COMERCIO: Un salvavidas después de Cancún

El primer intento por reflotar las negociaciones comerciales naufragadas en la playa mexicana de Cancún contempla, para la semana venidera, una reunión informal del Consejo General de la OMC, según fuentes diplomáticas.

El negociador uruguayo Carlos Pérez del Castillo, que preside este año el máximo organismo de la OMC (Organización Mundial del Comercio), propondrá que el debate se limite a sólo cuatro puntos.

Los asuntos a que refiere Pérez del Castillo son agricultura, aranceles industriales, subsidios al algodón y los llamados temas de Singapur, que engloba inversiones, competencia, compras gubernamentales y facilitación del comercio.

El peso de esas cuatro cuestiones estratégicas fue uno de los elementos que hizo zozobrar las negociaciones de la V Conferencia Ministerial de la OMC, realizada del 10 al 14 de este mes en el sudoriental balneario mexicano de Cancún.

Las fuentes dijeron que el representante de Uruguay ya inició una serie de contactos exploratorios con delegados de algunos de los 146 países miembros de la OMC.
[related_articles]
El presidente del Consejo General cree que todavía es posible poner a salvo las negociaciones de la denominada Ronda de Doha, lanzadas en la anterior conferencia ministerial que sesionó en 2001 en esa capital de Qatar.

El proceso de Doha abarca negociaciones en unas 15 cuestiones, entre ellas las más candentes que son las de agricultura, aranceles industriales y los temas de Singapur.

El comercio de algodón entró en el proceso de negociaciones por decisión del Consejo General, adoptada antes de la conferencia de Cancún a solicitud de Benín, Burkina Faso, Chad y Malí. Las exportaciones de esos cuatro países africanos dependen en más de 80 por ciento de ese insumo textil.

La solicitud de los delegados africanos comprendía la eliminación de los subsidios a la producción de algodón que otorgan las naciones industrializadas y una compensación financiera por las pérdidas ocasionadas.

Estados Unidos otorga subsidios anuales por unos 3.000 millones de dólares a unos 25.000 cultivadores algodoneros, mientras que la Unión Europea destina 1.000 millones en el mismo periodo para sostener la producción local, según informes de organizaciones no gubernamentales.

Las fuentes negociadoras consultadas criticaron el papel desempeñado por el director general de la OMC, Supachai Panitchpakdi, a quien le correspondió en Cancún la tarea de facilitador de las negociaciones sobre el algodón.

Supachai hizo incorporar al documento de negociación un texto que contenía la propuesta de Estados Unidos, dijo la fuente.

La delegación estadounidense proponía, entre otros recursos para superar el desequilibrio creado por los subsidios, que los cuatro países perjudicados diversificaran su producción agrícola.

La idea de Washington fue recibida por muchas delegaciones africanas ”como un insulto”, agregó el negociador consultado.

El algodón y los tres temas restantes pueden ser objeto de una conversación de Pérez del Castillo con el representante de Comercio de Estados Unidos, Robert Zoellick.

El presidente del Consejo General de la OMC recibió una invitación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para visitar su sede en Washington en los próximos días.

Las gestiones de Pérez del Castillo se realizarán en el clima de marcado escepticismo que ganó a la OMC apenas finalizada la conferencia de Cancún sin ningún resultado.

Por su parte, el negociador argentino, Alfredo Chiaradia, estimó que el obstáculo principal para la reanudación de las negociaciones se encuentra en los países industrializados, que ya han dado por perdido el plazo del 1 de enero de 2005 fijado para la conclusión del proceso de Doha.

Esa circunstancia impide a ”los países medianos” ponerse en marcha para salvar la meta de enero del 2005, apuntó el diplomático.

La mención de los países medianos alude al Grupos de los 22 (G- 22) países en desarrollo, que irrumpió en el escenario del comercio multilateral días antes de Cancún y modificó el equilibrio en la OMC, hasta entonces determinado prácticamente por la influencia de las naciones industrializadas.

Los miembros del G-22 son todos países en desarrollo, entre los que figuran Argentina, Brasil, China, India, Malasia, Pakistán y Sudáfrica.

Chiaradia advirtió que, si los plazos de la negociación se posponen, los países en desarrollo deben impedir que al mismo tiempo se debilite el mandato de Doha, que propuso metas ambiciosas para la liberalización del comercio de productos agrícolas.

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe