Eliminar todos los subsidios que Estados Unidos otorga a sus productores agrícolas, de 20.000 millones de dólares al año, también puede perjudicar al Sur en desarrollo, aseguran expertos.
El estudio ”Repensando la política agrícola de Estados Unidos: cambiando el curso para garantizar el sustento de los productores en el mundo” detalla el modo en que Washington, en pro de la liberalización comercial, dejó de lado la estabilidad del mercado mundial, lo que trajo como consecuencia una caída de los precios.
”Hemos obtenido evidencia concluyente a través de nuestro análisis de que las políticas internacionales de comercio han creado una espiral descendiente de los precios agrícolas”, dijo el director del Centro de Análisis de Políticas Agrícolas, de la estadounidense Universidad de Tenessee, Daryll Ray, coautor del trabajo.
”Pero solamente suprimir estas políticas destruiría la agricultura de Estados Unidos y perpetuaría, en vez de aliviar, los problemas de los productores en los países en desarrollo”, añadió Ray.
El informe, patrocinado por la organización no gubernamental Oxfam y apoyado por varias organizaciones de medianos agricultores, critica a Estados Unidos por volcar una excesiva producción al mercado internacional, arrastrando así a la baja los precios y perjudicando al Sur en desarrollo.
El principal programa de subsidios de Washington, ”Libertad para la Agricultura”, fue lanzado en 1996. Desde entonces, los precios internacionales de los cuatro productos clave de Estados Unidos (el maíz, el trigo, la soja y el algodón) se desplomaron más de 40 por ciento.
”El resultado de esto es claro: todos los productores del mundo pierden”, concluye la investigación presentada el 3 de este mes.
La política agrícola de Estados Unidos no es buena para ningún productor del mundo, señaló el analista de la organización Productores de Maíz de Estados Unidos, John Dittrich.
Los patrocinadores del informe tienen previsto viajar a la sudoriental ciudad mexicana de Cancún para presentar los resultados de la investigación en la conferencia ministerial de la Organización Mundial del Comercio, que se realizará entre los días 10 y 14.
Aun en el caso hipotético de que los subsidios mundiales anuales de 300.000 millones de dólares fueran eliminados, la espiral descendiente de los precios continuaría, debido a la gran oferta de productos estadounidenses en el mercado internacional, señaló John Hansen, de la Unión Nacional de Agricultores.
”Las políticas orientadas hacia los productores y la cooperación internacional son la verdadera solución”, señaló Hansen, al participar de la presentación del informe.
El economista Daniel De la Torre, de la Universidad de Tenessee, señaló que eliminar los subsidios agrícolas no ayudará a los productores del Sur, porque eso no impulsaría al alza los precios.
”El verdadero problema es que Estados Unidos está produciendo demasiado para la exportación”, dijo a IPS.
”Sin los subsidios, los agricultores de Estados Unidos dejarían de producir algodón y arroz, y producirían maíz, soja y trigo. Es decir, la mezcla de productos cambiaría, pero seguirían produciendo la misma cantidad”, añadió.
La investigación concluyó que los precios del algodón y del arroz aumentarían cinco por ciento si se eliminaran los subsidios, pero los del maíz, la soja y el trigo caerían.
Un estudio similar elaborado por el estadounidense Instituto para la Investigación de Políticas Alimentarias Internacionales concluyó que si todos los subsidios agrícolas del mundo fueran eliminados, el precio del maíz aumentaría sólo tres por ciento y el del arroz apenas 1,5 por ciento para 2020.
Los precios de los lácteos y de las carnes aumentarían entre cinco y 20 por ciento.
”La agricultura no coincide con el modelo del libre comercio y del libre mercado. No hay posibilidad de que funcione de la forma en que se predica el libre mercado ahora”, dijo De la Torre.
Los expertos de la Universidad de Tennessee proponen reordenar la agricultura estadounidense, dejando como reserva parte de las tierras y reduciendo la exportación, lo que ayudaría a los productores del Sur en desarrollo.
Otra forma de impulsar los precios y mejorar la seguridad alimentaria mundial sería que los productores crearan una gran reserva de alimentos. Esto reduciría las exportaciones de Estados Unidos y por tanto mejoraría los precios, a la vez de ser una útil herramienta para afrontar desastres naturales.
Una tercera estrategia sería que Washington comprara la producción excedente para mantener un banda de precios para cada producto. Si los precios aumentaran demasiado, el gobierno vendería esas reservas.
”Las personas han abrazado el dogma del libre mercado, en el que el gobierno no debe intervenir. Pero olvidaron que la agricultura es algo muy diferente. Esperamos que este informe ayude a ver la realidad”, señaló De la Torre.