MEDIO ORIENTE: Música palestino-israelí contra la violencia

La hermandad musical de jóvenes israelíes y palestinos que se manifiesta en el proyecto de la orquesta West Eastern Divan prueba que la paz es posible en Medio Oriente, señalaron sus directores, Daniel Barenboim y Edward Said.

Ambos dirigieron esta semana los ensayos y tres conciertos en España del West Eastern Divan, que se presentará durante lo que queda de agosto en otros países europeos, y luego en Marruecos.

Representantes diplomáticos en España de Israel y de Palestina coincidieron en que la paz es posible, aunque difícil de concretar, y alabaron la existencia del proyecto, pero disintieron sobre las causas de la violencia, los caminos para superarla y las respectivas responsabilidades de sus Estados en la actual situación.

El palestino Said, musulmán de 68 años y radicado en Nueva York desde 1963, es catedrático de literatura comparada en la estadounidense Universidad de Columbia, músico y autor de libros sobre música, política y literatura.

También fue miembro en el periodo 1977-1191 del Consejo Nacional de Palestina, formado por la Organización para la Liberación de Palestina como una especie de parlamento palestino en el exilio.

Barenboim, judío hispano-argentino, de 61 años y con residencia en España e Israel, es director musical de la Orquesta Sinfónica de Chicago y de la Opera de Berlín.

Ambos se conocieron hace 10 años, y la música forjó una sólida amistad entre ellos que los llevó a crear, en 1999, el West Eastern Divan, cuya actual sede se encuentra en la andaluza ciudad de Sevilla, al sudoeste de España.

El nombre del proyecto es la traducción al inglés de ”Diván entre Oriente y Occidente”, libro de poesía del alemán Johann Wolfgang Goethe.

El proyecto cuenta con el patrocinio de la Fundación Tres Culturas del Mediterráneo, promovida por el reino de Marruecos y la presidencia de la Junta de Andalucía, una de las 17 comunidades que integran España y presidida por el socialista Manuel Cháves.

Y es precisamente en Andalucía, conocida como la tierra de las tres culturas porque en ella convivieron durante ocho siglos comunidades judías, musulmanas y católicas, donde se inició esta semana la serie de conciertos, que continuó en el Teatro Romano de Mérida, al sudeste de España.

Este mes también habrá actuaciones en Londres, en la sudoriental ciudad francesa de Menton, en Kiev y en Berlín.

Posteriormente y en fecha aún sin fijar, la orquesta ejecutará en Rabat su primer concierto en un país árabe.

En el proyecto West Eastern Divan participan 81 personas con edades de 12 a 30 años, de varios países de Medio Oriente, en su mayoría israelíes y palestinos.

Además de ensayar y actuar, los participantes ”hablamos de identidad, tradiciones, música y literatura, y de la hostilidad entre Norteamérica y el resto del mundo”, dijo el 18 de este mes Said, al llegar a Sevilla.

Barenboim intentó en 2002 dar un concierto en Palestina, pero las autoridades israelíes le impidieron el paso y algo parecido ocurrió en otros países árabes, cuyos gobiernos negaron la entrada a los jóvenes músicos israelíes.

Por eso afirmó, al iniciar los ensayos para esta gira, ”habremos cumplido nuestro objetivo cuando la orquesta pueda tocar en cada uno de los países de los músicos que la forman”.

Meirav, una integrante del grupo, de 25 años, comentó que en su país, Israel, no se permite el ingreso a muchos árabes, y que, a la inversa, cuando israelíes quieren ”ir al Líbano o a Siria, eso es imposible porque tampoco nos dejan entrar allí”.

A esa situación contrapuso lo que descubrió en el West Eastern Divan, al comprobar que los pueblos de la región tienen mucho en común, ”desde comidas, hasta semejanzas en el idioma y ritmos parecidos en la música”.

Diplomáticos de Palestina e Israel expresaron a IPS su satisfacción por la existencia del West Eastern Divan, pero sostuvieron que la paz Medio Oriente depende de soluciones que no avizoran a corto plazo.

Mahmoud Alwani, consejero de la embajada palestina en España, afirmó que para lograr la paz será necesario vencer muchos intereses económicos y estratégicos de la región y de fuera de ella.

El principal problema es ”la pugna por controlar el petróleo árabe y la región en general, para lo cual Palestina es una llave”, alegó.

Alwani afirmó que ”la dirección de Israel, donde el poder está en manos de los generales”, nunca tuvo interés en una paz justa, por lo que será difícil avanzar hacia ella si en ese país no se respetan las normas democráticas, humanitarias y, puntualizó, ”el derecho internacional”.

El portavoz de la embajada israelí en España, Jackie Eldam, destacó a su vez que de 1993 a 2000 se avanzó mucho para lograr la paz, y que hubo colaboración, participación y proyectos en la sociedad civil, en economía, educación y ambiente.

En 2000, Israel ofreció la creación de un Estado palestino, pero el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yasser Arafat, no lo aceptó ”y puso fuego de por medio”, arguyó.

Para Eldam, ”el gran problema se llama Arafat, un ladrón, terrorista y corrupto”.

Por esa razón, el diplomático israelí consideró que mientras Arafat siga al frente de la ANP será difícil lograr la paz. También enfatizó que Israel quiere eliminar la violencia en la zona mediante el combate contra ”un terrorismo al que Arafat apoya”.

”La única verdadera seguridad de Israel, e incluso su propia existencia, pasa por ser aceptado por sus vecinos”, adujo Barenboim en un artículo publicado el 17 de este mes por el madrileño diario El País.

Pero, ”paradójicamente, sólo un futuro Estado palestino viable y democrático puede ofrecer esas garantías”, apuntó.

”El único capital con que cuenta el pueblo judío es moral, y se está disipando, porque nos olvidamos de que hasta el 15 de mayo de 1948 (fecha de creación del Estado de Israel) muchos de los que hoy son israelíes eran palestinos, judíos, árabes y cristianos”, subrayó el músico.

Pero ”la música se reinventa todos los días y las ideas fructíferas también”, opinó.

Por eso, ”Israel debe hacer cuanto sea posible por hacer realidad una visión de Oriente Próximo donde el Estado palestino se consolide y progrese, en estrecha cooperación”, y esa cooperación debe producirse ”desde un primer momento con Israel, en una cuasi federación, siendo éste uno de los aspectos en que Israel debe reinventarse”, agregó Barenboim. (

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