El ex comandante rebelde y luego opositor al régimen cubano Eloy Gutiérrez Menoyo reclamó a Estados Unidos una política hacia Cuba ”acertada” y ”más sensata”, que permita la ”buena vecindad” entre ambas naciones.
”Llevan más de 40 años de confrontación y no han resuelto nada. Esa postura no contribuye a la democratización de Cuba”, afirmó en diálogo con IPS Gutiérrez Menoyo, de 68 años, líder de un sector moderado del exilio cubano que demanda ”un espacio legal” en la isla para su labor opositora.
En su opinión, los sucesivos gobiernos de Estados Unidos no sólo se equivocaron, sino que permitieron que la política hacia Cuba la dictara un grupo elitista de cubanos exiliados en esa nación.
”Creo que es hora de que Estados Unidos le diga a ese sector que la política de este país la traza el Departamento de Estado (cancillería) y de acuerdo a los intereses de la nación”, señaló.
El opositor insistió en que una política de buena vecindad ”puede contribuir, a través de los buenos oficios, a desarrollar una oposición independiente” en la isla de régimen socialista.
Pasadas tres semanas de anunciar su decisión de residir definitivamente en Cuba y reclamar que se le permita hacer oposición de manera legal, Gutiérrez Menoyo no ha tenido respuesta oficial a su petición, aunque tampoco ha sido molestado por las autoridades.
”He venido para quedarme y saben que estoy dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias”, dijo el presidente de Cambio Cubano, una organización adversa al gobierno de Fidel Castro, aunque de corte moderado, que fundó en 1993 en Estados Unidos.
Gutiérrez Menoyo reconoce que su meta ”es bastante ambiciosa”, pero dice esperar que prime ”la inteligencia” y las autoridades se den cuenta que su propuesta ”es una salida y una solución para el país”.
”Yo reclamo un espacio para la oposición independiente. No acepto ninguna tarea desestabilizadora que provenga o conlleve intereses de potencias o gobiernos extranjeros”, aclaró.
En ese sentido, afirmó que Cambio Cubano carece de vínculo o subvención proveniente del extranjero. ”Vengo de Estados Unidos, pero las autoridades cubanas saben de memoria que si yo hubiera querido convertirme en el 'golden boy' (chico de oro) de los norteamericanos, me hubiera convertido”, dijo.
Señaló a reglón seguido: ”Conocen que he tenido ofertas como quizás nadie. Pero mi línea a seguir es una línea independiente, lo que no quiere decir que no tenga buenos contactos en Estados Unidos y otros países”.
El líder opositor consideró que si se materializa el espacio legal que pide ”sería el comienzo de una democratización tan real que obtendría el respaldo de la comunidad internacional”.
”Inclusive podría hacer variar posiciones no sólo de la Unión Europea (UE), sino hasta de Estados Unidos”, que podría ver que ”no hace falta la confrontación”, aseguró.
De origen español, Gutiérrez Menoyo obtuvo la ciudadanía cubana por sus méritos en la lucha contra el régimen de Fulgencio Batista (1952-1958) con cuyo derrocamiento contribuyó en la insurrección armada encabezada por Castro.
Debido a desacuerdos con la línea asumida tras el triunfo rebelde de enero de 1959, marchó al exilio y regresó en diciembre de 1964 al frente de un grupo armado para luchar contra su antiguo compañero de armas.
El intento le costó 22 años de prisión. Luego de ser excarcelado en 1986, inició su segundo exilio, desde el cual defendió su postura de que ”el cambio es posible sin derramamiento de sangre”.
Desde mediados de los años 90 del pasado siglo viajó en varias ocasiones a la isla acompañado de su esposa Gladys y los tres hijos del matrimonio, quienes el 7 de agosto, en el último de esos viajes, debieron regresar solos a Estados Unidos.
”La despedida fue un momento duro”, admite, al asegurar que su familia conoció en el aeropuerto su decisión de permanecer en Cuba. ”Hablo por teléfono con ellos cada dos días. Mi esposa ya está más tranquila y hasta bromea”, relata.
Tampoco su organización tuvo aviso previo de sus intenciones. ”Nadie lo sabía, no podía permitir una filtración sobre una cuestión que aún no sé cómo va a terminar”, comenta.
Gutiérrez Menoyo niega que hubiera algún acuerdo con las autoridades. ”Si lo hubiera, formidable, sencillamente llegaba de vacaciones, conversaba con Castro como he hecho en otras ocasiones y anunciaba que se me concedía la posibilidad de permanecer en el país”, comentó.
En su opinión, el gobernante cubano es ”un hombre inteligente” y ”eminentemente político” que aceptó la inversión extranjera cuando fue necesario, lo mismo que la circulación del dólar.
”Igual que hubo dolarización, cuando llegue el momento preciso puede haber cambios políticos”, reflexiona, aunque reconoce que se lo puede tildar de ”soñador e ingenuo”.
Incansable fumador, ha debido adaptarse a las marcas de mayor circulación en Cuba, donde también chocó el ”calor sofocante” y el transporte deficiente, entre otros problemas.
”Es importante hablar con la gente, contactar con ellos y sacar una cuenta difícil de entender, cómo un trabajador, un padre de familia puede vivir con un salario prácticamente de hambre, sobre todo quienes no reciben remesa del exterior”, dijo.
