones de dólares, a la que muchos ven como un intento de monopolizar el mercado publicitario en español e incidir en una comunidad que podría ser clave en las próximas elecciones presidenciales.
Según el censo de 2002, la comunidad hispanoparlante o latina tiene por lo menos unos 38,8 millones de integrantes, o sea 13,5 de la población del país, y la cifra exacta es difícil de calcular por la importante cantidad de inmigrantes irregulares, procedentes sobre todo de México.
Lograr la aprobación de la fusión no fue fácil para los republicanos, entre otras cosas por la existencia de una ley que ponía límites a la concentración de la propiedad de medios de comunicación, con un máximo de emisoras de radio para el mismo propietario que fue superado en este caso.
Pero la vigencia de esa norma fue puesta en suspenso por una corte federal, y la FCC autorizó la unión de Univisión e Hispanic Broadcasting con la condición de que el nuevo gigante mediático venda las estaciones que exceden el límite en los seis meses posteriores a la fecha en que se levante la suspensión.
Ahora las estaciones de radio que pertenecían a Hispanic Broadcasting se identifican como Univisión Radio, pero el presidente de Univisión Televisión Group, Thomas M. Arnost, aseguró que no habrá cambios de importancia en su programación.
Los críticos alegan que el conglomerado resultante de la fusión ejercerá un indeseable dominio de un segmento del mercado, pero la mayoría de la FCC arguyó que será un actor relativamente pequeño en el mercado total.
La fusión dará a los medios hispanos una mejor oportunidad de competir contra las grandes compañías de medios, al capturar más ingresos por publicidad para permitirle expandir sus ofertas idiomáticas y culturales únicas a sus audiencias, según el documento aprobatorio.
Con la fusión, Univisión acaparará las dos terceras partes de los 2.400 millones de dólares que los anunciantes gastan anualmente en medios de comunicación en español de Estados Unidos, según la firma Hispanic Business.
El documento de la FCC fue firmado por el presidente de ese organismo, el republicano Michael Powell, hijo del secretario de Estado (ministro de Relaciones Exteriores) Colin Powell, y también por Kathleen Abernathy y Kevin Martin.
En cambio, Michael Copps y Jonathan Adelstein, integrantes de la minoría demócrata de la comisión, sostuvieron que la aprobación es una acción preocupante más en una serie de decisiones de desregulación del mercado mediático adoptadas por la FCC bajo el gobierno del presidente George W. Bush.
Para los demócratas, esa desregulación puede ser perjudicial para el interés público, al permitir megafusiones de medios que dominen la cobertura de noticias y opiniones, y reducir así la gama de puntos de vista que llega a la opinión pública.
Eso afectaría a un sector muy relevante del público. Según un estudio de la empresa Nielsen Media, uno de cada siete televidentes integra la comunidad hispanoparlante.
Actualmente, Univisión llega a 97 por ciento de los hispanoparlantes que viven en Estados Unidos, e Hispanic Broadcasting a 60 por ciento de esas personas.
La Asociación Nacional de la Prensa Hispana (NAPH, por sus siglas en inglés), agrupación de más de 200 publicaciones en español, cuyas ediciones suman más de 14 millones de ejemplares decidió por mayoría hacer pública su oposición a esa fusión.
Para que la industria de la prensa hispana continúe prosperando, tenemos que asegurarnos de que habrá igualdad de reglas en un campo donde toda la industria periodística hispana pueda competir honestamente, sostuvo en una carta a la FCC Ivonne Cunarro, dirigente de la NAPH.
La fusión de Univisión con Hispanic Broadcasting amenaza con liquidar la diversidad de voces y la competencia limpia que existen hoy, afirmó.
Esa unión significará que casi todos los latinos vean y oigan sus noticias y entretenimientos de una sola fuente: Univisión. Y, quizá no por coincidencia, esa única fuente sería propiedad de no hispanos, destacó el legislador demócrata Robert Menéndez, ante la comisión de Comercio, Ciencia y Transporte del Senado.
Menéndez aludía al origen étnico de los máximos ejecutivos de las empresas fusionadas, Jerrold Perrenchio, de Univisión, y McHenry Tichenor, de Hispanic Broadcasting.
Además, Perrenchio y Tichenor integran familias de fuertes contribuyentes con el Partido Republicano, y eso es parte del trasfondo del debate entre los integrantes de la FCC.
Pero el gobernador demócrata del meridional estado de Nuevo México, Bill Richardson, que integró el gabinete del ex presidente demócrata Bill Clinton (1993-2001), adujo que la fusión es una combinación que resultará en una empresa administrada por hispanos, que atraerá a nuevos anunciantes y servirá mejor a los millones de hispanos que viven en este país.
En la medida en que más medios se cobijen bajo un mismo paraguas económico, el público tiene menos diversidad informativa, señaló el profesor de periodismo Mario Diament, de la Universidad Internacional de La Florida.
Incluso la diversidad dentro del mercado latino podría sufrir, ya que Univisión apunta al segmento mayor, de origen mexicano, de unos 20 millones de personas, y podríamos estar a las puertas de una mayor mexicanización de las noticias y la programación, opinó. (