FRANCIA: Nueva fricción con EEUU y Gran Bretaña, ahora por Libia

Francia emite señales veladas de que estudia ejercer su derecho a veto en la ONU para bloquear el levantamiento de las sanciones internacionales contra Libia, impuestas en 1980 por supuesto respaldo al terrorismo.

Gran Bretaña y Estados Unidos propusieron en la ONU (Organización de las Naciones Unidas) el fin de las sanciones, luego de que Libia aceptara compensar con 2.700 millones de dólares a los familiares de los 270 muertos por la explosión en 1988 de avión sobre la localidad escocesa de Lockerbie.

París comparó los 10 millones de dólares que recibirán los familiares de cada una de los fallecidos de Lockerbie con los entre 3.000 y 30.000 pagados por Trípoli a 313 parientes de las 170 víctimas de un ataque similar, cometido en 1989 contra un avión francés en cielos de Africa occidental.

Un incremento de las compensaciones acordadas en octubre por el atentado contra el avión francés constituye para París ”una condición indispensable para el levantamiento permanente de las sanciones contra Libia”, dijo el portavoz de la cancillería francesa Hervé Ladsous.

”Las reparaciones pagadas por Libia a los familiares de las víctimas del avión francés (…) deberán ser juzgadas a la luz de las reparaciones que recibirán los familiares de las víctimas de Lockerbie”, agregó Ladsous.

Las compensaciones pagadas por Trípoli a los familiares de los muertos en el atentado de 1989 sumaron 35 millones de dólares.

Françoise Rudetzki, presidente de un grupo que representa a familiares de 77 víctimas del atentado, atribuyó la diferencia de criterios a la nacionalidad de las víctimas: en el caso de Lockerbie, la mayoría eran británicos y estadounidenses, y en el vuelo de UTA, ciudadanos de países africanos pobres.

Francia tiene, en su carácter de miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, poder de veto sobre las decisiones de ese organismo. Libia admitió ante el foro mundial su responsabilidad en el atentado sobre Escocia.

Estados Unidos y Gran Bretaña se preparaban este lunes para proponer el levantamiento de las sanciones.

El vuelo 103 de Pan Am se dirigía de Londres a Nueva York el 21 de diciembre de 1988 cuando explotó sobre Lockerbie. Murieron las 259 personas a bordo y 11 en tierra.

También murieron todos los pasajeros y tripulantes del vuelo de la aerolínea francesa UTA que había partido el 19 de septiembre de 1989 de Brazzaville hacia París.

Las sanciones impuestas por la ONU a Libia se suspendieron en 1998, cuando el gobierno de Mohamar Gadafi entregó dos sospechosos de haber participado en el atentado a un tribunal especial escocesa instalada en Holanda.

El órgano judicial absolvió a uno de los acusados y condenó a cadena perpetua al otro, Abdel Basset Alí al-Megrahi, por instalar el explosivo en el avión.

El gobierno de Jacques Chirac está bajo presión de sus ciudadanos para que negocie un nuevo acuerdo con Libia.

El canciller de Francia, Dominique de Villepin, propuso la semana pasada a altos representantes de Estados Unidos y de Gran Bretaña la postergación de las discusiones sobre el levantamiento de las sanciones. A su vez, Londres, Washington y Trípoli acusaron a París de chantaje.

El canciller de Libia, Abdel Ramane Chalgham, afirmó: ”Francia está tratando de presionar a nuestro gobierno. Nos está chantajeando y nunca lo aceptaremos. Para Libia, este caso está cerrado.”

Por su parte, un funcionario estadounidense en París que solicitó reserva sobre su identidad dijo que ”chantaje es una palabra espantosa, pero eso es precisamente lo que los franceses están haciendo”.

Los esfuerzos del gobierno francés son ”un intento demasiado tardío de reparar los graves errores cometidos en sus negociaciones”, dijo Rudetzki a IPS.

La compensación pagada por ese ataque es ”hojarasca”, agregó. Hasta hace muy poco, el gobierno francés ”no había hecho nada para ayudar a las familias de las víctimas, a las que dejó solas en los procedimientos judiciales contra Libia”.

Sólo un veto francés en el Consejo de Seguridad daría a los familiares la posibilidad de reabrir negociaciones directas con Libia, según Rudetzki.

”Lo que reclamamos es, simplemente, el mismo tratamiento que (los familiares de) las víctimas de Lockerbie. Si el gobierno de Estados Unidos nos hubiera representado, no estaríamos en la actual situación, con dos raseros diferentes para crímenes muy similares”, aseguró.

Un veto francés implicaría para París un nuevo enfrentamiento con Londres y Washington. A comienzos de este año, el gobierno de Chirac había amenazado con vetar en el Consejo de Seguridad de la ONU una propuesta de Estados Unidos y Gran Bretaña que habría legitimado la invasión de Iraq.

Como consecuencia, las relaciones llegaron a su punto más bajo en años, y un nuevo enfrentamiento las dañaría aún mas. (

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