La dictadura de Birmania negó que la líder opositora Aung San Suu Kyi esté en huelga de hambre, como aseguró el gobierno de Estados Unidos. Pero, sea cierta o falsa, la mera versión anuló los esfuerzos del régimen militar por lavar su imagen.
La noticia fue divulgada por el Departamento de Estado (cancillería) estadounidense en momentos en que el régimen birmano procura contrarrestar la presión mundial por la detención de Suu Kyi, registrada el 30 de mayo, y por su negativa a dialogar con la oposición.
Estados Unidos supo que la líder prodemócrata birmana Aung San Suu Kyi está en huelga de hambre para protestar contra su detención, dijo el domingo el segundo portavoz del Departamento de Estado (cancillería) de Estados Unidos, Philip Reeker.
Es muy probable que esté en huelga de hambre. Es el único medio de protesta a su disposición, y es consistente con su compromiso con la resistencia no violenta, dijo a IPS la activista Debbie Stothard, de la Red Alternativa ASEAN sobre Birmania.
El hecho de que Estados Unidos hubiera dado cuenta de la noticia significa que Suu Kyi debe haber estado en huelga de hambre por algunos días, dijo Stothard, cuya organización tiene vínculos con la oposición birmana dentro del país y en el exilio.
Creemos que es embarazoso para el Departamento de Estado de Estados Unidos hacer semejante afirmación sin verificarla, sostuvo este lunes en una declaración el Consejo Estatal para la Paz y el Desarrollo (CEPD), nombre que se dio la junta militar que gobierna este país.
El 9 de septiembre se cumplirán 100 días desde que Suu Kyi fue detenida e incomunicada el 30 de mayo, luego de que personas vinculadas con el régimen la atacaran a la premio Nobel de la Paz y a dirigentes de su partido, la Liga Nacional para la Democracia (LND).
La junta asegura que Suu Kyi está en custodia protectiva a causa de los ataques. Pocos en la comunidad internacional creen esa afirmación. Estados Unidos y la Unión Europea impusieron sanciones, y los vecinos de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático cuestionaron la medida.
Desde entonces, la líder tuvo apenas dos contactos con el mundo exterior, dijo Stothard. La primera vez fue en junio, cuando el enviado especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para Birmania, Razali Ismail, la visitó. Luego, en julio, Suu Kyi se entrevistó con representantes de la Cruz Roja.
Esta sería la cuarta vez que Suu Kyi ha recurrido a una huelga de hambre. Las anteriores fueron en 1989, cuando la junta arrestó a estudiantes que la habían visitado en su casa, en 1991 y en 1998.
Esta última protesta sería un comentario poderoso, si bien silencioso, sobre los últimos cambios políticos impuestos por la junta militar.
Los primeros indicios de la reforma política se registraron en agosto, cuando el entonces presidente de la junta y primer ministro, general Than Shwe, dejó esos cargos para asumir la recién creada presidencia del país, si bien mantuvo la jefatura del ejército.
El jefe de la inteligencia del ejército, general Khin Nyunt, considerado un moderado, asumió como jefe de gobierno. El sábado, el nuevo primer ministro informó que había iniciado un proceso de elaboración de una nueva constitución.
Pero los informes sobre la huelga de hambre de Suu Kyi dejaron sin efecto todos los intentos de la junta por ganar simpatía.
Los anuncios del general Khin Nyunt son esfuerzos para ganar tiempo, dijo a IPS el portavoz de la Coalición Nacional de Gobierno de la Unión de Birmania (gobierno en el exilio en Bangkok), Zin Lin. No creemos que la junta sea seria cuando habla de un cambio político.
En las elecciones generales de 1990, la LND se atribuyó 392 de los 485 escaños parlamentarios, y el dictatorial Partido por la Unidad Nacional, apenas 10. Pero la junta nunca reconoció el resultado de los comicios.
Si Khim Nyunt habla seriamente de realizar reformas, debería liberar de inmediato a todos los presos políticos y permitir el funcionamiento de los partidos. Eso sería creíble, dijo el presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado tailandés, Kraisak Choonhavan.
La huelga de hambre de Suu Kyi advierte al mundo de que no debe dejarse engañar por la junta militar, dijo a IPS el activista Sunai Phasuk, de la organización de derechos humanos Forum Asia. Esto es un ruego de ayuda.