La demanda de reforma de la Constitución de España que impulsan nacionalistas catalanes, vascos y gallegos, para lograr más autonomía, tendrá desde este sábado un fuerte apoyo en el opositor Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
Cataluña, Andalucía y Valencia, tres de las 17 comunidades autónomas que integran el país, realizarán elecciones en octubre, y el programa para tales comicios que aprobará este sábado la Convención Territorial del PSOE incluye propuestas para aumentar su grado de autogobierno.
La Convención Territorial reúne a líderes de comunidades y provincias con el secretario general del partido, José Luis Rodríguez Zapatero.
En el borrador del programa, al que accedió IPS, se plantea la necesidad de profundizar el autogobierno de las autonomías catalana, andaluza y valenciana, y de reformar los estatutos que rigen su funcionamiento.
Esa postura está en consonancia con la línea política de Pascual Maragall, el candidato del PSOE para presidir la comunidad autónoma de Cataluña.
Con el paso que dará el PSOE, se abren dos posiciones claramente diferenciadas con vistas a las elecciones autonómicas de octubre en Cataluña, Andalucía y Valencia, y sobre todo para los comicios generales a celebrarse antes de marzo de 2004.
El gobernante Partido Popular (PP), de centroderecha, mantiene una acérrima defensa del centralismo, y la orientación opuesta, tradicionalmente impulsada por grupos nacionalistas regionales de distinto signo, será apoyada también por el PSOE.
En diciembre cumplirá 25 años de existencia la Constitución vigente, elaborada por consenso entre los parlamentarios elegidos democráticamente después de la muerte en 1975 del dictador Francisco Franco.
Esa Constitución estableció una monarquía parlamentaria en la cual el Rey carece de facultades ejecutivas. También definió que España está integrada por las 17 comunidades autónomas, cada una con sus propios poderes Legislativo y Ejecutivo, y que el gobierno central corresponde a un Consejo de Ministros elegido por el parlamento.
Hasta ahora, las demandas de mayor autogobierno e incluso de soberanía independentista han sido sostenidas por los partidos nacionalistas moderados vasco y catalán, que gobiernan en sus respectivas comunidades autónomas.
El minoritario movimiento político que depende del grupo terrorista ETA (Euskadi Ta Askatasuna, Patria Vasca y Libertad en vascuence) alega que las tres provincias españolas que componen el País Vasco, la comunidad autónoma de Navarra y tres departamentos franceses deberían formar un Estado independiente.
El gobierno español presidido por José María Aznar, presidente también del PP, se opone a cualquier reforma de la Constitución que implique disminución del poder central.
Este miércoles el jefe del gobierno arguyó que cuando se avalan propuestas disgregadoras, lo que se hace es contribuir a la inestabilidad y la confusión.
No hay país serio que cuestione permanentemente sus instituciones y sus reglas de juego… y España es un país profundamente serio, añadió.
Si se aprobaran las propuestas del PSOE, que los nacionalistas regionales consideran insuficientes pero probablemente apoyarán, los gobiernos autónomos gestionarían con exclusividad, en sus respectivos territorios, la administración pública, los puertos y aeropuertos, la inmigración y los transportes.
Además, la máxima instancia judicial para cada Comunidad Autónoma sería su propio Tribunal Superior de Justicia y no el de España, que ha regido desde que se aprobó la Constitución vigente.
Una de las propuestas de Maragall, apoyada por la dirección del PSOE a regañadientes, es constituir una euro-región integrada por las comunidades españolas de Cataluña, Baleares, Aragón y Valencia, al norte y al oeste del país, más las regiones meridionales francesas de Languedoc-Rosellón y Midi-Pyrénées.
Esa región abarcaría un área en la cual se habla catalán o idiomas similares, y tendría según Maragall la talla mínima que se debe poseer, en la Europa de hoy, para contar con las infraestructuras que nos deben conectar con el resto del mundo.
Manuel Huertas, secretario general del PSOE en Guipúzcoa, una de las tres provincias que integran el País Vasco, se sumó a esa posición y propuso que su comunidad, junto con Navarra y las regiones vascas francesas, constituyan otra euro-región, con características similares a la que defiende Maragall.
El borrador sobre el que trabaja el PSOE propugna también que el Senado se convierta en una cámara en la que estén representadas las Comunidades Autónomas como tales, y sostiene que las mismas deberán tener mayor participación en las decisiones de la Unión Europea (UE) que las afecten.
Ya existen euro-regiones, entre ellas la Comunidad de Trabajo del Norte de Portugal y Galicia, comunidad autónoma española esta última gobernada por el fundador y presidente honorario del PP, Manuel Fraga Iribarne.
También esta la euro-región Báltica, integrada por Dinamarca, Letonia, Lituania, Polonia, Rusia y Suecia, la del Noreste de Holanda-Noroeste de Alemania, la Insúbrica, del cantón suizo de Ticino y las provincias italianas de Cómo, Varese y Verbano-Cusio- Ossoia, y la del Meuse-Rhin, formada por partes de Holanda, Bélgica y Alemania.
Las críticas contra Rodríguez Zapatero y Maragall no llegaron sólo desde el PP, sino también, por ejemplo, del ex secretario general del PSOE vasco, Nicolás Redondo Terreros, líder de una corriente regional de oposición dentro de ese partido.
Sobre la propuesta de Maragall, Redondo Terreros comentó: ¿Qué vamos a hacer? Pues reírnos, cuando alguien lo propone con solemnidad, como diciendo una cosa importante ¿Qué vas a hacer? Pues reírte de la persona que dice eso.
Los estatutos que se pretende reformar han servido para gobernar durante 25 años, destacó.
A su oposición se sumó la de la diputada del PSOE Cristina Alberdi, quien fue ministra del gobierno encabezado por el también socialista Felipe González (1983-1996).